Desde el momento en que los dos lograron salir de ese lugar donde no habían sido más que prisioneros y casi convertidos en nada más que marionetas, corrieron y corrieron hasta ya no poder ver más ese lago. En este sitio donde ni un lugar es siquiera seguro en lo absoluto, acaban de terminar volviendo a ver su realidad.
De esta manera, hasta que lograron sentir que estaban seguros, empezaron a buscar por diferentes lugares lo que eran arboles de cereza y así poder comer algo. Mientras buscaban en silencio, no se podía decir que la incomodidad del uno al otro era algo inexistente, quizás haya sido por la manera en que se encontraron al principio y el estar en constante peligro, pero en realidad no era nada de que tener que preocuparse hasta este momento.
Los dos se habían dado cuenta que en realidad habían estado juntos ya mucho tiempo, ya que en realidad, aunque pareciera tan poco, en sí tuvieron que estar caminando durante ya tanto tiempo y casi no se hablaron como debía de ser en todo este tiempo, siempre fue como si no fueran más que desconocidos.
Tras a ver pasado por esto, empezaron a darse cuenta que la comunicación era necesaria y en este preciso momento, a pesar de la incomodidad se podía sentir entre los dos al empezar a ser consciente el uno del otro, sólo pudieron mantener una ligera distancia que no se había acortado en todo este tiempo.
En el camino llegaron a ver un pequeño lugar, este parecía ser una pradera, al ser que era de las pequeñas partes más “normales” que habían encontrado, cansados de tanto estar caminando sin descansar, decidieron que era mejor quedarse por un momento en ese lugar antes de continuar su viaje.
Al sentarse sobre la grama, los dos se miraron por un momento para luego empezar a decir:
Sal – Este… Miel… la verdad es que… – el nerviosismo invadió a Sal por un momento – la verdad es… que quiero… – sin poder articular bien las palabras sólo podía sentirse como de lo peor por ser así – mi nombre es Sal… López Salanic y la verdad es que de donde soy… bueno, vivo en… no… este… donde vivía – un poco triste – era en Xela –
Miel, un poco sorprendida, pero a la vez dejando salir una pequeña risilla por la manera en que Sal trataba de conseguir una conversación, respondió – ejem… bueno, mi nombre es Miel, Miel Floridalma Morales Pérez, y yo soy de Toto – extendió su mano a Sal – un gusto conocerte –
Miel que mostraba una sonrisa sincera a Sal, hizo que este dejara de lado su nerviosismo y también sonriera sinceramente a pesar de la situación en la que estaban y con ello estrecharon sus manos.
Aunque pudiera decirse que era algo ridículo, pero en realidad esta pequeña presentación tuvo un gran significado para los dos que para cualquier otra persona. Con esto se daba el primer paso para poder empezar a conocerse más.
Sal – Ah, ahora que lo pienso, en realidad no somos de lugares tan lejanos, incluso vivimos en el mismo país, sólo falta que todos los que hemos caído en este lugar somos del mismo lugar –
Miel – tienes razón, los dos no vivimos tan lejos, pero – dirigió su mirada hacia la basta pradera – en realidad no es así, el como entrar a este lugar no tengo ni la menor idea pero la realidad es que han venido de diferentes partes del mundo –
Sal, sorprendido ante tal declaración de Miel, inmediatamente dijo – si es que han venido de otros lugares, eso quiere decir… ¡¡En realidad puede que haya más personas a parte de nosotros aquí –
Miel, que por un instante su sonrisa se desvaneció para mostrar una indescriptible expresión que llenaba tristeza, desesperación, pero, sobre todo, soledad respondió – en realidad todo eso es cierto y a la vez no –
Sal, dándose cuenta que había cometido un grave error con lo que dijo, sólo pudo entrar en pánico mientras trataba de solucionar la situación diciendo – eh… este… veras, no quería… jajaja, sabes en realidad hoy si me siento un poco más cansado, además de que hemos logrado conseguir bastante cerezas, así que será mejor que comamos un poco… bueno, este… quizás sea mejor buscar algo más de comer, estoy seguro de que debe de haber algo más, ya me empiezo a cansar de comer sólo esto, pero este… jajaja –
Miel, recobrando la compostura sólo se rio de la forma en que Sal trataba de remediar todo, mientras pensaba – tiene razón, sería bueno poder comer algo más además de las manzanas, además ahora ya no estoy sola como antes –
Luego de parar de reír, Miel dijo – sabes Sal, creo que ya me siento mejor –
Sal – Ahh… este ¿Segura? –
Miel – sí, sabes, aunque no me gustaría decir nada más, en realidad sí ha habido de otras naciones, esto lo sé ya que llegué a estar con algunos que decían ser de países como México, de España, Cuba, China, Corea, incluso me encontré con algunos de Estados unidos –
Sal – conque sí hay otras personas de otros lugares, entonces debiste haber tenido que pasa… ¡no! Nonononono, no me hagas caso –
Miel – ja, no te preocupes, con estas personas no compartí mucho y algunos de ellos me enteré de donde eran sólo por casualidad de que justo llegué a ver algunas de sus cosas que traían consigo y en ellos se podía ver el lugar de donde provenían, así como… mmmm… ya sé, es como si estuviera viendo sus DPI, aunque claro, ellos creo que no se llaman así –
Sal – jaja, ja jajaja, ja… bueno, al parecer si ha habido todo tipo de personas en este lugar, pero al parecer si será un poco difícil encontrarlos así nada más –
Editado: 31.08.2025