Para mi padre Federico:
Papá… Nunca te lo dije y ahora tampoco podré decírtelo de frente, justo por eso lo sabrás de esta manera, por medio de esta sencilla carta, bueno si es que la llegas a leer. Tengo la fe de que así será. Siempre sentí envidia de mis hermanos, tú a ellos los abrazabas, los llevabas a pasear, incluso los presumías ante otros padres diciendo que tenías los dos mejores hijos del mundo cuando en realidad tienes tres, nunca me contaste como uno de ellos. ¿Cómo te sentirías si tu papá te tratara así? Dichosos mis hermanos que pudieron experimentar tu amor y el de mamá, todo hasta que llegué al mundo arruinar sus vidas. Lamento haber nacido, me odio por ser el único culpable de la muerte de tu esposa, mi madre. Como me hubiera gustado poder conocerla y ser una familia completa y feliz. Se cumplirá tu sueño papá, ahora sí tendrás únicamente dos hijos a los cuales presumir ante los demás. Ya no son niños, pero seguirán siendo tus hijos perfectos, ya no seré el estorbo.
A pesar de tu constante rechazo y no contarme como un hijo e incluso negar mi existencia, debes saber que nunca te guardaré rencor ni odio, siempre te amé.
Tu hijo, Mathias.