¿por qué a mí?

Trigésimo noveno capitulo: Un lugar de recuerdos olvidados (4)

Después de haber estado viendo sus recuerdos por un buen rato, los dos volvieron a ver hacia la dirección donde se dirigían, el camino se había vuelto a mostrar y con ello podían seguir ese rastro.

Pero por supuesto, sus ojos estaban rojos debido a las lagrimas que habían derramado. En ese momento vieron que hay cosas que pueden ser tan dolorosas sin tener que ser necesario el recibir alguna herida. Esto no podía ser algo que quisieran conocer aún. Aunque ahora que lo pensaban, el tiempo que habían estado en este lugar era también algo que sucedió desde hace años y por ende, aunque regresaran a sus casas, no sabrían si es que todo seguiría tal y como lo recuerdan, mucho menos si es que aún los recuerdan o ya los olvidaron.

En este basto lugar, se mantuvieron caminando por un buen rato más, mejor dicho, aquí estuvieron por más de unos tres meses, el tener que oír siempre susurros de sus pasados que los invitaba a desviarse del camino no fue algo sencillo de afrontar. Los dos no estuvieron caminando sin descanso, se mantuvieron siempre tomando pequeñas siestas de unas dos a tres horas cada uno por día, además de que siempre comían unas cuantas cerezas juntos.

Desde ese tiempo, ellos siempre se tomaban de la mano y no se soltaban por más que consideraran que esto era un poco vergonzoso. En este punto, por alguna razón. Se estaban empezando a dar cuenta que eran un hombre y una mujer que estaban caminando solos en este lugar, no había nadie más y ellos eran conscientes de lo que antes habían ignorado.

El tomarse de las manos durante todo este tiempo, aunque al principio pareciera como una exageración de cierta manera, terminó siendo un salvavidas para los dos. En esos momentos en que las voces les llamaba y que la tentación de salirse del camino les invadía, el sentir la mano del otro era como una cierta conexión que les hacía mantenerse cuerdos y continuar, mientras que intentaban ignorarlo.

Los únicos momentos en que se soltaban era cuando comían, el cual era tres veces al día, o si es que tomaban un pequeño descanso y se ponían a hablar un poco de sus anteriores vidas antes de llegar a este lugar. Se habían dado cuenta que podían hablar y no les pasaría nada, por lo menos mientras no dejaran el camino.

El poder reírse de la torpeza del otro y de sí mismos era algo que no podían imaginarse antes. Sus lados que los dos ocultaban por temor al qué dirán habían sido descubiertos en este recorrido, sus “oscuro pasado” al igual que de los momentos más felices que recordaban era algo de lo que hablar.

Conforme seguían pasando todo este tiempo, estando ya a punto de salir, se detuvieron justo por un momento. La salida de este lugar se encontraba ya a muy pocos pasos y con ello el poder estar en este sufrimiento llamado “nostalgia”, esa por aquello que había quedado en el olvido, estaba al fin por terminar.

Los dos se vieron entre sí y luego dirigieron nuevamente la mirada hacía atrás y notar esos recuerdos que se reproducían en este campo para luego abrazarse. Ese cálido abrazo, fuerte, seguro y que les traía una conexión que no se imaginaban tener al principio, fue uno de los más dolorosos a la vez.

Los dos se miraron y, mientras volvían a sentir que esto puede ser también como un sueño fugaz donde pueden terminar solos, volvieron a abrazarse mientras decían:

Miel – yo… yo… – sollozar – no quiero… que esto termine así –

Sal – yo... tampoco… quiero q-que sea así el final – sollozar – no puedo pensar que este puede ser algo que olvidaremos pronto también –

La realidad de este lugar, algo que los dos llegaron a darse cuenta y que sus corazones fueron capaces de entender lo que sucedería, en el momento en que salieran de ese lugar podían llegar a olvidar todo lo sucedido e incluso, el volverse unos completos desconocidos era algo muy probable que pasara.

Pero a pesar de eso, aunque fuera lo ultimo que tuvieran que hacer, no podían quedarse en este lugar también, así que estaban dispuestos a salir pero, antes de que eso suceda, siguieron diciendo:

Sal – pero… prometo que no te voy a olvidar aunque este lugar trate de robarme mis recuerdos, ya que… – morderse un poco los labios – to… do esto no es algo que sea mentira, en mi corazón lo… lo voy a guardar y ate… sorar –

Miel – yo… tam… poco lo voy a olv… vidar… y-ya que durante todo este tiempo, tanto tiempo he estado sola en este lugar y haberte encontrado fue… lo mejor que me pudo pasar. Aunque al principio pensaba que eras un caso perdido y… también alguien que… q-que no era más que una carga… ahora pienso diferente. Y te agradezco por haberme soportado durante todo este tiempo. Y… espero que podamos salir vivos los dos –

El corazón de los dos se lleno de dolor ante las ultimas palabras que dijo Miel, esto ya que sabían que había una gran posibilidad de que alguno de los dos terminara muriendo en este lugar. Pero también a la vez, esto era algo que daba a entender que los dos se habían vuelto un poco más cercano después de todo.

Todo el lugar, al ser que sólo ellos estaban en este lugar, empezó a volverse como un atardecer y sopló un fresco viento, como si todo el lugar se despidiera también de ellos. De pronto varios recuerdos adornaron el lugar, donde se podía ver algunos donde llovía con fuerza y como ellos iban pasando ya sea solos, con sus amigos, familia. De la misma manera, se podía ver algunos lados donde estaba soleado y se veía las risas de cada uno y como la pasaban bien, cada una de sus tristezas y felicidades, lecciones que habían aprendido durante el transcurso de sus vidas pasaron de forma fragmentada a su alrededor.



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En el texto hay: suspenso

Editado: 15.12.2025

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