Jueves 20 de marzo de 2014.
Hoy por la tarde al regresar de la escuela, busqué a mi abuela en su recamara y le di un fuerte abrazo, cada que siento su calor me reconforta de una manera inexplicable, es mi gran consuelo.
Dado a que aún las dudas por el conflicto de mi hermana abundan en mi cabeza, decidí preguntarle a mi abuela al respecto, esperando poder aclarar esa incertidumbre inquietante. Primero inquirí:
—Abuelita Nuria, Acaso… ¿Sabes por qué ellos son así conmigo?
—Bueno ellos… son complicados, pero te aseguro que en lo profundo de sus corazones te aman más que a nadie.
—Dudo que sea así abuelita. —suspiré sentándome sobre su cama—. ¿Es cierto abuelita, soy un asesino?
Su semblante cambió instantáneamente, se miraba sorprendida ante mi pregunta, fue algo que no esperó venir.
—¿Quién te dijo semejante patraña? —indagó mientras me abrazó.
—Katia. —no dudé ni un instante en decir quién había sido—. Pero abuelita, por favor no le digas nada, si no se va a enfadar conmigo más de lo que ya está.
—Mathias, esto no puede ser así, Katia debe dejar de estar diciéndote tantas groserías y mentiras.
Su mirada más que tristeza denotaba decepción. Caminó fuera de su habitación, me dediqué a no decir nada, pues sabía que no lograría hacerle cambiar de opinión, estaba decidida en platicar seriamente con mi hermana.
Escuché como desde la habitación de al lado mi abuela le exigía en un tono molesto a Katia disculparse conmigo, pero mi hermana se negaba rotundamente hacerlo. De pronto se formó un silencio, el cual pronto fue interrumpido por mi hermana entrando a la habitación de mi abuela. Se acercó a mí tomándome por el cuello, para luego empujarme con fuerza contra la cama.
—¡Eres un imbécil Mathias, si mamá estuviera viva tampoco te querría por lengua suelta! —gritó para luego regresar a su habitación.
Mi abuela entró apresurada y me abrazó. Las lágrimas le brotaron nuevamente. Dijo entre sollozos aun aferrada a mí:
—Lo lamento Cariño, no fue mi intención hacer que tu hermana te gritara de esta forma.
—Tranquila abuela. —dije fingiendo no estar afectado.
Mi hermana cada vez me trata con más odio, comienzo a sentirme miserable. ¿Algún día ella me va a amar? ¿Si mamá viviera realmente me odiaría?