Lorenzo Manzini
Estoy en mi consultorio hablando con mi amigo Alexander sobre el caso de Valeria cuando alguien toca a la puerta
- Adelante, está abierto- digo para que entren, y entra Clarisa, la enfermera que me ayuda a atender a Valeria el primer día
- Doctor, venía a informarte que la doctora Roldán está en su consultorio- me informa, ya que le había pedido que si veía a Valeria me avisara- eso si, yo de ti no iba ahora a verla porque creo que no es un buen momento
- ¿Por?- pregunto curioseando aunque odie a la gente que lo hace, pero yo lo hago porque se trata de ella
- Pues resulta que acaba de entrar con su amiga Laury, pero han estado discutiendo en las escaleras y la doctora ha salido llorando hacia su consultorio y su amiga se ha quedado sentada en la sala de espera, yo creo que se han peleado por algún hombre ya sabes peleas de mujeres, en fin, siempre acaba pasando cuando las dos mujeres se fijan en el mismo
- Muy bien, muchas gracias Clarisa por la información ya te puedes ir- la interrumpo abriéndole la puerta de mi consultorio para que se vaya porque ya empezaba a contarme historias falsas que para qué escuchar, además lo mejor para enterarme de que ha pasado con su amiga es ir a preguntar y no cotilleando con la enfermera
Cuando sale Clarisa, me dirijo a mi escritorio y recojo todos los resultados de Valeria
- Alexander, coge tu los medicamentos que se tiene que tomar- le digo porque no puedo llevar más cosas en las manos- vamos a enterarnos que ha pasado- me sale una sonrisa maliciosa mientras me dirijo hacia la puerta.
Al llegar a la puerta del consultorio de Valeria, tocó la puerta pero no me contesta
-Valeria sé que estás aquí, abre la puerta - le digo un poco fuerte para que me escuche pero no me contesta - Valeria venga que tenemos prisa - le digo, en ese momento estoy escuchando unos pasos al otro lado de la puerta, en ese momento abre la puerta y se va hacia su silla
- ¿Qué te pasa ahora? - le digo con curiosidad al ver que tiene la cara hinchada de llorar
- Nada, no lo ves - me dice chillándome
- Acaso te estoy gritando Valeria para que me contestes de esa manera -le digo de manera suave y pacífica mientras me siento en una de las sillas
- Déjame en paz, que hoy no tengo un buen día - me dice
- Mira cuando me lo quieras contar me lo dices - le contestó - y cambiando de tema, ya hemos revisado los resultados, llegamos a la conclusión de que presentas amiloidosis cardiaca aunque también se conoce como el síndrome del corazón rígido, es una enfermedad con síntomas inespecíficos y además muy similares a otras cardiopatías por eso es muy difícil detectarla - le digo a Valeria mientras que esta está mirando el suelo
- Nunca he escuchado hablar de esa enfermedad - dice Valeria con voz muy floja y sin apartar la mirada del suelo
-Es una enfermedad producida por depósitos de amiloide en el tejido cardíaco, es una proteína anormal, esto provoca el engrosamiento del corazón haciendo que no transporte la misma cantidad de sangre. Pero no te preocupes lo hemos podido ver a tiempo, no se puede operar pero hay un medicamento reciente que lo que hace es evitar que se acumule más - le contesta Alexander que se había quedado de pie - el medicamento es una pastilla que te vas a tomar cada 24 horas, es muy importante que no se te olvide ya que si aumentan los niveles de amiloide puede llegar a ser hasta mortal - termina de decir Alexander
- El problema es que ese medicamento no retira la proteína que ya está acumulada por lo que haremos revisiones todos los meses y si vemos algún aumento de dicha proteína haremos otro tratamiento - le digo a Valeria, aunque está parece inmóvil - Valeria ¿te ha quedado claro?
- Si - me contesta con voz suave
-Cuando prefieres tomarte las pastillas por la mañana o en la noche - le preguntó para programarlo y darle la primera
- Me da igual - contesta desanimada
-Valeria puedes por favor ponerle un poquito más de interés a lo que te estamos hablando - le digo empezándome a molestar, porque parece que no le importa nada
- Más intereses- se levanta llorando de su silla y mirándome a los ojos- de verdad todo el mundo se piensa que no me importa mi salud- me dice gritando- ahora me dices que me puedo morir por culpa de mi corazón- hace una pausa- dime, ¿que quieres que te diga para que veas que le pongo interés?, eh dime- continúa gritando y llorando a la vez
-Valeria, tranquilízate- dice Alexander acercándose a ella
- No, no me puedo tranquilizar- continua gritando-no me quiero morir-alexander le coge del brazo y la lleva hasta una de las sillas
-Valeria, mírame tienes que relajarte, no te vas a morir para eso nos tienes a nosotros -comenta Alexander haciéndome gestos para que le pase un tranquilizante sin que ella se entere
Salgo disimuladamente de su consultorio, mientras que Alexander trata de tranquilizarla, le pido a una enfermera un tranquilizante y regreso con ello
- Valeria tomate esto-le ofrezco el tranquilizante y un vaso de agua
- No quiero tomar nada - dice negando con la cabeza, continuando con su llanto
- Valeria, es una orden, tómatelo- ahora sí coge la pastilla y se la toma sin rechistar
Se sienta en su silla y cierra sus ojos, a los cinco minutos de estar Alexander y yo mirándola abre sus ojos y nos habla
- Os puedo pedir un favor- dice limpiándose las lágrimas de sus mejillas con las manos
- Por supuesto que sí, bella dama- dice Alexander, a la vez que yo asiento con la cabeza
- Os quería pedir que no le digáis nada de esto a nadie- se pone de pie y se da la vuelta mirando por la ventana- no quiero que nadie sepa de esta enfermedad, ni que me miren con pena o lastima por favor- se gira de repente y se nos queda mirando
-Yo no voy a decir nada- alexander afirma