¿por qué nosotros?

~Capítulo 8~

Salimos de la casa y caminamos hasta un bus negro.

La madre de Connor veía la escena encantada, mientras caminábamos hacia ella.

Connor era una de las persona en la que más confiaba,  si él decía que podíamos confiar en ella, no habría por qué dudar. 

—Sabía que tomarían la decisión correcta —dice mirando a su hijo, este le dedica una sonrisa de labios cerrados.

—Suban, partiremos en unos minutos.

Subimos a la camioneta, cada uno tenía su asiento, así que tomamos posición.
Cuando la camioneta empieza a andar, me fue inevitable preguntarme SÍ estábamos haciendo lo correcto .

—Tranquila — me susurra Connor.

— Lo estoy , solo... ¿qué hay de la misión? Jon estará furioso.

— Apenas terminemos aquí, retomamos el camino, no tengo pensado quedarme definitivamente ahí.  Jhon no lo notará.

— Bien.

Antes de seguir hablando un olor fuerte invade mis fosas nasales, volteo a mirar a Connor quién impecciona el lugar con extrañeza.

No lo reconozco en primer instancia pero luego se exactamente de que se trata . Un  humo blanco es visible,  empiezo a sentirme mareada y cansada  enseguida.

—¿Eso es.. ? —dice Tyler.

—Temazepam, nos están drogando —digo antes de empezar a sentir mis ojos pesados, me apoyó en la pared de la camioneta. Iba a volver a hablar con Tyler pero no lo logró.

Mis ojos se cierran completamente.

Empiezo a abrir los ojos poco a poco, aún me encuentro un poco aturdida y el dolor de cabeza es persistente, los ruidos son mucho más fuertes que antes.

Inspecciono el lugar, nos encontrábamos aún en la camioneta. Todos estaban despertando de a poco.

—¿Que carajos paso? —Pregunta Dante aún con los ojos cerrados.

— Nos dragaron, ¿no es obvio?—Le hago saber.

La camioneta se abre de golpe, los rayos de sol llegan directamente a mí cara. Estaba amaneciendo.

—Perdónen las molestias. Esto es mera Formalidad. Ustedes no me conocen, pero yo tampoco los conozco a ustedes. ¿No es justo que desconfiamos?— dice Margaret apareciendo en mi campo de visión.  

—En tu mundo sofisticado no existen las vendas? Perfectamente nos hubieras vendado los ojos, el dolor de cabeza lo voy a tener que aguantar yo, no ustedes. —dice Alex cabreado.

—Apoyo lo de Alexander —dice Tyler frotándose los ojos. 

—Una disculpa, Lo tendré en consideración para las otras ocasiones.  

—-Me gustaría que me avisaras lo que  harás antes de realizarlo, más aún,  cuando son cosas de este estilo —Habla Connor mirando a su madre. 

Ella lo ignora y vuelve a hablar.

—Siganme.

Dudamos en bajarnos de la camioneta pero eventualmente lo hicimos. Margaret hacía sonar sus tacones mientras caminábamos hacia las instalaciones.

—Estoy segura que van a querer descansar cómodamente, las habitaciones están en el ala este,  Derecha  mujeres y  izquierda hombre.

Entramos al edificio, es enorme. Tiene unas ventanas de vidrio que dejan ver el exterior. La seguridad rodeaba todo el edificio. Y el personal nos miraba cómo sí fuéramos alíens.  

Al Entrar cierran la puerta de metal y teclean un código.

— No se preocupen por las ventanas, son de vidrio blindado... los corredores Jamás han entrado.

Supuse que hablaba de los Rabiosos.  

— ¿Esto es un laboratorio? — dice connor confundido. 

— No lo es, está muy lejos de serlo. solo es una instalación militar que se creó después del primer brote, alberga más de medio millón de personas . 

— ¿Cómo lo hacen con las provisiones? Son muchas personas. — pregunta camila.

Nos detenemos a la mitad de una sala.

— Jamás hemos tenido problemas con ello —dice evadiendo la pregunta. — Ahora sí me disculpan... quiero pasar un tiempo a solas con mi hijo, pueden ir a la cafetería o a sus habitaciones. El ala oeste está prohibido.

Miro a Connor y este asiente.

— Te veo después. — dice regalándome una sonrisa para empezar a caminar junto a su madre.

Lo veo alejarse y volteo a los chicos. Dante es el primero en hablar.

—Esto es una gran pérdida de tiempo. ¿Cuánto tiempo Estaremos aquí? Uno, dos días?..

—Él tiempo que necesite Coonor — digo cansada.

—Por mí esta bien — anuncia Tyler — Tenemos comida, eso es lo que importa.

—y sí vamos a la cafetería? Hay que aprovechar las oportunidades que te da la vida. — Alexander veía directo a la cafetería.

— Me encanta la idea — menciono.

La cafetería era el doble de grande que la del bunker, tenía muchas más cosas.

Todos pedimos algo y nos sentamos en una de las mesas.

—Esto esta delicioso — dice camila comiendo un pastel.

— Todavía me pregunto donde sacarán todas estas cosas. — digo mirando mi plato.

—Qué importa... comida es comida. — murmulla Alexander con la boca llena.

— No hables con la boca llena — lo reprende Dante.

— ¿Quién eres? ¿Mi mamá?

Contengo la risa.

— Muy gracioso — Es su respuesta.

— Me encanta el lugar — menciona tyler.

— No lo sé, tengo un mal presentimiento — Me sincero.

— Eres muy paranoica... solo relájate. — me dice Alexander.

— Puede ser... los recientes acontecimientos me tienen así .

Terminamos de comer entre risas y bromas. Dante y Alexander no dejaban de pelear. Alex le había tirado un pedazo de pan al café de Dante,  se había ganado un manotazo de su parte.

Un grupo de personas se acercan a nosotros, caminan recelosos. Nos miran,  sin embargo no dicen nada.

—¿Se le ofrece algo? —dice Dante cortante.

—¿Vienen del exterior? —Nos pregunta confundido.

—Sí, porqué? — vuelve a decir Dante cortante.

Decido intervenir.

—Perdónen a mí acompañante, no tiene modales. Lo que intenta decir es que, sí, venimos del exterior, llegamos hace unas pocas horas.

—No deberían estar aquí. — dice alguien de atrás. Frunzo el ceño.

—Cállate Jayden — Le susurra una mujer.

—Es la verdad —dice caminando hacía nosotros, Alexander se levanta enseguida.




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