¿por qué a mí?

Octavo capitulo: Al fin, una persona en este espantoso lugar

Justo en este frío lugar en el cual no se podía encontrar a ni una persona merodeando por los alrededores, para suerte de Sal, había alguien que justo llegó a ese mismo lugar y viéndolo lo ayudo para que pudiera salir ileso de esa situación, así que, durante la intensa pelea que tenían estos monstruos entre sí, lo jalo y se lo empezó a llevar lejos de allí.

No dijo ni una palabra, al parecer ya debería de ser una persona que lleva bastante tiempo en este lugar, ya que la manera en que hizo para poder llevarse a Sal fue con la majestuosidad de un veterano. No hizo demasiado ruido, más bien era que el ruido que hizo fue mínimo y la violenta batalla que había era lo suficientemente estruendosa como para evitar que le prestaran atención.

Sal, que estaba completamente en shock, no podía entender que era lo que estaba sucediendo ni mucho menos qué o quién era el que lo estaba jalando, en realidad no quiso abrir para nada sus ojos debido a que se había resignado a morir en este lugar. Mientras todo esto sucedía en tan poco tiempo, Sal pensaba.

Sal – Ahhh… la verdad no sé si es que ya me están por comer o lo que tenga pensado hacer de mí, pero sólo puedo dejarme llevar si es que no puedo hacer nada más, por lo menos… hice… lo mejor que pude para poder sobrevivir hasta el día de hoy. Si tan sólo pudiera escapar, puede que tendría otra oportunidad para continuar, sí… este es mi fin –

Esta persona que vio que Sal no respondía en lo más mínimo dijo:

Persona misteriosa – ¡hey!, ya nos hemos alejado algo de ellos, así que es mejor que empieces a correr si es que de verdad no quieres morir, escúchame ¡Regresa en ti! ¡No dejes que la hipnosis te afecte! Si quieres sobrevivir, debemos de alejarnos más, ya que en el momento en que cualquiera de los dos termine ganando vendrán por nosotros –

Pero Sal seguía sin siquiera responder a su llamado, viendo que esto si era serio, chasqueo con un “tch” para luego cerrar sus ojos por un momento y con ello respiró profundamente para luego decirse a sí mismo “Bien” y con ello tomar a Sal en brazos y con ello empezar a correr.

Mientras se alejaban más y más de la zona de “peligro” pensó:

Persona misteriosa – no puedo dejar que muera aquí, es el único que he encontrado que no se ha vuelto loco aún, al igual que también sigue en una pieza, haaaa… si tan sólo fuera tan fácil poder sobrevivir en este lugar, pero no es así, no es un lugar donde debería de haber vida alguna, hasta me alegro de seguir viva hasta este punto, pero también si me mantengo completamente en aislamiento de otras personas no faltará mucho para que pierda la cabeza también. Por el momento, lo mejor será encontrar un lugar donde descansar, al parecer… – miró a Sal y le dio un pequeño vistazo – bien, sólo parece que el susto fue demasiado como para quedar paralizado pero estará bien una vez entremos en un lugar que sea seguro para descansar. Sólo espero que pueda aguantar hasta encontrar alguno –

Seguía corriendo sin parar, pero el tener que llevar a alguien no era algo tan simple como parecía, puesto que en cuestión de un buen tramo de haber estado corriendo, ya podía notarse que el aliento se le estaba yendo, la respiración que se volvía un poco más pesada era la muestra absoluta de esto. Pero en un lugar donde su vida estaba en peligro era algo que hacía que la adrenalina subiera por las nubes y de esta manera ni siquiera pudiera sentir sus limitaciones. Es por ello que, aunque sus brazos empezaban a adormecerse, podía seguir adelante sin falta alguna.

A lo lejos vio lo que era un lugar donde parecía estar todo bien y que sería el mejor lugar para descansar, estaba a punto de dirigirse hacia allí, pero sacudió su cabeza para luego desviarse y dirigirse hacía otra dirección contraria a esta. En el momento en que vio lo que parecían ser unos arboles con unas espinas, dijo con gran alegría.

Persona misteriosa – jajajaja… al fin… haaaa… la ceiba… vamos a descansar en este lugar y… haaa… cuando todas mis fuerzas las recupere… ahh, ufff… vamos a platicar… –

Y con esto cayo rendido terminando encima de Sal como si se tratase de su almohada, al igual que a los pocos segundos termino perdiendo el conocimiento. Por su parte, Sal había al fin reaccionado, pero al parecer aquel golpe más todo lo que había pasado junto a esos monstruos lo dejó también inconsciente y no pudo ni reconocer bien quien lo había salvado para terminar los dos tirados bajo la sombra de la ceiba.



#1305 en Thriller
#491 en Suspenso
#207 en Terror

En el texto hay: suspenso

Editado: 29.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.