¿por qué a mí?

Séptimo capitulo: ¿la gelatina?

En el momento en que Sal estaba pensando que todo esto no podría empeorar, en realidad en lo que se estaba apoyando no era lo que él creía, bueno, en realidad ya no podía siquiera asimilar si algo de aquí era real o falso o si toda su realidad era nada más que una mentira en la que estaba con su familia.

Él se encontraba en este momento flotando en el aire y todo era tembloroso, aunque podría haberse caído desde ya hace un rato, trataba de evitarlo a toda costa, no podía darse el lujo de perder el equilibrio por completo, en este punto, podía llegar a suceder que terminar cayendo sin tener donde aterrizar en caso de que dejara de estar bajo el control de eso que lo hacía flotar.

Sal empezó a ver por todos los lados en caso de lograr encontrar el lugar donde provenía esto, pero en el momento en que estaba tratando de encontrar también el poder salir de este gran problema, justo en la cima de uno de los arboles fue que lo vio, este no era un bosque común en ni un sentido, todo lo que había pasado, aunque se dijeran que son plantas que posiblemente no se habían descubierto por su poco cantidad o que incluso sólo podrían verse envuelto en cuentos de terror, era sólo el principio de este largo camino que tenía por delante.

Sal vio como una sombra lo observaba desde lo alto, esta sombra, que no se podía reconocer nada de su rostro o su cuerpo, pero que a lo lejos podía ver lo que eran dos puntos rojos y violetas, en sí era que cambiaban entre estos dos colores de forma, al parecer no tenía boca o por lo menos eso se podía decir desde la distancia, se diría que tendría que llevar alguna clase de capucha para evitar que lo vieran por completo pero lo increíble es que no llevaba nada, más bien, esto era como si se tratase de la oscuridad pura lo que era.

Este ente que estaba observando sin decir nada, parecía no tener cuerpo alguno, ya que lo único que se podría distinguir era lo que sería su cabeza, pero algo no estaba para nada bien, en el momento en que Sal se le quedo mirando por un tiempo, de pronto empezó a sentir un escalofrío recorrer su cuerpo como si este estuviera viendo a su presa y él fuera a ser cazado en cualquier momento.

Sin siquiera poder moverse para nada, de pronto logró salir de este transe en el momento en que escuchó un chillido completamente desgarrador, al dirigir su atención a este, lo que estaba pasando justo frente a él no estaba ni cerca de lo que pudiera esperarse. Justo enfrente pudo ver a un mono, pero este no era para nada lo que vería uno de verdad, este parecía ser una parte de hueso, esto sin ser de forma figurativa, ya que en sí se podía ver, la mitad de su cuerpo era puro esqueleto y la otra parte, que debería de verse bien por lo menos, en realidad sólo se miraba como empezaba a derretirse. Em este momento fue que pudo notar la realidad, esta cosa que lo tenía flotando empezó a dejar de ser transparente para volverse completamente verde con negro, era un curioso color, al igual que la combinación, pero no podía ser nada de esto lo correcto, lo que sucedió después de esto fue que pudo ver hacía donde tenía que ir para escapar de esto y mientras el chillido se volvía más agudo que hacía que le dolieron los oídos, empezó a correr y con eso bajarse de esta cosa que parecía moverse muy lentamente y su forma gelatinosa fue lo único que pudo recordar. Además de ello, Sal trato de hacer todo lo posible por cubrirse los oídos para que no le lastimaran más ese chillido que era cada vez más y más fuerte pero que en cuestión de unos minutos empezaba a irse apagando.

Sin ver para nada atrás, vio hacía adelante y dijo.

Sal – Rayos… esto no está bien, ¿Qué rayos es esta cosa? No puedo creer que por poco y ya no salía, debo de encontrar un lugar donde poder descansar, aunque sea por un rato, no puedo estar corriendo, además me siento tan pesado, pero si todo esto es así, no creo que haya alguien vivo en este lugar, bueno incluso veo que será difícil que alguien me venga a rescatar de este lugar –

Sal, entendiendo al fin que este lugar si fuera un sitio de sumo riesgo que no podrían enviar a nadie a rescatarlo, debería de permanecer corriendo y ocultándose por siempre o por lo menos hasta que logre encontrar algún camino para salir de este maldito lugar.

Sin embargo, en esta ocasión su huida no sería como había logrado ser en otras ocasiones, puesto que esa entidad que lo había estado viendo desde lo alto al fin empezó a moverse y su velocidad no era ninguna broma, empezó a ir directamente hacía Sal y no tenía ni la menor intención de dejarlo escapar. En lo que no habría ni una boca, de pronto unos dientes afilados y puntiagudos empezaron a emerger, así como de los ojos empezó a gotear lo que era ¿Sangre?, esto que recorría ahora y goteaba en sus ojos que al parecer era sangre casi llegó a alcanzarlo.

Sal, que por un instante volteo hacía atrás, fue que lo pudo ver por completo, esta entidad que era nada más que una cabeza ahora podía notar lo aterradora que era, ojos que sangraban o incluso puede que fueran puramente sangre, unos dientes puntiagudos y afilados que se volvían más grandes cada vez que estaba más cerca de él y algo que era difícil de describir que era como si fueran unos huesos que empezaban a salir de atrás y mostraban lo que era el resto de su cuerpo.

Puede que este fuera mucho más fácil de evadir que contra los otros entes con los que se encontró al principio, pero al ser que no conocía nada sobre este significaría que es una gran desventaja para él en todo el sentido de la palabra. Al sentir que era su fin, Sal sólo cerro sus ojos mientras corría sin parar, esto sólo para esperar que todo esto terminara por completo.



#1288 en Thriller
#487 en Suspenso
#202 en Terror

En el texto hay: suspenso

Editado: 29.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.