Para mi abuelita Nuria:
Sólo tú, solamente tú te preocupabas por mí. Cuando me enfermé tú me llevaste al hospital, estuviste allí desde el primer día hasta el último, en esos dos meses no me dejaste sólo ni una sola vez. Cuidaste, velaste y oraste por mí. No era tu responsabilidad, tú ya habías pasado por la época de criar niños, a tus hijos, a mi padre, pero como él nunca tuvo interés en mí tú fuiste quien corrió a darme ese amor que no estaba recibiendo, ese amor que nunca recibí por parte de mis hermanos ni de papá. Desearía que todo esto pudiese ser recíproco en el momento que llegues a necesitar de alguien que te cuide y proteja cuando tu edad ya no te lo permita, pero desafortunadamente cuando esto ocurra ya no estaré a tu lado. Pero no te desanimes, que te cuidaré desde mi nuevo lugar de providencia.
Porque no sólo fuiste mi abuela, sino también mi madre, hermana, incluso ejerciste el papel de padre. Justo por eso le pediré a Dios que envíe abundantes ángeles guardianes para que te cuiden en la tierra.
Tu nieto, Mathias.