Para mi hermana Katia:
¿Recuerdas aquella vez que me deseaste la muerte? Bueno, esa fue la primera de tantas. En un principio no comprendí por qué entraste gritando a mi habitación, no entendí porque me acusaste de ser un asesino. Pero fue después de un día cuando tomaste valor y me dijiste toda la verdad, que yo… había matado a mamá. Ese día no pude estar en paz, y poco a poco fui entendiendo que tanto tú como los demás estaban en todo su derecho de odiarme. Gracias a ti supe la realidad de mi miserable vida. Lamentablemente para mí, enterarme de mi pasado sólo logró hundirme en la depresión. Deseé desesperadamente saber el motivo de tu odio y el de los demás, cuando por fin lo supe, esa respuesta me llevó al comienzo de un final desastrosamente inevitable. Tal vez si nunca lo hubiese sabido, sólo tal vez de ese modo no hubiera caído en depresión y llegar a este punto, a lo mejor sólo hubiese continuado con mi vida y sufriendo el rechazo y odio de todos, claro, pero sin la carga de saber que soy un asesino. Aun teniendo claro que tu intención siempre será hacerme daño… Aun teniendo claro que tú me llevaste a esto al revelarme la verdad, ni así puedo guardarte rencor porque yo te hice sufrir primero.
Tu hermano, Mathias.