¿por qué a mí?

Capítulo 11

Lorenzo Manzini

En menos de 20 minutos aparece Valeria con 3 maletas y una bolsa llena de cosas para perros

- No hace falta que te lleves la casa entera- miro sus maletas

- Aún me quedan más cosas- pronuncia cansada, arrastrando las maletas hasta la puerta- Ayúdame con la comida de Turín, es el saco grande de pienso que hay en la segunda puerta a la derecha

Finalmente llevamos todo hasta mi coche, y aunque no me hace gracia, montamos a Turín en los asientos de atrás con su respectiva seguridad. Vamos todo el camino en silencio hasta que llegamos a mi casa y subimos todo lo que se ha traído. Lo vamos dejando en la puerta de mi pent-house, en verdad lo voy dejando yo porque Valeria está jugando con Turín en el parque de enfrente y a mí me toca subir todas sus cosas. Cuando subo todo, llamo a Valeria para que suba.

- Es muy bonito tú departamento- opina Valeria entrando por la puerta

- Agradezco tu opinión, pero deberías ir a darte un baño porque después del paseo y de subir doce pisos andando creo que lo necesitas- digo burlándome, tapándome la nariz

- Imbécil, yo halagando tu vivienda y tu llamándome guarra, pues si no me he dado un baño antes ha sido porque no me has dejado- intenta coger las tres maletas a la vez y caminar hacia alguna puerta

- Valeria, estate quieta, ha sido una broma – me acerco hasta donde ha llegado ella con las maletas, y le arrebato dos de ellas- no se puede decir nada

- Pues fíjate que no- se gira para mirarme a los ojos – no te entiendo, siempre estás serio conmigo y ahora te pones hacer bromas que no tiene gracia- se gira y mira las cinco puertas- cuál es mi habitación- se vuelve a girar

- Las habitaciones están arriba, las cinco puertas son: baño, cocina, despacho, gimnasio y terraza- digo señalando que es cada puerta- tú habitación es la primera puerta en cuanto subes las escaleras y el perro tiene su caseta nueva en la terraza

- ¿Perdón? - se acerca a mí- el perro duerme conmigo en mi habitación

- Valeria, el perro no puede estar paseando por todo el departamento- digo serio- va a llenar todo de pelos, y lo va a destrozar a su paso- me pongo serio

- Turín no es así- me quedo mirándola fijamente- bueno puede que suelte un poco de pelos, pero me da igual, él va a estar conmigo si o si- se enfada y sube a su habitación

Lo dejo estar, porque no voy a conseguir nada y si quiero que nos quedemos en mi departamento tendré que aguantar al perrito. Me dispongo a subir el resto de maletas a su habitación, y me encanta ver lo fiel que es su perro con ella que la persigue y la cuida por donde va ella

- Además, una de las condiciones de las que te hablé es sobre Turín- sale de su habitación y me señala con el dedo- él va donde yo vaya y no acepto un No

- Ya me quedo claro que tendré que aguantarlo- me cruzo de brazos

- Segunda condición, dormimos en habitaciones separadas así que si este es tu cuarto vete buscando otro

- Pienso lo mismo, y mi cuarto es el del fondo por si te interesa saberlo- le guiño un ojo

- En fin, tercera condición, de los cuidados de Turín me encargo yo, no puedes darle nada de comida él tiene la suya en su saco y sus chuches también, pero yo lo administró, yo le saco a pasear, tú haz de cuentas que no está- continua con sus condiciones

- Entonces tú te encargas de limpiar los desastres que forme y otra cosita, objeto que rompa o destroce tú lo pagas- está vez soy yo la que señala a ella

Me doy la vuelta y me dirijo a la cocina dejándola a ella hablando de sus condiciones, lo que me faltaba normas en mi propia casa, todas las semanas viene un equipo de limpieza a limpiar el pent-house.

Ahora me encuentro en la cocina preparando algo de cena, mientras que supongo que Valeria se está bañando.

Finalmente, baja con un pijama puesto y seguida por su fiel compañero Turín, le indico que me acompañe a la cocina y nos ponemos a cenar en silencio. Yo creo que se ha enfadado por lo que le he dicho antes, pero es que no me gustan los perros por qué ensucian todo. Al acabar de comer, se levanta sin decir nada y se va a su habitación y yo termino recogiendo todo y yéndome a dormir.

Al día siguiente me despierto temprano por el lametazo en la cara que me da Turín, miro el reloj y son las 6 de la mañana, en serio, ¿por qué me llama a mí?, me levanto y voy a la habitación de Valeria, me sorprende que durmamos los dos con la puerta abierta, aunque siendo ella claustrofóbica es razonable que no le guste encerrarse en ella, aun así, toco la puerta para entrar pero no me contesta

- Valeria, despierta- le tocó el brazo para que se levante

- Hoy no trabajo mama déjame- me dice durmiendo y dándose la vuelta en la cama

- Valeria- insisto

- ¿Qué pasa? - abre un ojo, me observa y lo vuelve a cerrar

- Turín no para de llamarme, a lo mejor quiere algo, yo que sé- le cuento, pero creo que se ha vuelto a dormir- Valeria, me estás escuchando- vuelvo a moverle el brazo

- Déjame, tengo sueño- se incorpora y coge su móvil- en serio Lorenzo son las 6 de la mañana ¿Qué quieres?




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