Valeria Roldán
Después de la humillación que me ha hecho pasar Lorenzo delante de mi familia, decido comer algo más para que me deje en paz e irme a jugar con mis diablillos favoritos.
- Tita, podemos piscina- dice Teo saltando de ilusión
- Por supuesto que sí, os doy 5 minutos para poneros los trajes de baño y buscar los manguitos- informo mirando mi reloj- tiempo empieza ya- salen corriendo y yo aprovecho para ponerme un traje de baño nuevo que me compré
- Listos- gritan ambos niños viniendo hacia mí con los manguitos en los brazos ya puestos
- Les habéis pedido permiso a los papis- informo y ambos asienten con la cabeza
- Si ellos manguitos- dice Teo señalando sus brazos
- Bien, vamos a la piscina- veo como salen corriendo y se quedan esperando a que yo llegue al borde de la piscina, yo voy detrás de ellos- me meto yo primero y os cojo desde dentro ¿Vale?
- Si tita, venga dentro- me mete prisa Leo
- Voy
Entro en el agua, se nota que está climatizada porque está muy calentita, cojo a Teo y le ayudo a entrar, después meto a Leo y pasamos un buen rato jugando dentro del agua.
- Tito, entra- dice Teo, me giro y observo a Lorenzo viniendo hacia la piscina con un libro en las manos y sus gafas de sol puestas
- No, pequeñín- dice Lorenzo acercándose a donde estábamos nosotros, se agacha al borde de la piscina y me hace un gesto para que me acerque- no conocía estás cualidades tuyas- me dice coqueto mirándome por encima de las gafas
- Imbécil- le tiro agua con la mano y me alejo de el para ir con los mellizos
Seguimos jugando en el agua, hasta que noto mis dedillos arrugados
- Diablillos, salimos un rato a descansar y tomar un jugo- le pido a ambos- mirar ya tenemos los deditos como viejitos
- Es verdad tita- dicen a la vez, y nos vamos acercando todos a las escaleras
Una vez fuera nos vamos en dirección a la casa para ir a la cocina a tomar jugo y dejamos a Lorenzo allí leyendo
- Niños no corráis que os podéis resbalar- grito cuando veo a ambos correr hasta la casa. Empiezo a correr detrás de ellos para alcanzarlos, pero me arrepiento en seguida
- Aaaah! - grito de dolor, después de haberme resbalado, clavándome el borde del escalón de la puerta en la espalda- mierda- me levanto como puedo y toco la espalda- lo que faltaba- miro mi mano llena de sangre
- Tita, has dicho palabrota- dice Teo
- Se lo vamos a decir a mama- le apoya Leo
- Pero ambos sabéis que no hay que decirlas, esto queda como un secreto entre nosotros- digo mientras camino hacia el baño con ambos detrás siguiéndome
- Tita, tienes sangre- dice Teo asustado
- Ya mi niño, no pasa nada- digo girándome para verme la herida en el espejo, intento alcanzarla para curarla, pero no alcanzo- me hacéis un pequeño favor- pregunto y ambos asienten- os gustaría ser mis enfermeros
- Si – empieza a gritar y saltar
- Sssh! No gritéis, esto también debe ser un secreto de los tres ¿Si? - informo y ambos asienten poniendo un dedo en su boca y pidiendo silencio- muy bien.
Con cuidado porque me duele la espalda, me estiró para coger el botiquín y me agachó para estar a la altura de ellos, les pasó una gasa a cada uno y una cinta para pegarlo y tapar la herida. Lo hacen como pueden.
- Muy bien mis niños- me levanto recogiendo el botiquín y guardándolo en su sitio- vamos a tomar algo
- Si- gritan otra vez
Salen primero los niños, mientras que me acerco a mi maleta y cojo un vestido veraniego para ponerme encima del bikini, salgo al patio a tomarnos un jugo y vemos que van llegando Vanesa y Óscar por un lado y por el otro lado viene Lorenzo
- Disfrutaron la piscina con la tía Valeria- les pregunta Vanesa a sus hijos
- Si mami, aún tenemos los deditos arrugados como los bisabuelos- empieza a decir Teo
- Por qué estáis andado descalzos- dice Óscar- id a calzaros- ordena mi hermano- también me refiero a ti mucosita- me mira después de que los niños salieran a por sus zapatos
- Voy- camino hacia la piscina donde me las deje- y no soy una niña- grito cuando escucho a mi hermano decir a Lorenzo que a veces parezco una niña
Cuando regreso están todos sentados comiendo galletas y bebiendo jugo. Me siento en la única silla libre, que para mí mala suerte es la que está al lado de Lorenzo. Por un momento me olvido de mí herida y me apoyo en el respaldar de la silla
- Joder- pego un grito saltando de la silla cuando la herida toca la silla
- ¿Qué pasa? - preguntan Óscar y Lorenzo a la vez mirando todos a mi dirección
- Nada- disimulo cogiendo una galleta- se me olvidó coger la galleta
- La tita tiene una herida- suelta Leo y me giro rápidamente a mirarlo
- ¿Cómo? - se giran todos de nuevo mirándome a mi
- Es broma, se lo estará inventando el niño- evado la situación
- Mi hermano no miente, nosotros hemos sido sus enfermeros- le defiende su hermano Teo
- ¿Dónde tiene la tita la herida? - pregunta Lorenzo mirando a los niños
- En la espalda- dicen ambos al unísono
- Es mentira, se lo están inventando- insisto negando con la cabeza
- Entonces no te importará enseñarnos la espalda- comenta Vanesa
- Si me importa, es mi espalda y porque tengo que enseñarla por unas mentiras de niños- insisto levantándome para irme
- Tita nosotros no decimos mentiras- dice Leo
- Mentiras no diréis, pero secretos si- suelto sin pensar girando para mirarlos
- Así que es verdad que tienes una herida- dice Óscar
- Bueno sí, me he resbalado y me he hecho una pequeña herida- le resto importancia
- Salía un montón de sangre- exagera Teo
- Valeria, acompáñame un momento- ordena Lorenzo levantándose de su silla
Le sigo y veo que entra en la casa. Continúa caminando hasta el baño, entra y me hace una señal para que entre también lo hago y cierra la puerta.