¿por qué a mí?

Capítulo 17

Valeria Roldán 

Me despierto con un dolor de cabeza, definitivamente tengo que tomar menos. Me giro y veo a Lorenzo al lado mío durmiendo, no me acuerdo de muchas cosas, me doy cuenta de que estamos ambos desnudos, por lo tanto, deduzco que algo paso, eso y que presento un poco de dolor en la zona. Me levanto quitándole la sabana a Lorenzo para taparme, pero al quitársela él se despierta. 

- Buenos días, preciosa – sonríe 

- No son buenos - sigo intentando quitarle la sabana - déjamela - estiro fuerte de ella 

- Te entro el pudor ahora, ya te he visto no hace falta que te tapes – me arrebata la sabana de las manos 

- Por favor- suplico para que me la de 

- ¿qué te pasa, porque tienes esa actitud?, ayer estabas muy de acuerdo y ahora parece que te molesta – pregunta mientras suelta la sabana 

- No quiero hablar del tema - salgo dirección al baño con la sabana envuelta en mi cuerpo. 

Me ducho tranquilamente y me visto con un pijama que hay en el baño, seguramente lo dejaría anoche aquí. Al salir, me encuentro a Lorenzo en la orilla de la cama sentado, se había puesto un bóxer 

- ¿Por qué no me dijiste anoche nada? - pregunta Lorenzo alzando la sabana manchada de sangre 

- No tengo porque decirte nada – le digo mientras voy camino al armario para buscar algo que ponerme para el día de hoy, pero él me agarra del brazo y me atrae hacia él 

- Yo creo que si debieras habérmelo dicho- alza la voz 

- No grites que me duele la cabeza, además que hubiera cambiado que lo supieras o no- intento soltarme 

- Hubiera cambiado todo Valeria- me dice soltándome 

- ¿Perdón?, me estas queriendo decir que si hubieras sabido que yo era virgen no te habrías acostado conmigo - me enfado 

- Yo no he dicho eso – alza la voz al igual que yo 

- Es lo mismo, si dices que hubieras cambiado todo – grito, no podría haber tenido un mejor despertar, en serio 

- Valeria, no te pongas así que no iba con esa intención, hubiera cambiado la forma de tratarte, no que no lo hubiéramos hecho- baja el tono de voz 

- Igualmente, ya no te preocupes que no va a volver a pasar, solo fue un descuido porque me pillaste pasada de tragos- vuelvo hacia el armario a por la ropa 

- Lo siento señorita, pero no estoy de acuerdo contigo, ya eres mía y no te pienso dejar ir- se mete al baño 

Mientras que estaba en el baño, yo aproveche para cambiarme de ropa y ponerme un chándal ya que pensé que sería lo más cómodo para el viaje de vuelta, al terminar veo que sale Lorenzo del baño y va en dirección del armario. 

- Valeria, nos vamos en una hora, que he quedado con Alexander y Hugo esta tarde – dice mientras se cambia de ropa 

- Yo me voy con mi hermano o con mis padres – comento limpiando un poco el desastre de habitación  

- No te comportes como una adolescente, te vienes conmigo y punto- habla seriamente 

Continuamos los dos recogiendo las cosas y preparando las maletas en silencio. Cuando terminamos, salgo directa a la cocina para tomarme algo para esta resaca que tengo. 

- Buenos días hijita – dice mi papa entrando – parece que anoche lo pasasteis bien – me dice señalando las pastillas que me había tomado. 

- Hola papa, ni que lo digas, tengo un dolor de cabeza que me va a explotar – le digo mientras que me termino de beber el vaso de agua 

- Hija, habíamos pensado en ir todos a la casa grande a comer hoy antes de irnos a la ciudad – me comenta sentándose en una de las sillas 

- No papa, nosotros no vamos a ir, Lorenzo se quiere ir ya para la ciudad, que tiene compromisos esta tarde – le digo sentándome a su lado 

- Tita, tita- gritan Leo y Teo a la vez 

- Shh- indicó que hagan silencio cuando los veo entrar corriendo a la cocina- no hace falta que gritéis 

- Mis niños, vosotros podéis gritar lo que queráis, y cuanto más fuerte mejor- les anima mi papá 

- Papá, no les digas eso- le doy en el brazo  

- Si el abuelito lo dice podemos gritar- confirma Teo cruzándose de brazos 

- Y ¿Que querían mis niños? - pregunto agachándome a su altura 

- Queríamos decirte que lo sentimos por contar nuestro secreto- dice Leo - pero es que papi y mami nos dicen que no podemos tener secretos con ellos- ambos cambian sus caritas de alegres por tristes- pero no queremos que te enfades con nosotros 

- Mis niños, yo nunca podría enfadarme con vosotros, además, vuestros padres tienen razón no debéis tener secretos con ellos nunca- les advierto esto último señalándoles con el dedo 

- Vale tita, ahora podemos jugar contigo- suplican ambos- porfis 

- Lo siento, pero me tengo que ir ya por culpa de vuestro nuevo tito- le digo y antes de terminar me golpea el brazo mi padre 

- Valeria Roldán no les digas esas cosas a los niños- comenta  

- Auch, papa- digo acariciando mi brazito 

En eso que entra Lorenzo por la puerta  

- Tito, queremos jugar con la tita – grita Leo  

- Si tito – le sigue Teo 

- Hombrecitos nos tenemos que ir, otro día jugáis con ella- les dice poniéndose en su altura 

- No – gritan los dos a la vez 

- Buenos días doctor Roldán, oye Valeria, ¿has terminado de preparar tus cosas? – me pregunta acercándose a mí e ignorando a mis sobrinos 

- Si, lo tengo todo recogido, por cierto, hoy ha quedado mi familia para comer en la casa grande, así que yo me voy con mis padres esta tarde 

- Valeria no me gusta decir las cosas dos veces, ya te he dicho que te vienes conmigo- dice levantando la voz 

- Vale, no hace falta que grites, sabes que me duele la cabeza – le digo con gesto de que baje la voz 

- Entonces vamos ya – me dice mientras se gira en dirección a mi padre- nosotros nos vamos ya, mañana nos vemos en la clínica- le dice mientras se echan la mano en señal de despedida 




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