-Cristo bendice copiosamente vuestro amor conyugal, y él, que os consagró un día con el santo Bautismo, os enriquece hoy y os da fuerza con un Sacramento peculiar para que os guardéis mutua y perpetua fidelidad y podáis cumplir las demás obligaciones del Matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención. – el padre se acerca mas a ellos, veo la cara de mi tía con una gran sonrisa igual que la de todos. -Adriana y Sebastián, ¿venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente? - Sebastián baja su cabeza y Adriana se acomoda quedando frente a frete.
-si venimos libre mente – responde Adriana
-y usted Sebastián? – el cura mira a Sebastián, pero el sigue son su mirada en el piso *no se en que tanto piensa *
-si…- alza su mirada y me mira con sus ojos de tristeza que se clavan en mí. No quiero que este triste solo quiero que este feliz hoy que es un día muy especial para él, solo quiero dejar de afectarlo – Si venimos libremente – quita su mirada y mira a el padre.
- ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del Matrimonio, durante toda la vida? – Tengo una gran nostalgia y tristeza como me gustaría a ver hecho las cosas diferentes y ahora tengo que aprender a vivir con esto, tal vez más adelante no duela tanto como ahora, tal vez quede como un recuerdo y ya.
- Si estamos decididos- Dicen al mismo tiempo
- ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia? - bajo mi mirada al pensar en mi hijo en el daño que le hice al pensar en abortarlo y en el daño que le voy a hacer al decirle que no tiene padre. No se si valla ha ser buena mamá tal vez no lo sea ya que siento que estoy sola y ahora solo pienso en que quiero que esto se acabe.
-Si estamos dispuestos – responde Adriana, pero Sebastián vuelve a dirigir su mirada así a mi decido esquivar su mirada y mirar hacia otro lado intentando contener mis lágrimas.
-Si estamos dispuestos – dice en vos baja
-Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia. – Siento una punzada en la parte baja de mi espalda provocándome un dolor horrible.
- ten – Adriana me pasa su rapo de flores, lo recibo y lo aprieto con fuerza tomo aire, pero me duele mucho.
- Yo, Sebastián, te quiero a ti, Adriana, como esposa
y me entrego a ti, y prometo serte fiel
en la prosperidad y en la adversidad,
en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte
todos los días de mi vida. – Sebastián toma la mano derecha de Adrián y las une mientras repite lo que el padre le dice.
- Yo, Adriana, te quiero a ti, Sebastián, como esposo
y me entrego a ti, y prometo serte fiel
en la prosperidad y en la adversidad,
en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte
todos los días de mi vida. – Repite Adriana, clavo mis uñas a el ramo no se que esta pasando dentro de mi pero no me gusta solo quiero ir al hospital.
– Adriana quieres ser mi mujer? – dice Sebastián
-SI, si quiero – responde emocionada
- Sebastián quieres ser mi marido? – pregunta ella
- si – toma aire – si quiero – sonríe
No entiendo porque esto es tan largo solo quiero que ya se acabe ir quitar me esta faja y ya … Desaparecer. Mi mirada se dirige a la puerta de la iglesia y veo entrar a Lucia con un vestido negro, zapatos cafés altos y su pelo alisado con Emilia que tiene vestido negro, zapatos rojos y el pelo recogido en una coleta, entran y se quedan mirándome.
*¿qué hacen ella aquí? *