Llevamos una hora caminando, los grupos siguen intactos. Connor se mantiene en mí lado mientras se comunica con Dante,quién está a cargo del mapa.
El ritmo disminuye a medida qué dejamos atrás él bunker, Martha se nota cansada por lo qué me acercó a ella y Tomo su bolso, ella no me deja, pero termina sediento de todas formas.
Los únicos qué portan armas son los miembros del sector negro. Connor está al frente del primer grupo y Tyler al lado.
Aún nos faltan un par de horas para llegar, cuándo connor detiene la marcha. Todos se miran extrañados.
—Descansen, tomen agua, partimos en diez minutos.
Deja a Jon sentado en él suelo, quién toma un poco de agua. La tarea se le dificulta ya qué tiene las mano atadas.
Dante, Cami y Tyler se acercan, mientras guardan sus armas. Los demás, buscan un lugar cercano para descansar.
— Jamás llegaremos sí seguimos a éste ritmo. —Habla Dante, tan positivo cómo siempre.
—Hay niños y gente adulta. No podemos ir muy rápido.
— Solo digo qué estás pausas son innecesarias.
— Necesitan descansar. Haremos paradas cada dos horas, no puedo pedirles más. — dice Connor tomando un poco de agua.
— Sí no me mata un Rabioso, lo hará él calor. —dice Tyler echándose aire con dramatismo.
Cami le pasa una botella de agua.
—Nada de ésto estaría pasando sí nos hubiéramos quedado tranquilamente en el Búnker. —Habla Jon desde él suelo.
—¿Quién te dio permiso para hablar? —pregunta Connor.
Jon le dedica una mala cara y no dice nada.
— Eso pensé...
—Además, no podíamos quedarnos, no había manera —digo mirando a Jon. —Pero cómo tu memoria es tan corta, te recordaré, Margaret sabía la ubicación del búnker. Era imposible quedarse.
— Lo tendríamos qué haber dejado ahí, qué Margaret lo matará... todo seria tan feliz ahora. —dice Tyler sin dejar de echarse aire.
—Sigo aquí—anuncia Jon.
—A dónde te podrías ir? —sonríe burlón.
—Quiero hablar con mí hija —Decreta Jon.
— Creo qué ella no quiere hablar contigo. —digo.
Nuestras miradas se dirigen a una indiferente Rachel, quien se encuentra sentada con un grupo de gente. No parece tener interés alguna en su querido papito.
—De echo, creó qué le das vergüenza.
—¿Cuántos falta para llegar?—Pregunta Connor dejándo por cerrado él tema.
—Unas 4 horas... pero al paso qué vamos, le doy unas cinco. Estaremos llegando al anochecer. —informa Dante.
—Bien, entonces debemos seguir.
En ese momento, gritos horrorizados invaden el lugar, nos ponemos alerta enseguida. La gente se levanta del lugar asustados.
— ¿Ahora qué carajos pasa? — dice Dante aburrido de la situación.
Los integrantes del grupo B, ubicados un poco más allá, huyen despavoridos hacía el extremo contrario. Quedando a metros de nosotros.
—Mierda. —Maldice Camila antes de apresurarse a alcanzar a su grupo. Dante hace lo mismo.
—Grupo A. —Anuncia Connor. —Reagrupense. Ahora.
Visualizo el porqué de los gritos, un poco más allá, un grupo de Rabiosos caminan directamente hacía las personas.
—Debemos ir a ayudarlos... —Dice Tyler.
— Yo lo haré. Tú llévate al resto, los alcanzaré.
Tyler parece dudar pero acepta.
—Grupo A, Siganme. —Toma su arma y empieza a Caminar mientras los guía. Las personas lo siguen a pasos apresurads.
—Ve con él. —demanda Connor mirándome.
—Y yo, ¿qué hago? —Dice Jon desde él suelo. No podía pararse.
—Emma, debes llevártelo.—dudo un momento. — Ahora! —dice ante de salir disparado hacía el caos.
La gente parecía en chock, algunos se mantienen en el suelo, no se mueven.
Camila les grita, le exige qué se muevan, pero los Rabiosos están muy cerca.
Dante y ahora Connor, matan a los qué más cerca se encuentran. Cami se lleva a más de la mitad, pretende alcanzar a Tyler unos metros más allá.
Ayudo a Jon a parase, éste se incorpora y empezamos a caminar a pasos apresurados
— ¿Y mi hija? ¿Dónde mierda hasta Rachel!?
— No tengo idea, La vi con el grupo de atrás —digo sin dejar de caminar. Me importa muy poco Rachel para dejar de avanzar.
—Debemos ir a ayudarla.
—Connor se encarga de eso. No tenemos qué involucranos.
—Dije qué tenemos qué ir a ayudarla.
—Hace un movimiento tan brusco qué logra safarse de mí agarre. Se abalanza sobre mí y hace qué pierda el equilibrio.
Su cuerpo queda arriba del mío.
— ¿Dónde están las malditas llaves?
—No lo sé... no las tengo. —digo sincera.
— Se qué las tienes, no te hagas la estúpida ahora.
— No las tengo! Qué quieres que te diga!
Ahora quítate!
Miro hacía un lado, los Rabiosos se acercan cada vez más.
Connor está muy ocupado para prestarme ayuda.
—Muévete, nos alcanzarán. — Repito cabreada
—Qué pena, moriremos los dos, no es divertido?
Hago fuerza para quitármelo de encima y me suelto, parandome rápidamente.
— No lo creó... suerte para arreglártelas solo. No voy a ayudarte. —Digo dispuesta a salir corriendo, Pero él levanta una de sus piernas y golpea mí espalda, ocasiona qué caiga de rodillas.
El golpe fue seco, solo sentía él ardor de mis rodillas.
El pasa sus brazos sobre mí cuello y hace presión.
— ¿Quién dijo qué te fueras? —Dice burlón, mientras ejerce presión en mi cuello.
Me empieza a faltar el aire.
—Esto no tiene qué ser así. — digo cómo puedo...
— Al contrario, este es el mejor final qué puede existir....
—Estás loco... —susurro.
Pero él no responde, de echó, ejerce más presión en mí cuello, hace qué no pueda hablar más. Solo intentar luchar. Cualquier intento de salir de ahí es anticipado por Jon. Ya casi no tenía fuerzas...
Cuándo pensé qué este era el final, siento a alguien apartar a Jon bruscamente de mí cuerpo.
Llevo mis manos a mí cuello, mientas trato de recuperar él aire. Sentía qué me ahogaba a cada respiro que daba.