Ya después de todo lo que había sucedido, Miel empezó a ver que Sal era confiable y que podría ser capaz de lograr llegar a salir de aquí si estaban juntos. Por supuesto que estaba tomando en cuenta que esto no sería tan sencillo, pero la esperanza era algo que estaba volviendo a nacer en ella.
Entre sus recuerdos, mientras se encontraban sentados tomando un pequeño descanso, ella recordó que aquella casa donde estuvo cuando entro en este lugar por primera vez debería de estar cerca. Así que, sin pensarlo demasiado, dijo
Miel – Sal, sabes –
Sal – ¿Mhm? –
Miel – justo creo que podemos encontrar la casa que te había contado, así que… –
Sal – ¿Acaso… quieres ir allá? –
Miel – bueno, la verdad… es que sí, sé que es un lugar peligroso y todo, pero siento que deberíamos de ir allí –
Sal suspiró ante esa respuesta, sentía que era una mala idea, pero de todas maneras era cierto lo que Miel decía sobre el tener que ir allá es igual de peligroso que el estar en este lugar. De todas maneras, si es tal como ella lo había descrito, ese lugar debería de contar con mucha más comida, lo cual era algo bueno. El haber estado comiendo lo que eran cerezas durante ya tanto tiempo.
Aunque el tiempo había transcurrido, algo estaba claro, ellos habían visto que este lugar su tiempo no era igual que en su mundo, puede que incluso el tiempo que hayan estado fuera y lejos de sus casas, para sus seres queridos haya sido menor al que ellos creían, esto lo había deducido Sal al ver que el tiempo en su teléfono al fin había cambiado, era como si hubiera pasado a penas una hora mientras para ellos ya había sido algunos años.
En este momento se puede decir que ellos ya se conocen desde hace más de unos seis años. El tiempo si que había transcurrido y el simple hecho de que no se hayan dado cuenta de esto ni de que eran un hombre y una mujer que estaban siempre juntos y que hay cosas que pueden suceder, en realidad había sido ante el peligro que tenían que vivir constantemente.
El haber podido dormir a pesar de todo el peligro, era algo maravilloso. Se dieron cuenta que en el momento en que lograban dormir era algo necesario para poder mantenerse cuerdos. Pero esto no sería posible si estuvieran solos, así que el tiempo que tenían para dormir era por turnos y un lapso que no pasara de unas tres horas cada uno.
Aunque quisieran dormir por mucho más tiempo, este lugar no les dejaría hacerlo. El como medir el tiempo se hizo más sencillo al ver que el teléfono de Sal era capaz de marcar con exactitud el tiempo después de llegar a usar lo que era el cronometro.
Miel, por su parte, todas sus cosas prácticamente las dejo en aquella casa donde estaban dirigiéndose en este momento, así que ella esperaba llegar a encontrarlos aún. Puede que entre todas las cosas que llevaba consigo fuera posible el poder seguir adelante y también que hubiera alguna pista para poder regresar. Ya que al final de cuentas, ella terminó en este lugar mientras caminaba entre aquel día lluvioso.
Considerando que puede que ya no habría nada al ser que fue atacada por ese monstruo que estaba en llamas, pero a pesar de ello todavía quería regresar. No podía seguir adelante sin saber si había alguna posibilidad de encontrar alguna pista en ese lugar.
Mientras los dos caminaban, todo este lugar parecía mantener cierta hostilidad hacia ellos, esto nunca disminuyo, sino que cada vez se volvía más y más grande. Era como si ellos envidiaran algo que sólo ellos tenían. En sí era como si el simple hecho de que hayan logrado sobrevivir a todas estas cosas en el momento que eran más vulnerables fuera uno de los motivos.
Por otra parte, el hecho de encontrarse los dos y el que Miel ya había visto a otras personas, eran los suficientes indicios como para creer la posibilidad de que en realidad podían encontrar a otras personas, además de que, si encontraban las cosas de Miel, también puede que haya cosas de otras personas que puedan ser de ayuda.
Mientras caminaban en este lugar, esta vez no trataron de evitar ni un peligro, consideraron que en este instante si sería mejor el poder estar seguros que era necesario el pelear contra ellos, además que de algunas de estas criaturas que eran muy peligrosas, por alguna razón, habían encontrado que las mismas cerezas eran parte de su debilidad, así que debían de comprobar también si eran todas o no, por lo menos habían sido capaces de comprobarlo ya en tres.
Por otra parte, el querer llegar a la casa no estaba sólo con la intención de llegar a encontrar las cosas de Miel, sino que ellos dos tenían algo en mente, el poder comer, bañarse, cambiarse de ropa y descansar bien por una vez.
Ya que según la historia de Miel, esto debería de ser algunas de las cosas que debía de haber en este. Así que el poder al fin bañarse era algo que los dos anhelaban. Aunque en este lugar no daba ninguna sensación de estar sucios o ganas de hacer cualquier necesidad, sino que eran más como si ellos fueran robots, pero esto era algo que ellos querían hacer, ya habían olvidado como se sentía, pero en sus recuerdos recordaban que esto era algo maravilloso. Con esto, los dos se encontraban en dirección hacía la casa aquella.
Editado: 16.11.2025