Eran las diez de la mañana y en la casa de Josefina se puede evidenciar un silencio de ultratumba que daba miedo quedarse allí, pero ese silencio fue interrumpido por un fuerte estruendo que altera la aparente paz que existía. Josefina se da cuenta que alguien estaba golpeando la puerta; somnolienta se levanta, fue a ver quien era y abre la puerta, era una mujer con dos oficiales de policía:
- ¿Ustedes quienes son? - pregunta Josefina
- Hola soy.. Zahra y soy trabajadora social y ellos son policías - exclama la mujer formalmente
- ¿Qué quieren? - pregunta Josefina
- Somos de servicios sociales del gobierno y les informamos que serán llevadas a un hogar de menores - exclama la mujer y en ese momento aparece Ámbar que le pregunta a Josefina:
- ¿Qué pasa hermana? - pregunta tiernamente y Josefina se acerca a ella
- No.. pasa nada - miente
- ¿Y quiénes son ellos? - apunta a la trabajadora social y a los policías, vuelve a preguntar a su hermana
- Van a ser llevadas a un hogar de menores - exclama la mujer y se dirige a los policías - ordenen sus valijas - y los policías iban a hacer su labor cuando fueron interrumpidos por Josefina que se interpone - ¿Qué creen que hacen? - pregunta
- Van a irse a un hogar femenino.. - exclama la trabajadora social perdiendo la paciencia
- Eso a mí.. no me importa - dice Josefina cruzando los brazos
- Eso no es decisión suya.. - exclama la mujer y con la mano ordena a los policías. Ellos le ordenan la ropa y sus valijas son llevadas a la calle en donde todos los vecinos veían el triste espectáculo, que había generado la trabajadora social. Las mujeres comentan con malicia y los demás sentían compasión por las niñas, sobre todo por Ámbar que era la niña más dulce del barrio. Josefina se arma de valor y toma la mano de su hermana que la mira con ternura, para salir de la casa que vive hace más de veinte años y del lugar que la ve crecer y pueden ver sus travesuras, su hermana la mira:
- ¿A dónde vamos? - pregunta con ternura, que a Josefina tiene que mirarla con el profundo amor que sentía por ella
- A un lugar diferente.. - queriendo ser cortante
- ¿Vamos a estar juntas? - vuelve a preguntar y Josefina se agacha para mirarla a los ojos
- Por supuesto que sí.. vamos a estar juntas para siempre - le sonríe y le da un tierno beso en su frente, para Josefina ella era lo único que tiene en el mundo y se suben al auto y se van a un nuevo lugar.
En el mismo lugar..
Al frente está el joven misterioso con su auto en conjunto a su amigo, que mira la escena de manera indiferente y sin entender la extraña obsesión por la joven Josefina, el chófer mira al joven que dice:
- Sigue el auto.. - indica el auto que tiene que seguir y el chófer comienza a acelerar con disimulo y su amigo con su actitud nerviosa, siente ansiedad por todo esto; quería saber así que pregunta:
- ¿Por qué? - mira hacía adelante sin mirar a su amigo
- ¿Por qué.. qué? - lo mira y esté no lo mira
- ¿Por qué espías a ellas? - pregunta con la misma curiosidad
- Eso no te incumbe.. Christian.. - dice muy enojado
- Tranquilo.. Nicolás.. - sigue mirando hacia adelante y no pregunta nada más, mientras que él tenía los puños cerrados con la misma intranquilidad que los últimos días. Christian no había visto a su amigo Nicolás Carrera en ese estado o persiguiendo a una chica, que siempre ha sido su costumbre. El joven Nicolás Carrera descendía de una de las familias aristócratas del país y su patrimonio se basa en comercio y de prestigio por su colaboración a la cultura, su padre es médico y su madre una diseñadora de moda. Nicolás tiene actitudes tan escandalosas que le daba dolores de cabeza a sus padres, su apariencia física es casi similar, tenía veintitrés años, medía un metro ochenta, era de cabellera castaña oscura, de ojos azules, mirada penetrante; con postura erguida, inteligente y mucha agudeza mental, de tez blanca y el representa el éxito de su familia, de su procedencia. Mientras que su amigo Christian Amenábar era el polo opuesto de Nicolás, él tenía su misma edad, él era de ojos verdes, media un metro setenta y nueve, de cuerpo delgado, mirada sincera y dulce, de cabellera castaña clara que tenía un corte militar, de aspecto sobrio que opaca su atractivo, de comportamiento nervioso y obsesivo, siempre tiene un tic de acomodarse el cabello hacía atrás, como si fuera un ritual y nunca mira a los ojos, de hecho evita hacerlo, era de agradable de presencia muy atractivo, a pesar de eso no sonreía, no hacía ningún gesto y se muestra muy serio en todo momento, era muy inteligente en su área; desde el inconsciente de Christian no entendía la obsesión de su único amigo, no hablan desde el día del accidente Christian estaba en su casa, porque tenía que ir a la universidad al día siguiente e ignora lo que pasó. Nicolás no le ha comentado nada al respecto desde ese día. El chófer se detuvo y Nicolás lo mira:
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Editado: 11.01.2020