Por qué tú?

Capítulo 8 [Parte 2]

Narra Isaac Ford

 

Me encerré en mi cuarto, quería estar un rato solo, bajé después de algún tiempo ya que me dio hambre... encontré a Morgan comiendo, y volteó conmigo en cuanto notó mi presencia

— Buenas tardes nana ¿Me puedes servir de comer por favor? — le dije a Tamara y me senté del otro lado de la mesa de la cocina, saqué mi celular y traté de evitar a Morgan, de ignorarla

— Aquí está la comida Isaac — me puso el plato enfrente Tanara

— Bien, gracias nana — y empezé a comer, no la miré, nisiquiera le dirigí la palabra, una vez que terminé de comer me paré y le dije a Tamara 

– Nana, ahora vengo, voy a salir un rato— y salí de la casa.

Quedé en verme con Liam en el mismo bar, sé que es temprano para empezar a tomar pero no me importa, necesito salir de ahí o me volveré loco. Me subí a mi moto y me puse en camino, tarde como 8 minutos en llegar al lugar, al bajar y entrar ya estaba Liam esperándome ahí

— Hey, hermano, pensé que ya no llegabas — me dice Laim sentado en una de las mesas

— Lo sé,  pero ya estoy aquí —

— No me digas que te cruzaste con la hermosa de tu hermanastra — me dice con una mirada pícara 

— No seas imbécil, claro que no — le dije enojado y me fui a sentar en dónde estaba

— ¿Y si te funcionó eso se ignorarla? — me pregunta

— Pues creo que sí, no lo sé —

— ¿Crees que sea buena idea ignorarla? —

— Diablos, ¡No lo sé!, creo talvez que sea lo mejor, mantener distancia —

— Entonces... ¿¡Admites que te gusta!? — Liam lleva preguntándome toda la mañana que si me gusta, no sé que decirle, ni siquiera yo lo sé

— ¡Deja de hacerme la misma pregunta ya te dije que no! — 

— Bueno bueno, está bien tranquilízate, voy por tu bebida esperame aquí —  se levantó para ir por la bebida, después de poco tiempo llegó con dos en la mano

— Toma, brindemos por... por... ¡Por lo que quieras! Solo brindemos — me dice 

— Estoy de acuerdo contigo — y de un trago me tomé casi media bebida.

Nos pasamos toda la tarde en el bar, y Liam como siempre estaba con unas chicas, me invitaron a ir a otra mesa con ellas sin embargo yo no quise y Liam fue el que terminó aceptando. Ya eran como las 9:00 de la noche cuando de repente me llega una llamada de mi casa, contesté y era Nana, se escuchaba muy nerviosa 

— Isaac ¿En dónde estás? — me pregunta nerviosa

— Estoy con Liam, ¿Qué paso Nana? Te escuchas nerviosa —

— Si... es Morgan, salió desde que te fuiste y no ha vuelto, estoy muy preocupada porque ella no conoce la ciudad ¿¡Que tal si se perdió!? Ni quise llamar a Stela para que no se preocupara — 

— Bien, espérame, ahora llego — no le dije nada a Liam y me salí de ahí, me subí a mi moto y me fui directo a la casa, cuando entré estaba Nana sentada muy  pocupaba

— Nana, ya estoy aquí ¿Aún no llega? — le pregunté 

— No, todavía no — empecé a preocuparme de verdad, Morgan no conoce la ciudad ¿Que tal si se perdió como dice Nana? No tengo ni su número de celular para localizarla, ¿Qué hago? Esta niña... ¿Cómo logra que me preocupe siempre por ella?

— No te preocupes, saldré a buscarla — y justo cuando hiba a salir entró por la puerta, no pude evitarlo y la abracé, me aferre a ella como nunca lo había echo, encerio tenía miedo de que algo le hubiera pasado

— ¿¡Donde diablos estabas!? ¿Te perdiste? ¿Por qué sales si no conoces la ciudad? — y empecé a abrazarla con más fuerza

— Salí al centro comercial y no me perdí — me dijo muy tranquila, pero sin embargo yo no la soltaba, mis manos estaban pegadas a su cintura 

— Morgan, saliste desde las 3 de las tarde, estábamos preocupados por tí, no sabíamos tu número de celular y no llegabas, no quise llamarle a tu madre para que no se preocupara, suerte que no han llegado, lo único que pude hacer fue llamarme a Isaac, hiba a salir a buscarte pero afortunadamente apareciste en el momento indicado. Señorita ¿Que tiene que decir al respecto? — la regañó Tamara 

— Lo siento — dijo y traté de tranquilizarme, la solté         — Subiré a mi habitación — y se fue después de un tiempo, la seguí y cuando hiba a subir las escaleras jalé su mano y la puse contra la pares

— ¿Tienes la idea de lo preocupado que estaba por tí? — le empecé a reclamar, sus mejillas se veían tan tiernas que no pude evitar posar una de mis manos en una de ellas y mi otra mano al rededor de su cintura para pegarla más a mí, su aroma me vuelve loco junto con sus tiernos y hermoso labios 

— Lo siento, ¿Puedes soltarme? — trató de safarse que mi agarre pero la sostuve más fuerte

— Esta vez no Morgan — trató de apartarme pero se rindió cuando vio que sería imposible, en un movimiento rápido subí sus manos arriba de su cabeza, le di un beso en el cuello, y después uno en su hombro, subí hasta su cabeza y le di otro en la frente, me mantuve un tiempo ahí, su cercanía provoca algo en mí que nunca había sentido, es un deseo de necesidad de estar cerca de ella, su piel es tan suave y tierna, huele a flores. Si me quedo aquí no me contraleré y la besaré, necesito salir de aquí

La solté y subí las escaleras frustrado, no dijo nada y simplemente entré a mi habitación descargando toda mi furia al momento de cerrar la puerta <<La puerta no tiene la culpa Isaac>> me decía mi voz interna, me bañé y me acosté, no sé que pasará mañana, no sé que es esto que siento, no sé porque tiene que ser tan linda y tierna, solo sé que quiero descansar y olvidarme de todo por hoy.

 



#4830 en Novela romántica
#1889 en Otros
#478 en Humor

En el texto hay: amorprohibido, novela juvenil, hermanastros

Editado: 01.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.