Lunes 14 de septiembre de 2014.
La semana pasada tuve exámenes de todas las materias, hoy nos entregaron los resultados, pasé de tener las mejores notas a las peores. Mi maestra se preocupó mucho porque siempre he sido un niño con buenas calificaciones, claro hasta ahora.
—¿Qué ha sucedido Mathias? —inquirió cuando los demás alumnos se retiraron del salón—. ¿Por qué este cambio tan repentino?".
Desvié la mirada al suelo sin saber qué responder, a pesar que la maestra Juanita es muy buena persona no me siento cómodo de involucrarla en mis asuntos. Pero me fue inevitable, sólo solté el llanto ¿Cómo decirle que soy un asesino? ¿Cómo contarle que por mi culpa mi mamá había muerto? No tuve el valor para hacerlo, además, si se lo contaba, ella también me odiaría justo como lo hacen mis hermanos, mi papá e incluso mi tío. La maestra trató de abrazarme, pero la esquivé, no podía dejarla acercarse más a mí, si se lo permitía la contaminaría con mi pasado aberrante. Me coloqué la mochila y corrí fuera de la escuela.
—¡Mathias! —gritó preocupada tratando.
Escuché como corría detrás de mí, pero al salir de la institución dejó de hacerlo. Al llegar a casa abuelita Nuria me esperaba, al parecer la profesora le había informado. Mi ánimo era nulo haciendo que ignorara por primera vez a mi abuela, me encerré en mi habitación y no atendí a ninguno de sus llamados.