Ahora con limonada en mano, escuchaba a Martha hablar de lo bueno qué fue Alexander.... cómo sí no lo supiera...
—No pude creerle cuándo Oliver me lo contó... tenía todo una vida por delante, pobre muchacho.
—Sí... —No sabía qué decir, no me sentía con ánimos para consolar a los demás..
—¿Cómo lo tomó Sonia? Ama a su hijo.
— Mal, ninguna madre está preparada para perder a un hijo... supongo qué es un reaccion normal.
Justo cuándo iba a contestar la puerta se abre, Connor hace ingreso a la cafetería.
—Emma, podemos hablar un momento?
Justo a tiempo... me había salvado de volverme loca. Miro a Martha quién asiente con la cabeza.
—Ve, ya hablaremos en otro momento.
Sonrió a medias y me acercó a connor.
—¿Paso algo? —Indago confundida.
— Hay reunión de exploradores en él sector negro... y quiero qué este ahí. Solo debemos ser discretos, no quiero qué Jon, meta sus narices dónde no le importa.
— Bien, iré tras de ti.
El asiente y sale por la cafetería, segundos después hago lo mismo, llegamos casi al mismo tiempo.
— Y bien —Pregunta Dante apenas entramos por la puerta —¿Cuál es el plan?
—Jon tiene nuestras armas bajo llave, no podemos acercanos mucho. Tiene su propia arma —dice Connor.
— Nos estamos haciendo mucho problema —habla Tyler sentado arriba de las gradas —Tomemos el Búnker a la fuerza. No hay nadie más capaz que nosotros. —Se encoje de hombros.
—¿Un golpe de estado? ¿A eso te refieres? —dice Cami con el ceño fruncido.
—Eso —La apunta Tyler. —Jon se va a cagar en los pantalones.
—No había presentado esa idea, por qué era el último recurso... —anuncia Connor. —Lo último qué queremos es Caos.
—A mí me parece bien —digo. —Jon es un idiota, no tenemos nada qué perder. Podríamos formar nuestra propia organización.
Tyler asiente dándome la razón —Una vez tomado el Bunker, organizamos un plan, nos equipamos y vamos por Alexander.
—Sí está vivo... —murmura Dante.
—Lo está. —digo decidida.
—Nadie debe salir herido, debemos hacer las cosas bien —dice Cami —tenemos qué demostrar qué no somos los malos.
—Bien, haremos eso. Prepárense, será mañana por la mañana.
.....
ALEXANDER
EL DÍA DEL ESCAPE
Mierda. ¿Porqué hice eso?
Estoy totalmente jodido. alzo él arma con las manos temblorosas y me camuflo tras un pared, con la respiración acelerada. Mamá va a matarme.
Los guardias no tardan en llegar, apenas siento qué van a dar pasos cerca de las escaleras, me asomo y disparo.
Un guardia cae, los otros notan mí presencia y empieza el tiroteo. Las balas rozan mí cuerpo cada vez qué me acerco para disparar.
Cuándo vuelvo asomarme, no están, tienen qué estar detrás de las paredes. Quieren qué crea qué se retiraron. Puedo ser todo lo qué ustedes quieran pero estúpido no soy.
Espero paciente al siguiente disparo, qué no llega. Tomo valentía y empiezo a caminar hacía ellos.
No alcanzo a dar la vuelta en el pasillo, cuándo un guardia se abalaza contra mí, toma mi arma y me empuja hacía atrás, el dolor en la nuca fue instantáneo.
Vuelvo a levantar mi vista, levantó mí pierna derecha y golpeó su estómago, hago que retroceda y me voy contra el. Levanto mí puño derecho incontables veces, resibo un golpe en el labio, empieza a sangrar enseguida.
Caigo al suelo, él hace lo mismo, pone sus manos al rededor de mi cuello. Mí respiración se acorta.
Permanezco así por unos segundos, hasta qué busco algo para defenderme. Encuentro una navaja. Tyler me la había dado horas antes. Levantó mí mano cómo puedo y clavo la navaja en su cuello. El hombre cae enseguida.
Recupero el aliento. Sin poder levantarme, otro hombre aparece en mi campo de visión, desesperado, busco el arma en el cadáver y disparo. El tiro es limpio. Muere antes de tocar el piso.
¿Qué estaba pensando en quedarme?
Me incorporo y vuelvo a sentir pasos apresurados, aprieto los labios y corro en otra dirección.
No se dónde estoy, Dante se había llevado los planos, estoy a ciegas en una maldita instalación enorme.
Siento pasos tras de mí, giro en mi propio eje con arma en mano. Un guardia está parado al frente, pero no parece querer dispararme. Su máscara es más grande qué su propia cabeza.
—Sí no te vas ahora, tendré qué disparar. —anuncio.
—No quiero hacerte daño... —dice firmemente.
¿Es una mujer?
—Prefiero no arriesgarme.... date la vuelta y vete
Se saca la máscara, y sí, es una mujer.
—Necesitas mí ayuda.
—¿Porqué querrías ayudarme?
— digamos qué no eres el único qué quiere ver a Margaret muerta.
—Fuertes declaraciones. Forastera. ¿Qué te hizo ella exactamente?
—No necesitas saberlo. No aún.
—Mató al hombre de tu vida? Eso es muy importante.
—¿Puedes dejar de hablar? Estas empezando a irritarme y debo llevarte con los demás.
Dice empezando a caminar.
¿Así de fácil iba a confiar en ella? Y si era un trampa?
Bueno, de todas maneras iba a morir. No tenía escapatoria.
La sigo por los pasillos, ella sabía perfectamente lo qué hacía ya que esquiva todas las cámaras de seguridad.
—Y ustedes son algo así cómo la resistencia?
—Algo así —dice sin dejar de caminar. —Pero no nos llames así. Es un nombre ridículo.
—Anotado.
Llegamos a un sistema de ventilación.
Miro la ventila y luego a ella.
—¿Quieres que me corte la cabeza con las aspas?
Ella rueda los ojos cansada. Yo trato no sentirme ofendido.
—No está funcionando, idiota. Ahora métete ahí. No tenemos mucho tiempo.
—Voy. Solo Calmate. Estás un poco alterada y me pones nervioso.
Ella no contesta, abre la reja y entro a la ventilación. Me da indicaciones desde atrás.
Después de un rato indica qué frene.
—Aquí es, solo salta, no es muy alto.
—Mencioné qué le tengo miedo a las alturas?