¿por qué a mí?

Trigésimo séptimo capitulo: Un lugar de recuerdos olvidados (2)

Mientras Sal y Miel se encontraban en un gran aprieto ante las habilidades de estas criaturas, pero eso no fue lo suficientemente poderoso como para detenerlos. Esto no era porque fueran débiles, sino que era debido a que las cerezas que ellos siempre comían y cargaban fueron capaces de repelerlos.

Entre todo este lugar donde nada era más que una simple bandera de la muerte, esta parecía ser algo diferente, aunque tampoco se sabía como fue que lograron crecer en estas tierras y si siquiera pueda que esto sea lo que dicen “Junto a todo veneno, su antídoto crece cerca”.

Lo cierto era que estos fueron los que le ayudaron a pasar de este lugar y lograr salir corriendo. Por supuesto que estos “ojos” no le dejarían en paz, así que al darse cuenta que no les había hecho nada su ataque, empezaron a ir directamente hacía ellos mientras emitían un color entre rojo y violeta en sus pupilas. En el momento en que empezaron a hacer eso no era nada más que una señal de que estaban listos para empezar a esparcir lo que era su nube venenosa en cualquier momento, pero también que estaban furiosos.

Miel y Sal, mientras corrían con todas sus fuerzas, estaban viendo que esto no sería para nada fácil, así que escalaron rápidamente en el primer árbol que se les presentó y de esta manera, aprovechando las lianas que estaban en los mismos, empezaron a columpiarse para ir de un árbol a otro. Esto podría ser una muy mala opción, si es que no fuera porque estas lianas son las mismas que trataron de atraparlos hace un momento.

El motivo por el cual hicieron esto a pesar del peligro que representaban, era simple, vieron que entre peligro, las lianas eran menos peligrosas que esos ojos, además de que en el momento en que estas estaban por empezar a atacarlos, en sí debían de dejar eso a un lado, ya que se debían de enfrentar a los ojos que rápidamente los atacaban para poder ser capaces de atrapar a Miel y Sal.

En medio de todo este caos, los dos siguieron este mismo método hasta encontrar un punto en el que podían irse lejos de ese lugar. Sin siquiera pensar en ver atrás si los estaban siguiendo o no, al balancearse en la ultima liana, calcularon el poder aterrizar en un punto donde no hubiera demasiadas cosas que les pudiera hacer tropezarse. Esto por supuesto que no sería algo sencillo de hacer, pero tras haber estado recorriendo ya este lugar por bastante tiempo, terminaron llegando a conseguir algunas habilidades que antes no serían nada más que un sueño.

Estas habilidades que lograron tener tras la ardua convicción de lograr sobrevivir, es lo que les ha mantenido hasta el día de hoy. Sin siquiera entender si podrían están en un peligro mayor adelante, sólo los dos tenían en sus ojos aquella esperanza de que saldrían de este lugar sea como sea y lograrían su objetivo.

En este momento aún están pensando que este lugar es un completo infierno, en el cual nada traería paz más que la misma muerte, pero a la vez no querían darse por vencidos, querían lograr salir de este lugar, demostrar que esto no sería nada y que ellos siguen avanzando por sus propias fuerzas.

Las diferentes criaturas que habitan en este lugar, ninguna era posible derrotar o matar por alguno de ellos, la única manera de ver que llegaran a ser derrotados era por ellas mismas. Así que no había nada más que darse por vencido, pero Miel y Sal creían que debería de haber alguna manera de poder enfrentarlos, aunque en este momento aún fueran completamente débiles, pero el poder conquistar esto podría ser algo que deberían de ver en un futuro.

Es por ello que aquella arma que tenían contra las lianas era la primera en tener algún resultado. Esto era algo que les estaba llenando de esperanza en poder conseguir más formas para otros. Además de que, aunque sabían que las cerezas también eran muy efectivas, no podían estar consiguiendo y tirando cerezas cada vez que se encontraban en algún peligro, además de que era su único alimento que tenían en todo este lugar.

En el caso del agua, que no habían tomado cuando muy se conocieron, al fin habían encontrado un manantial que el agua que proporcionaban sí era segura, por lo menos en ciertas temporadas, así que habían tenido que pasar por ese lugar en el momento en que era potable e irse de ahí en el momento en que no lo era.

Esto no lo consiguieron probando, sino por que Miel tenía unos apuntes que había encontrado donde lo describía, por supuesto que esto no eran más que dos hojas de todo lo que debió de haber sido antes, pero era lo suficientemente importantes con la información que dieron en esas dos hojas.

Mientras iban corriendo, poco a poco se iban alejando del peligro en que se encontraban, pero pro supuesto que ellos iban jadeando y el aliento se les empezaba a ir. Cada vez les era más difícil el poder mantener la respiración, pero no podía parar aún, algo les decía que debían de continuar si es que querían seguir vivos. Es por ello que dieron lo mejor de ellos por lograr seguir aguantando por un poco más de tiempo.

Los dos sentían como sus pies les dolían, además de que sentían que sus pulmones eran perforados con cada respiración, su corazón latía tan rápido ante la adrenalina que sentían, pero siguieron avanzando. Sus ojos que les empezaba a doler debido a su propio sudor que caía en su frente, era algo que les dificultaba un poco el poder darse cuenta bien en lo que iban pisando.

Sin embargo, ya cuando estaban a punto de sentir que iban a morir de verdad, los dos se detuvieron al ver una pradera frente a ella. Esta que estaba llena de flores silvestres, no contaba con ni un árbol que estorbara, bueno, para empezar, era como si estos no existieran en primer lugar.



#2303 en Thriller
#867 en Suspenso
#495 en Terror

En el texto hay: suspenso

Editado: 30.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.