Para mi padre Federico:
Papá… ¿Por qué olvidaste mi cumpleaños? Siempre esperé un abrazo tuyo para esa fecha, tus buenos deseos y felicitaciones, pasar la tarde compartiendo contigo haciendo todo lo que un papá hace con un hijo. Pero nunca fue así, tú sólo me ignorabas, y claro, si ese día te encontrabas de buen humor, sino me gritabas para que te dejara en paz. Para los cumpleaños de mis hermanos siempre llegabas con una sonrisa en tu rostro, gritabas haciendo ruidos divertidos cargando un pastel en tus manos. Yo nunca recibí un pastel por tu parte, los que recibí fueron preparados por mi abuela. Nunca gritaste de ese modo tan peculiar para mí. Para dicha fecha, abuelita solía levantarme cantando la canción de cumpleaños, y no sólo eso, sino que me cantaba varias veces en el transcurso del día. Como desearía que la hubieras acompañado a cantarme, pero nunca lo hiciste y nunca lo harás. Porque, a pesar de no celebrar conmigo un día tan especial para mí… Porque, a pesar de no recordar mi cumpleaños, o bien, simplemente lo ignoraban… Porque, a pesar de eso y muchos hechos más yo sí te deseaba felicitaciones en tu día, pero claro, tú me ignorabas y hacías como si no escuchabas.
Tu hijo, Mathias.