Lorenzo Manzini
Cuando se fue Valeria a dormir, terminé de recoger la cocina y también me fui a mi habitación. Cuando estoy durmiendo escucho varios chillidos de Valeria que dicen mi nombre por lo que me despierto corriendo y me dirijo hacia su habitación.
- ¿Qué pasa Valeria? – le pregunto mientras me siento a su lado en la cama
- Lorenzo, mis piernas se me han entumecido, como dormido, me duelen – me dice mientras empieza a llorar de agobio
- Tranquila Valeria, es normal con esta medicación, es uno de los efectos secundarios que tiene – le digo mientras le acaricio la cara limpiándole las lágrimas que le han salido – mira voy a preparar un baño de agua tibia ya verás como se te quita el entumecimiento – mientras me levanto y voy al baño
En cuanto preparo la bañera, salgo hacia la habitación y tomo a Valeria para llevarla al baño, no me molesto ni en quitarle el pijama y la siento en la bañera.
- Ahora voy a darte un masaje en las piernas para que se te vaya esa sensación, solo te pido que te relajes y descanses – en cuanto le digo eso, me pongo y le doy un masaje en las piernas, mientras veo que ella cada vez está más tranquila por lo que me alegra.
Aunque realmente no entiendo como siendo ella doctora, se altera tanto, aunque es verdad que dicen que los peores pacientes son los doctores. Al terminar el masaje, veo que Valeria se ha calmado y me levanto para ayudarle a levantarse, la guío hasta la habitación y la dejo encima de la cama. Voy a su armario a por otro pijama. Cómo está medio dormida le ayudo a cambiarse sorprendiéndome de que no me diga nada como la otra vez. Cuando ya hemos terminado, la ayudó a tumbarse en la cama.
- Valeria, voy a dejar la puerta abierta por si necesitas algo más – le digo mientras me alejo de ella
- No, no quiero quedarme sola de nuevo porfa, quédate conmigo – me dice con voz adormilada
- Vale, aquí me quedo, tú descansa – y se vuelve a tumbar quedándose dormida
Veo la hora y me doy cuenta de que ya son las 4 de la mañana, me tumbo al lado suyo en la cama y me quedo dormido. Cuando suena la alarma de las 7 de la mañana veo a Turín sentarse encima de mis zapatillas. Sin hacer mucho ruido, me levanto, me pongo un chándal y me voy con Turín a correr, pero antes de irme le quitó todas las alarmas al móvil de Valeria para que descansará, se acostó muy tarde y está nerviosa por lo que pensé que lo mejor es dejarla descansar por la mañana, después hablaría con el hospital para justificar la ausencia de Valeria. Ahora sí me voy con el perro.
Cuando han pasado 80 minutos regreso del paseo, entro a mi habitación a darme un baño, Turín lo he dejado en la cocina para que no moleste a Valeria. Término de arreglarme y salgo del piso en dirección al hospital, dejando a Valeria durmiendo para que se recupere.
Al llegar al hospital, informo a Bea que Valeria no vendrá hoy y que reorganicen sus consultas para los próximos días. Seguido me voy a mi consultorio a atender a mis pacientes. A las dos horas llega Alexander
- Hola, hermano, ¿Qué tal la mañana? - saluda entrando por la puerta y sentándose en la silla frente a mi mesa
- Buenos días, bien hoy tenía pocos pacientes- comentó recogiendo unos papeles – a ti ¿qué te trae por mi consultorio?
- Venía a invitarte a un café- niego continuando, recogiendo- ¿Por qué no? - pregunta
- Quiero irme pronto al departamento, he dejado a Valeria sola y anoche no se encontraba bien- comentó
- Pues cualquiera lo diría, me la he cruzado por las escaleras y yo la he visto muy bien
- ¿Cuándo? - pregunto girando mi cabeza para mirarlo
- Ahora mismo, cuando venía para tu consultorio- informa desconcertado - ¿Qué ocurre? - pregunta preocupado
- Pensaba que no iba a venir, está noche le dio una reacción la medicación y se le entumecieron las piernas – informo
- Sabes que son efectos secundarios de la medicación, no hay de que preocuparse, pero si hay que vigilarlo y si se le repite con frecuencia habrá que hacer algún cambio. ¿Cuándo le toca la próxima revisión? - pregunta
- Dentro de un par de semanas – contesto consultando mi agenda
- Si se repite adelantamos la cita una semana antes, y revisamos también el apetito. Porque las dos veces que he comido con ella he observado que come muy poco- me reprocha a mi como si yo tuviera la culpa
- Ya lo sé, le obligó a comer más pero no me hace caso, ¿Qué quieres que haga? - pregunto, pero antes de contestar suena mi celular, miro la pantalla y llama mi madre- lo siento hermano, pero tengo que contestar, ya sabes cómo es mi madre de exagerada sino lo hago
- Después hablamos, y me vas diciendo cómo evoluciona Valeria – se levanta de la silla
- Claro que sí, te debo un café, para la próxima no te lo rechazo- termino diciendo mientras el se acerca a la puerta y cierra por fuera
En cuanto se va Alexander, descuelgo el teléfono
- Buongiorno mamma (Buenos días, madre) - saludo - Come stai? (¿Cómo estáis?)
- Ciao bambina mia, come sempre se non chiamo non ti ricordi di me (Hola mi niño, cómo siempre si no llamo yo no te acuerdas de mi) - contesta enfadada