Vigesimosegundo capitulo: Mudar de piel (sueño)

Todo este lugar tan monótono ahora no era nada más que un sitio donde se encontraban dos personas. En este sitio donde no se veía nada más que un agua claro que se extendía a lo largo, un poco de arboles a los alrededores y una pequeña cueva donde se habían instalados estos visitantes era el panorama que se miraba día a día.

Aquí no se llegaba a notar que algún peligro apareciera ni mucho menos que hubiera algún cambio en lo absoluto. Así es como todo esto se empezó a volver en una rutina que se seguía repitiendo sin fin. Puede que eso seguiría de esta manera hasta que en un lado de este lago empezó a salir unas burbujas hasta volverse como una fuente que llenaba de nuevos colores este lugar,

Esto no sería nada más que una muestra que este lugar en sí seguía siendo un sitio en el cual todo podía suceder de un momento a otro. Pero esta fuente que brotaba con gran fervor nunca dejó que alguno de ellos los tocara, pero al mismo tiempo también trato de mantenerlos siempre a la orilla del lago y llamando su atención.

Al principio no había sucedido nada y sólo se había vuelto poco a poco una cosa más que agregar a la rutina, pero poco a poco algo parecía ir cambiando, esta pequeña fuente empezaba a emanar de ella lo que era calor y en ocasiones era un poco de frío para mantener siempre una temperatura adecuada para los dos, de la misma manera se había vuelto en una pequeña luz que los acompañaba durante la noche.

Lo que había sucedido con los dos visitantes era que se habían vuelto como unos muñecos que no sentían ni hacían nada que repetir siempre algunas acciones como si fueran robots, si se tratara de mirarlos a sus ojos, estos mostraban que no había nada en ellos, sino que se habían vueltos en unos cascarones completamente vacíos, no había brillo en ellos no había nada.

En este vacío todo lo que tendrían que hacer era seguir un día más a la vez, sin nada en que pensar, ni imaginar, la vida no era nada más que algo que les había sido arrebatados, un sueño puede que sea la mejor manera de estar en este momento.

Ante un sueño profundo, ellos ya no tendrían que preocuparse por nada, puesto que este lugar no era el sitio para nadie y el haber estado ya vivos por bastante tiempo ya se podría considerar un milagro de por sí. Pero de pronto, tras haber pasado ya algunas semanas, una pequeña chispa se encendió en sus mirar, aunque este destello fue muy breve, era la completa prueba de que ellos aún se encontraban ahí y que en cualquier momento puede que regresaban en sí.

El lago, por otro lado, al parecer no lo había percibido este pequeño cambio que era lo que en realidad quería evitar. En realidad, este lugar no era un sitio en el cual se pudiera quedar por mucho tiempo, ya que lo que buscaba era teñirse con los colores de cualquier persona o cosa que llegara hasta su presencia. En el caso de ellos, sólo estaba esperando que pudieran terminar perdiéndose por completo y en ese preciso momento sería capaz de quedarse con todos sus recuerdos que lo nutrirían y harían cada vez más fuerte.

Pero esta fuente que apareció de la nada, era como un error en el lago, algo que nunca debería de haber salido, ni mucho menos tendría que ser capaz de pasar desapercibido de este ecosistema. La manera en que esta pequeña fuente que no era más que una gota en la inmensidad del lago, no dejaba solo a este par que estaba en un sueño profundo.

Tras haber logrado mantenerse firme en este hostil lugar que cada que pudiera le lograba cortar todo aquello que lo mantenía con vida y hacer su trabajo de poder traerlos de vuelta, sin embargo, esto no podría ser posible si es que ellos ya estuvieran completamente corrompidos, había una regla no escrita en todo este lugar, que era lo que podía ser la diferencia entre si tuviera la posibilidad de salir o mantenerse con vida o todo estaría perdido.

Bajo la bella luz de la luna, que al principio del anochecer todo parecía seguir igual, algo empezó a cambiar, en las pupilas de uno de estos dos empezó a mostrar un pequeño destello que no dejaba de brillar, un pequeño cambio en sus acciones fue lo que se pudo notar. Aunque todo parecía que no habían salido por completo de aquel sueño y sus recuerdos se mantenían sellados en lo más profundo de su ser, en realidad el simple hecho de que ya no seguía por completo esa rutina que habían aprendido al estar frente a este lago, era la señal de que todo estaba empezando a funcionar.

Lo primero que se podía notar era que ahora empezó a comer, aunque aún no dormía o había grandes cambios de forma abrupta en todo lo que hacía, la característica fue que empezó a comer las cerezas que tenía consigo y se encontraban ahora resguardadas en aquella cueva que se había vuelto su hogar.

Conforme empezaba a pasar el tiempo y las cerezas se les terminaron, empezó a continuar su rutina pero ahora buscaba a los alrededores más arboles con cerezas. Era como si ahora supiera que necesitaba comer algo y al ser lo único que habían encontrado en este lugar para poder alimentarse, era lo que buscaba para mantenerse con vida.

Tras pasar unos tres días sin comer nada, al fin encontró un árbol un poco escondido entre el frondoso bosque de los alrededores, lo que era increíble era que no estaba en lo profundo, pero a pesar de ello se logró esconder muy bien y por ello no se había dado cuenta de que ahí se encontraba.

Al haberse reabastecido de cerezas, empezó a darle a su compañero de comer cerezas, aunque por supuesto que al principio no comía nada y cada bocado que le daba terminaba cayendo al final de su boca, ya que no masticaba y no trabaja nada, pero esto no le hizo echarse para atrás, sino que siguió intentándolo hasta que al final empezó a comer. Sólo un pequeño cambio fue suficiente, pero la cuestión era de que por cuanto tiempo podrían seguir de esta forma.