- ¿¡¿Que es ese maldito sonido?!?-grite mientras golpeaba la mesita de noche.
Era la alarma lo que martinaba mis oídos y mi sueño.
Decidí levantarme ya que, que más podía hacer. Para tener dinero cuando sea grande sólo tengo dos opciones.
Una. Terminar la escuela y una buena carrera, tener éxito en ella y tener el dinero necesario para todos mis planes en un futuro.
Dos. Casarme con un chico millonario y vivir de su fortuna, pero debido a que no es probable que alguien con esas características se fije en esta chica pueblerina y neoyorkina; no creo que sea opción
Así que tenía que ir a la escuela.
Me levanté de la cama y me dirigí a la ducha para bañarme.
No lo podía creer, hoy iniciaba un otro cambio en mi vida. Era mi primer día de clases en la preparatoria y en tan sólo tres meses cumpliría 16 años.
Llevaba tres años aquí y la verdad no extrañaba USA como pensé que lo haría. Y en tanto a mí no había cambiado mucho, seguía siendo la misma niña rubia, con ojos verdes y cara redonda, la única diferencia era que ya no era una niña.
Soy la misma chica selectiva en cuanto amistades, la chica loca, la chica irritable.
Cuando salí de la ducha abrí mi armario para sacar un atuendo y opté por algo sencillo ya que no tenía para que arreglarme. Tomé una playera negra con un pequeño atrapa sueños y unos jeans negros con una camisa a cuadros de franela sobre la blanca y mis botas negras.
Me vestí y maquille nada extravagante un maquillaje neutral y poco notable.
Bajé las escaleras mientras cepillaba mi cabello, cuando entre a la cocina vi a una mujer cocinando muy emocionada. Era mi madre. Ella estaba más emocionada por mi ingreso a la preparatoria que yo, bueno como estarlo son los mismos compañeros, lo que cambia son los maestros y las materias. Soy una alumna promedio, no soy muy lista pero tampoco no he reprobado una sola materia. Supongo que no será algo difícil.
Me senté en la barra que dividía la cocina de la sala y el comedor.
-Bájate de ahí Valentine- dijo mi madre sin despegar la vista de la alacena mientras sacaba dos platos -Y ven a ayudarme- dijo mientras señalaba la alacena tras dejar los platos en la pequeña mesa que estaba en la cocina -Baja las tazas y lo que vayas a untarles- Abrí las puertas de la alacena y saque dos tazas, las dejé en la mesa y saque la Miel.
-¿Cuántas cucharadas de azúcar?- me pregunto mi mamá mientras servía azúcar en el café.
-Dos, por favor -
Me senté en la silla y unté chocolate en los hotcakes mientras mi mamá me daba mi café. Comimos mientras mi mamá terminaba los últimos detalles de su presentación.
-Mamá, ya es tarde-
-Ya voy, ya voy, ya voy- dijo apresurada mientras buscaba algo en el sillón
-¿Qué buscas mamá?- le dije extrañada
-Mis llaves-
-¿Las que están en la mesa de centro?- dije mientras la señalaba
-¡Sí!- dijo Victoriosa
-¿Ya nos podemos ir?- pregunté cansada
-Sí, ya salte-
Salí de la casa y me adentre en el coche en cuanto el sonido me anunció que estaba abierto.
Entre en la puerta del copiloto y luego encendí la radio y me acomodé en mi asiento.
-Niña invades mi auto-dijo riendo mientras cambiaba la estación
-Cómprame uno propio y no lo haré más-
-Que conveniente ¿no?-
-Un poco- dije mientras reía
-Y cambiando de tema, ¿estás emocionada?-dijo mientras me guiñaba un ojo
-No-dije mientras rodaba los ojos-¿Por qué debería? será lo mismo el único cambio son los maestros y las materias-
-Tal vez aparezca un chico lindo en tu vida-
Yo comencé a reírme como loca mientras mi madre rodaba los ojos y me ignoraba
-¿Era enserio?-Pregunte irritada
Mi madre ya no contestó y siguió el camino. Mientras íbamos hacia la escuela yo solo pensaba en lo que mi madre había dicho "Tal vez aparezca un chico lindo en tu vida" y si ¿realmente pasaba así?, conocer a un chico que cambiara todo en mi vida. Era la preparatoria y yo ya iba a cumplir 16 y jamás he tenido un solo novio. Pero no era que nadie me quisiera solo que aún no encuentro al chico que quiero. O realmente el chico que me guste y yo a él. El camino hacia la preparatoria fue en silencio, ya no por lo que dijo mi mamá si no porque ninguna tenía de que hablar
Al llegar a la escuela salí del auto y la observé fijamente, no era muy diferente a las demás. Parecía un enorme castillo con tres pisos.
Decidí buscar a mi mejor amiga Vane, bueno en sí es Vanesa. Sí, aquella niña que conocí en el aeropuerto resultó vivir cerca de mi casa y nos convertimos en mejores amigas. Y el chico resultó ser su hermano, eran mellizos.
Andrew estuvo aquí sólo unos meses desde que llegué y luego se fue con su padre a Estados Unidos.
Era un chico agradable y buena onda, a pesar de que se ponía muy nervioso cuando estábamos juntos. Vanesa decía que era porque le gustaba y él lo negaba alegando que era normal con el carácter que me cargaba. Bueno me cargo.
Me adentre en el Instituto mientras enviaba un mensaje a Vanesa, la escuela era muy grande y seguro daba un paso más y me extraviaría. Okey no a ese extremo, pero si daba vueltas entre los pasillos si lo haría.
Recibí el mensaje de Vanesa avisándome que estaba en la entrada.
Me dirigí hacia la entrada y divisé a aquella chica de cabello negro, piel blanca y ojos castaños, sus ojos era lo que más la distinguía de su familia ya que los de casi todos eran azueles por lo que me contaba. No puedo creer como pase por la entrada y no la vi.
-¡Hey!, Vanesa- le grité para que pudiera encontrarme, porque al parecer ella estaba aún más perdida que yo, claro si eso era posible
-¡Val!- grito mientras corría hacia mí y me daba un gran abrazo-No sabes cuánto te extrañe en México, era muy aburrido sin mi mejor amiga para hacer locuras, en especial con el aburrido de mi hermano-dijo sin soltarme aún
-Hey, estoy aquí Vanesa- no veía a aquel chico, sabía que era Andrew por lo que dijo
-Lo sé, por eso lo dije en voz alta-dijo para posteriormente soltarme
-No sabía que regresarías-le dije a Andrew
-Si, es que, bueno, es nuestro cumpleaños dieciséis y quería estar aquí-dijo nervioso
-¿Nuestro?-dije para molestarlo adoraba su forma de ponerse nervioso
-¿Qué? No, no el nuestro de tu y yo el de Vanesa y el mío-dijo mientras se rascaba el cuello nervioso y se sonrojaba
-Ya lo sé-dije mientras le pegaba amistosamente en el hombro-Sabes que adoro molestarte-
-Y el a ti-Dijo Vanesa mientras nos miraba con picardía a lo que Andrew rodó los ojos y yo solo reí
-Bueno adoro ver sus peleas de hermanos pero es momento de que vayamos por nuestros horarios- dije mientras chocaba mis manos y las frotaba.
-Si, es mejor que soportar los comentarios burlescos de mi linda y hermosa hermana-dijo con sarcasmo Andrew
-Ya, ya, okey vamos-se rindió Vanesa
Mientras nos dirigíamos a la dirección por nuestros horarios Vanesa me contaba sobre su viaje a México y de todo lo que había hecho y conocido en él. Los dulces típicos de México, la comida, el arte, los museos, la música y lo que no podía faltar en Vanesa todos los chicos que había conocido. Su hermano sólo la ignoraba o le decía que ella sólo vio las partes buenas ya que no todo era de colores.
Cuando llegamos a la dirección divisamos a la Secretaría, una señorita de menos de treintena años. Nos pidió nuestros apellidos y nos entregó las hojas.
Los tres coincidíamos en varias clases, también nos pidieron escoger un taller y una clase de idioma. Los tres escogimos actuación como taller artístico y en idiomas yo escogí el español y ellos el francés. También nos dieron el candado y la llave de nuestros casilleros. Debido a que llegamos primeros nos dejaron escoger, Vanesa y yo escogimos casilleros juntos y Andrew escogió uno no muy lejos del nuestro.
Nuestra primera clase era biología y nos dirigimos al laboratorio, agradecía que aún no lleváramos libros, más que un solo cuaderno, un lápiz y una pluma. Pero en el caso de Vanesa su bolso pesaba lo mismo que su cabeza, okey tal vez este exagerando, pero traía una libreta, una lapicera, un estuche con todo su maquillaje incluyendo un espejo. También traía una manzana y una barra de cereal integral, y no olvidar su botella de agua y la chamarra que traía en las manos.
- ¿Segura que no quieres que vayamos a los casilleros? -La interrogue
-No te preocupes está acostumbrada a cargar-dijo mientras le quitaba la chamarra de sus manos-En México compraba todo lo que veía. Dulces, ropa, collares, pulseras, anillos, aretes. TODO-dijo haciendo un énfasis en todo
-Y aunque lo veas así de amargado y grosero el cargo la mitad de las cosas. ¿verdad hermanito?-dijo con voz de bebé mientras pellizcaba su mejilla
-Que graciosa-dijo mientras reía con sarcasmo
-¿Y no me trajiste nada?-dije fingiendo tristeza
-Obviamente que si tontita-dijo mientras me daba palmaditas en la cabeza
-No soy un perro-dije enojada
-Ya se-dijo mientras pellizcaba mi mejilla- Y para darte todo lo que compre estas invitada hoy a una cena en mi casa a las siete-
-Esta bien allí estaré-
-Y es formal-
-¿Enserio?-dije haciendo un puchero
-Obligatorio-dijo mientras me veía seriamente-Y para asegurarme de que te arregles me arreglaré en tu casa-Andrew bufo
-Solo son pretextos para no quedarte a ayudar-
-Mentira-Dijo Vanesa-Si no lo recuerdas en nuestra casa tenemos listo todo antes en un santiamén-
-Llegamos-dije señalando el laboratorio
-¡Eureka! creí que nunca llegaríamos-Vanesa y sus exageraciones
Entramos a laboratorio y la maestra nos dio los requisitos para la materia y nos pidió un ensayo de 10 hojas sobre que es la ciencia. La primera tarea del año y ya quiero que lleguen las vacaciones.
El resto del día hicimos lo mismo que los demás trabajos asignados los hicimos en clase.
Cuando llegó el descanso Vanesa y yo decidimos hacer el ensayo de Ciencias mientras que Andrew nos miraba como bichos raros.
También como noticia nueva resulta que compartiré gran parte de mis clases las con Raquel Richards y su séquito de brujas, a y su hermanastro.
Raquel es la típica chica pesada Rubia de piel clara y ojos Brillantes. Alguna vez vieron Mean Girls bueno son exactamente así. Aunque yo no soy como la protagonista.