¿ Por qué no puedo ser feliz?

Parte 6

Para cumplir su promesa Vegeta se fue a vivir a la casa de su jefa, la acompañaba a donde fuera, en los controles médicos junto con Bulma, sintió los primeros latidos del corazón del bebé, se emocionó como nunca le había pasado, aunque por fuera no lo demostró.

En las noches se preguntaba si eso se sentía cuando uno iba a ser padre. Por el momento dejó de  investigar por qué fue drogado, toda su atención estaba en proteger a la embarazada. Cuando él tenía que salir al psiquiátrico, dejaba a tres de sus mejores hombres a cargo de la dueña de la Corporación.

Cuando la mujer tenía 7 meses de embarazo se realizó el baby shower, como desde hacía mucho nada extraño pasaba en la empresa o su casa, Bulma se sentía tranquila, pero Vegeta no, recordaba las amenazas que le hizo el Dr. Gero y Yamcha.

— Qué bello es todo.

— En verdad se ve bien — el encargado de seguridad miró a su alrededor, discretamente — ¿Quién es esa morena que la mira tan fijo?

— Es Milk, la viuda de mi mejor amigo, él murió protegiéndome cuando intentaron matarme — Bulma suspiro triste — estaba embarazada, cuando vio como lo mataron, el shock la hizo perdió a su bebé, por eso ya no nos hablamos.

— ¿Por qué la invito entonces?

— Le hice mucho daño. Quisiera que volviéramos a ser amigas, por la memoria de mi amigo, siento que este puede ser el comienzo.

— Entiendo — pero cuando Bulma se alejó él dio orden de tener a la viuda vigilada toda la jornada. 

Así fue como vieron que tomó un vaso y le puso un polvo blanco, recogió otra copa, y se acerco a la embarazada.

— Siento mi actitud de antes, es que estaba muy dolida por mi perdida, te parece que hagamos las pases — la morena le paso la bebida alterada a la futura madre.

— Yo igual amiga — la científica estaba muy contenta, pero antes que la pusiera en sus labios, Vegeta se la quitó de la manos.

— Sra. Milk, tenemos que conversar.

— ¿Qué pasa Vegeta?

— Tenemos en cámara como ella puso algo en la bebida que le entregó.

— Pero... — la morena no dijo nada, solo miraba riendo suavemente — no puedo creer que quisieras hacerle algo así a mi bebe — Bulma se tomó el vientre, nerviosa.

— Debo ir a entregarla a las autoridades, volveré pronto.

En la comisaria, los recibió el Comandante, un amigo del tiempo de juventud de Vegeta, un hombre llamado Krillin, que se la llevó a interrogarla, Milk solo guardo silencio, cuando analizaron la sustancia del vaso todos se llevaron una gran sorpresa.

— ¿Están bien los resultados del laboratorio? — preguntó el capitán, el amigo del encargado de seguridad, al de los exámenes.

— Sí, solo es vitamina C, no mataría a nadie.

— Ahora puedo irme oficial, confundí los vasos, ese era el mío, agradezca que no lo demandaré por levantarme esas calumnias — miró al de pelo de flama sonriendo de forma misteriosa, salió caminando muy tranquila de la comisaría, tomó un taxi y se fue.

Entonces Vegeta de golpe entendió porque ella había hecho todo eso, se fue lo más rápido que pudo a la casa de su jefa. Cuando llegó ya había terminado el evento.

— Johnson ¿Dónde está la Sra. Bulma?

— Se fue a acostar antes que terminará todo, dijo que tenía mucho sueño.

El recién llegado corrió a la alcoba de la embarazada, allí se encontró con los padres de la dueña de casa.

— No encontramos a nuestra hija — la Sra. Brief estaba muy nerviosa.

Apenas entró vio que no había nadie.

— Me haré cargo — le dijo al matrimonio, y fue a reunirse con sus hombres.

— No hemos visto nada señor.

— ¿Volvió la Sra. Milk Son por su auto? — estaba segura que ella estaba detrás del secuestro.

— No, se lo llevo su chofer

— ¿Chofer? — él recordó que la había visto llegar sola en el auto — ¿Cómo era?

— No lo sé, tenía la visera de un gorro tapándole la cara.

— Él se la llevó — dijo para sí y volvió enseguida a la comisaria.

— ¡¡Krillin!!

— Vegeta ¿Qué te pasa? — el hombre iba muy exaltado.

— Bulma Brief no está en su casa, la secuestraron.

— ¿Llamaron para pedir rescate?

— No creo que ese sea el móvil, quieren matarla — le costó mucho decir las siguientes palabras — Necesito tu ayuda.

— ¿Qué quieres que haga? — sabía cómo era el carácter del otro, debe importarle mucho la desaparecida para actuar así pensó.

— Hay que averiguar en la empresa del taxi donde fue la mujer que salió de aquí.

— Enseguida.

A los 15 minutos ya tenía una respuesta.

— Se bajo sólo a 6 cuadras de aquí.

— Debe haber cámaras de seguridad por el lugar.

Hicieron la revisión, se vio a la morena esperar un buen rato, para luego subir en un auto blanco.

— La patente es... — empezó a dar la información Krillin.

— ¿KDME 04309?

— Sí.

— Es el auto de esa mujer.

— Lo conducía un hombre, y se ve que en los asientos de atrás hay un bulto bastante grande, envuelto en una frazada.

— Debe ser Bulma.

— Espera un momento, por favor.

Fue a ver si el encargado de revisar las cámaras pudo seguirla. Luego de unos minutos de revisar varios dispositivos, se logró ubicar el auto en una bodega abandonada.

— ¿De quién es?

— De la Sra. Milk Son.

Vegeta salió corriendo sin esperar nada más.

— Espera... — cuando lo perdió de vista, tiro su gorra al piso, molesto — demonios, nunca me escucha... si me hubiera dejado ayudarlo, o fuera más paciente lo de Ten no hubiera pasado. Oficial — llamó a uno de sus hombres — necesito 10 hombres posible situación de rehén, todo debe estar listo lo antes posible.

Mientras tanto en el galpón, por fin Bulma despertó.

— ¿Qué pasa? — estaba atada a una silla, la luz era difusa.

— Tomare mi venganza, maldita mujerzuela.

— ¿Milk?

— Enamoraste a mi Goku, y aunque se casó conmigo no lo dejaste en paz, seguiste tentándolo, por eso el pobre te seguía como un perro faldero, te aprovechaste de él. Luego que tu bebé nazca, me lo llevaré, lo criaré como si fuera mi Gohan.




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