DOS MESES DESPUES…
Lorenzo Manzini
Ya han pasado dos meses desde que Valeria es la nueva dueña, presidenta y directora del hospital, aunque su trabajo le ha costado, ya que después de firmar los papeles que la hacen heredera del hospital su padre quería seguir siendo el quien manejara todo y como Valeria se opuso acabaron peleados, por otro lado, tampoco se habla con su hermano porque este apoyo a su padre en vez de a ella que era la verdadera dueña. Con respecto a la convivencia: la verdad es que nos hemos ido llevando mejor, bueno siempre acabamos discutiendo por cualquier tontería, pero al final es mucho mejor la reconciliación. Valeria accedió a compartir la misma habitación, las últimas semanas después de discutir quien sacaba a Turín accedimos a sacarlos juntos todos los días y practicamos deporte juntos. Con respecto a su enfermedad mejora por momentos con el ultimo tratamiento que le pusimos y las revisiones ofrecen resultados satisfactorios. Pero con la carga de la presidencia del hospital lleva más trabajo y acaba siempre agotada.
En cuanto firmo los papeles de la presidencia, Valeria busco la manera de separarse de mí, pero gracias a su padre no pudimos, ya que sin decirnos nada, el doctor Roldán, en el último momento incluyo una cláusula de tiempo, en ella especifica que mínimo debemos estar casados por 2 años. En el fondo se lo tengo que agradecer porque yo no tenía ni tengo pensado separarme de Valeria.
- Buenos días - me dice Valeria al mismo despertarse de la cama - ¿Ya estas listo? Porque he pensado que mejor vas tu solo a sacar a Turín que yo estoy muy cansada – dice con carita de pena
- Buenos días - me acerco a ella y le doy un beso - y no, vamos juntos que te viene bien hacer deporte
- Estoy agotada, déjame dormir un poquito más mientras sacas a Turín - dice tapándose con la sabana hasta la cabeza
- No seas perezosa – le arrebato las sábanas – además hoy hace buen día
- ¿Y? - pregunta seria – como si quiere estar lloviendo, además no soy perezosa, pero tú no tienes luego una reunión importante con todos los inversionistas – se incorpora y con rapidez me arrebata de nuevo la sabana
- Está bien, quédate – la dejo dormir, mientras yo me voy a pasear a Turín.
Después de pasear cerca de una hora, vuelvo al departamento y esta todo a oscuras, me acerco a la habitación y Valeria sigue dormida
- Valeria, aun sigues dormida – grito para que me escuche, mientras me dirijo al baño a darme una ducha – definitivamente hoy vas a llegar tarde – no termino de decir eso cuando veo a Valeria mirar el reloj
- Mierda, mierda, mierda – grita levantándose de un salto de la cama - ¿por qué no me has llamado antes?, voy tardísimo a la reunión – grita mientras se va cambiando de ropa
- ¿Perdón?, por si no te has dado cuenta acabo de llegar de pasear a Turín, además te llame antes... – estoy diciendo, pero antes de poder terminar la frase ella me interrumpe
- Ya me quieres reprochar lo de Turín otra vez, no puedo más estoy muy agobiada – termina diciendo, llorando
- Valeria no te estoy reprochando nada – le digo acercándome a ella – no hace falta que te pongas a llorar
- Pues yo lloro si quiero – grita terminándose de vestir
- Está bien, haz lo que quieras – me dirijo de nuevo al baño
- Adiós – sale Valeria disparada fuera de la habitación – me voy – grita desde el pasillo
La presidencia la va a acabar matando, siempre está agotada y va a todos lados con prisas. Yo termino de arreglarme y me voy también para el hospital. La mañana se pasa super rápido. Cuando termino, subo hasta el nuevo consultorio de Valeria, ella a pesar de ser la nueva presidenta, dueña y directora, y todo lo que eso conlleva, ella no quiere abandonar a sus pacientes y por eso en la antigua oficina de su padre se ha montado un consultorio para atender a sus pacientes
Al llegar a su consultorio, le pregunto a su secretaria si puedo pasar, pero me informa que está en una reunión en la sala de juntas por lo que decido esperarla dentro de su consultorio
- Ya lo se Óscar -oigo la voz de Valeria venir a su consultorio y, por lo que dice deduzco que habla por teléfono con su hermano- ¿y qué quieres que haga yo? - sigue hablando, creo que no me ha visto todavía.
De repente veo que se sienta y echa la cabeza hacia atrás cerrando los ojos, mientras que sigue hablando con su hermano
- Sabes perfectamente que desde que herede el hospital no me hablo con más de la mitad de la familia – habla con los ojos cerrados y con la mano libre encima de ellos – bueno, ya veré que hago, si, después hablamos – contesta desanimada- si te estoy escuchando – alza la voz, creo que está discutiendo con él - mira Óscar, ahora mismo estoy agotada, y no me encuentro bien, además que lo último que me apetece ahora es seguir discutiendo contigo, déjame en paz – termina diciendo y antes de que pueda responderle algo su hermano ella cuelga y tira el teléfono a la mesa
- Mal día – digo asustándola, ella abre los ojos me ve y los vuelve a cerrar
- ¿Desde cuándo estas aquí? - pregunta sin moverse de su sitio en la misma posición que antes