Wendy
Dos horas antes:
–Mamá por favor, veamos una película más entretenida.
–¿Qué tiene de malo ver "La vida secreta de Chayanne"?–¿En serio mamá? ¿En serio?
–Hay millones de películas para ver, ¿Y a ti se te ocurre mirar justo esa?
–Es solo por hoy, la próxima vez miraremos una que tú elijas
–Está bien– digo rodando los ojos. ¿Por qué tuve que tener una madre fan, o mejor dicho, una madre loca y desquiciada por Chayanne?
Prefiero mil veces ver "My little pony" a tener que ver a este hombre bailar, cantar y hacer literalmente todo bien, a pesar de la edad que tiene.
Desde el living escucho sonar el microondas. Eso significa que las palomitas de maíz ya están prontas.
Me dirijo a la cocina, coloco las palomitas en un bowl grande y vuelvo con mi madre.
La película comienza y a los cinco segundos de comenzar, aparece una foto de este señor de cuando era bebé
–¡Ya de bebé era hermoso, mira lo que era!– dice mi madre casi que pegada al televisor.
Minutos más tardes este señor, vuelve a aparecer, pero esta vez en su época de juventud. Sin camisa y en bóxers.
–¡Oh mi Dios santo, mira esa obra de arte! ¿Wendy estás mirando?– pregunta girándose hacia mí– Este hombre ha sido creado con mucho amor
–Si, mamá, estoy mirando– ruedo mis ojos.– y por favor, deja de babear las palomitas.
–No seas exagerada. Apuesto que tú dirías lo mismo si el de la película fuese Chase–ríe
–¡Mamá! ¡Por favor!– mis mejillas se ruborizan.
———
Han pasado DOS HORAS de película, y aún falta una hora más. Esto no puede estar sucediendo.
Ya hemos visto su infancia, adolescencia, su vida ya de adulto, y el presente. Alguien por favor que me mate.
Oigo sonar por algún lado mi celular, pero no lo encuentro.
–¿Mamá, has visto mi celular? – pero mi madre está tan embelesada con la película que no logra escucharme
Palmo mi mano sobre todo el sofá y finalmente lo encuentro.
–Gracias mamá, fuiste de gran ayuda– pero sigo sin obtener respuesta alguna.
Tomo el celular, me dirijo hacia la cocina, miro el identificador de llamada y el nombre de Chase aparece en él.
–¡Hola!–digo entusiasmada ante su llamado
–Hola– responde en un tono bajo
–¿Sucede algo?– pregunto
–¿Por qué lo preguntas?
–Son las doce de la noche Chase.
–Lo siento, no sabía que era tan tarde. ¿Te he despertado no es así?
–Descuida, no estaba durmiendo. Estoy con mi madre mirando una película. Muy aburrida por cierto–río–Pero, ¿A qué se debe tu llamada?
–Bueno... se que sonará inoportuno, pero... ¿Recuerdas la situación entre mis padres?
–Si, ¿Qué sucede?
–Decidí irme de la casa...
–¿Cómo? Chase, ¿dónde estás?–comienzo a caminar nerviosa por toda la cocina–Por favor no cometas ninguna locura, en serio te lo pido.
–Tranquila, aún no me he ido. Estoy en mi dormitorio. Por eso llamaba. Quería pedirte si...
–Chase por favor, deja el suspenso para otro momento, ¡habla!
–Yo... quería preguntarte si puedo pasar esta noche en tu casa. Solo si a tu madre le parece bien por supuesto.
–¡Que pregunta es esa, por dios! Si, ven, ahora hablo con ella y le contaré. Ella entenderá.
–Muchas gracias Wendy.
–No tardes, te estaré esperando.–finalizo la llamada y me dirijo rápidamente hacia el living con mi madre.
–Mamá–digo llamando su atención.
–¿Qué sucede cariño?
–Acaba de llamarme Chase, y... quería pedirte un favor...–Mi madre pone pausa a la película, y lleva toda su atención a mi.–los padres de Chase han discutido, y... Chase se fue de su casa. Y me preguntó si hoy podía pasar la noche aquí.
Por favor mamá, el me necesita.
–Por supuesto cariño, dile que en esta casa siempre va a ser bienvenido.
–Muchas gracias mamá, no sabes cuanto te lo agradezco.
–Los dejaré solos para que puedan charlar más tranquilos. Buenas noches cariño.
–Buenas noches mamá– digo dejando un beso sobre su mejilla.
Luego de diez minutos, los cuales parecieron eternos, el timbre suena.
Rápidamente me dirijo hacia la puerta y una vez que abro la misma, me encuentro con Chase.
Este tira al suelo la mochila que antes posaba sobre su hombro, se abalanza hacia mi y envuelve sus largos brazos en mi cuerpo.
Esconde su rostro sobre mi hombro y lo escucho sollozar.
Nos mantenemos así unos largos segundos.
Separamos nuestros cuerpos, Chase vuelve a ubicarse frente a mi, toma su mochila del suelo, y con el borde de su campera limpia unas pequeñas lágrimas que caen por su rostro.
Llevo mis manos hacia su mejilla para ayudar a limpiar una pequeña gota que se desliza sobre ella, y noto una línea no muy grande, pero si lo suficiente para ser vista en el centro de su mejilla derecha. Y al rededor de ella unas finas marcas de sangre seca descansan en ella.
–¿Oh por Dios, que te ha sucedido aquí? Ven, entra a limpiarte.
–Lo siento Wendy no quería molestarte ni a ti ni a tu madre pero... eras la única persona a la que podía recurrir.
–Ya te he dicho que no molestas. Mi madre está de acuerdo con que te quedes aquí todo el tiempo que sea necesario.