¿por qué a mí?

Capítulo 20

Lorenzo Manzini

Cuando me dice dónde está, salgo para allá. Mira que es testadura, le he dicho que no hacía falta que saliera a pasear que ya lo habían sacado mis padres, pero nunca me hace caso. Y ahora en vez de llamarme a mi directamente, prefiere llamar a mi madre, ella que no conoce las calles ni nada de aquí, no la entiendo. Cuando llego a donde esta, veo que Turín está a su lado tumbado y ella sin parar de llorar.

- ¿Como estas? - le pregunto agachándome a su altura

- Me duele Lorenzo – me dice

- ¿pero dónde exactamente? - pregunto ya que no me especifica nada

- Las piernas, esa sensación del otro día- me grita

- Está bien, tranquilízate –voy hacia sus piernas y las reviso, pero no le veo ninguna herida – vamos a ir al hospital, aquí no puedo hacer mucho

- No, al hospital no, vamos al departamento- continúa llorando

- Lo siento, pero ya está decidido – informo cogiéndola al estilo princesa para llevarla hasta el coche e ir al hospital

Una vez la acomodo en el coche, subo a Turín a los asientos traseros y nos vamos hacia mi departamento. Al llegar dejo a Valeria en el coche y subo a Turín, pero mi madre al verme y decirle que nos vamos al hospital insiste tanto en acompañarnos que al final tuve que ceder. Por lo que mi padre se queda con Turín y mi madre y yo bajamos al coche para irnos al hospital.

- Lorenzo no quiero que me ingreses por favor – dice entre sollozos – no quiero que nadie se entere

- Pero mi niña, no sería más conveniente avisar a tus padres- dice mi madre desde los asientos de atrás

- No, Lorenzo no por favor, sabes cómo son – empieza a gritar- bájame, no quiero

- Valeria ya, quieta, no voy a avisar a nadie - ordeno - Solo voy a llamar a Alexander para que te revisemos juntos

- Vale – contesta más calmada

El resto de camino se lo pasa más tranquila mirando por la ventana. Al llegar como ya había avisado a Alexander, este se encuentra en la puerta esperándonos con una silla de ruedas.

- No me pienso montar ahí- contradice Valeria- si alguien me ve en la silla de ruedas le van a decir algo a mi familia

- Vale. Pues tu dirás como te transportamos hasta mi consultorio- le respondo

- Pues me llevas como antes en brazos – me dice

- Como digas- y me dispongo a cogerla en brazos y llevarla a mi consultorio, y para colmo tiene que ser por las escaleras

Una vez que llegamos a mi consultorio, le digo a mi madre que espere en la sala de espera mientras la revisamos. Dentro, le hacemos algunas pruebas a Valeria y le colocamos algun calmante para que se le vaya el dolor.

- Valeria, ¿Cuándo fue la última vez que te tomaste la medicación? - pregunta Alexander, dejándome sorprendido

- Hace unas dos horas, más o menos ¿Por? - pregunta desconcertada

- Creo que vamos a tener que cambiar el medicamento- respondo yo- de normal este efecto no suele aparecer, en cambio a ti es la segunda vez que te da y las pruebas han salido mejores que las primeras que te hicimos, por lo que podemos disminuir un poco la dosis, y así ver si con esa disminución se eliminan los efectos secundarios.

- Me parece buena idea Lorenzo – contesta Alexander – Mira, has visto, que este tobillo esta más inflamado que el izquierdo. Valeria ¿te duele aquí? - pregunta mientras aprieta el tobillo

- Aahh! - grita Valeria- sí, no hace falta que sigas apretando- intenta incorporarse de la camilla para apartarme las manos ya que todavía no tiene la movilidad en las piernas al 100%

- Tienes un esguince, vamos a vendártelo. En cuanto al entumecimiento, en un rato se te pasará. - informo - Valeria, a partir de mañana solo te vas a tomar media pastilla por día y la revisión la vamos a hacer la semana que viene

- ¿Y no os vale con las pruebas que me habéis hecho ahora? - pregunta

- No, además te has convertido en mi paciente favorita- coquetea Alexander

- Pues sino quieres que deje de serlo compórtate- le digo a Alexander dándole un golpe en el hombro

- Está bien hermano, no hace falta que te pongas celoso

Una vez que termina Alexander con sus tonterías, salimos del consultorio, esta vez sí me ha dejado que la lleve en silla de ruedas ya que todavía no se le ha ido el entumecimiento, pero como tiene el pie vendado ya le da igual que la vean

- Mi niña, ¿cómo te encuentras? - pregunta mi madre acercándose a Valeria

- Bien Fiorella, gracias por preguntar – le responde con una sonrisa

- ¿Entonces hijo, nos vamos ya a casa, o tenéis que hacerle algo más?

- Nos vamos ya - responde Valeria antes de poder decir yo nada

- Ya la has escuchado – contesto seguidamente

- Lorenzo acércate – me dice Valeria haciéndome gestos

- Dime ¿qué pasa? - le pregunto en susurro




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