Narra Morgan Olson
— ¿Isaac? — no respondía nada — ¿Quién eres? — le segui preguntando
— Soy yo Morgan... — la voz de Isaac, empezó a caminar hacia mí y la luz hizo que notara su figura, me volteé y en un momento sentí que paró de caminar
— ¿Estás enojada conmigo niña fea? — me pregunta preocupado
— ¿Por que lo hiciste Isaac? ¿Qué fue lo que pasó?... — le preguntó tranquila mientras tenía mi mirada aún en el cielo
— Tuve motivos muy buenos para hacerlo, no te preocupes —
— ¿A si? ¿Y cuáles son esos motivos? —
— Eso... ya, ya no importa —
— Pero a mi sí me importa —
— ¿Tanto te importa él? — me pregunta enojado
— Me importa Alice y los motivos, no él. Más aparte... si me importara él ¡¿a ti que diablos te interesa?! — me paré cuando empecé a perder la paciencia
— ¡Me interesa Morgan! Es más... ¡No sé por qué me interesa! ¿Sabes qué? ¡Has lo que quieras! ¡No me importa! — pude notar la furia en sus palabras, sus manos hechas puños y sus venas brotando de la cara en señal de lo enojado de estaba. Estaba dispuesto a irse...
— ¡Isaac! — lo detuve
— ¡¿Que es lo que quieres?! — me pregunta muy enojado
— ¡¿Por qué demonios te enojas conmigo?! ¡La que debería de estar enojada soy yo! ¡¿Crees que tienes derecho a enojarte o que te pasa?! —
— Ou, ¡Tengo mucho derecho a enojarme contigo! ¡Tengo incluso más derecho que tú fíjate! —
— ¡Estás loco! ¡Eso no lo tendrías que hacer tú! ¡Tu no te tendrías que enojar si no yo! —
— ¡Tengo todo el derecho de ponerme así porque te defendí y tú lo único que haces es reclamarme por ese imbecil! —
— ¡Deja de llamarle imbécil!. ¡¿Sabes que?! No quiero seguir en esta conversación absurda contigo. ¡Me largo de aquí! — me traté de ir lo más rápido que pude, pero cuando rocé su brazo con el mío, me tomó me la mano
— Tu no te vas hasta que yo te diga — me dice entre dientes, más enojado que nunca
— No tengo por qué hacerte caso. No soy de tu propiedad, y aunque lo fuera, yo nunca te haría caso — trate de safarme pero no pude
— ¿Estas segura? — me pregunta retandome
— No me retes Isaac, sé que te encanta verme sufriendo para justificarme por tu culpa. No te tengo miedo si eso es lo que piensas — le dije firme y honesta, empezó a mirarme como si fuera una acción fascinante, no despegaba su mirada penetrante y misteriosa sobre mí
— Aléjate de él, o tú sufrirás las consecuencia. Habrá consecuencias muy graves si no me haces caso — seguía retandome. ¿Pero que demonios se cree?
— ¿Quién te crees para amenazarme de esa manera? ¿Me estás amenazando verdad? —
— Tómalo como quieras, es más, tómalo como una advertencia — sus ojos seguían clavados en mí
— ¿Por qué quieres que me aleje de él? ¡Eso a ti no te importa! Sí yo quiero iniciar una relación con él... ¡A ti no debería importarte!, mantente alejado de mi vida privada —
— ¿Eso es lo que quieres? —
— ¡Sí! Eso es lo que quiero... — me soltó y me miró sin importancia
— Eso pasará entonces. Que tengas linda relación Morgan Olson — y se fue. ¿Pero qué...? No se por que se porta así...<<Sentiste algo por ese beso con Isaac... ¿Verdad Morgan?>> maldita vocecita y no, no sentí nada por ese beso, solo fue el deseo, eso es todo. <<Eso crees tú>> ¡Haaaaayyyy! Estoy ¡Harta! Me voy a dormir...
Subí a mi recámara y me dormí rápidamente, al despertarme bajé para desayunar y me encontré a Isaac desayunando viendo su celular
— Buenos días Tamara — ambos nos ignoramos y yo me senté a desayunar. Al cabo de poco tiempo terminé y en ese instante tocaron el timbre, Tamara estaba trapeando así que dije que yo abría y que no se molestara
Me paré y fui a abrir la puerta, una vez que lo hice estaba Emma parada con maletas en la mano
— ¡Morgan! —
— ¡Emma! — y nos abrazamos
— ¿Por qué no me dijiste cuando vendrías fea? — le pregunto cuando dejamos de abrazarnos
— Ya sabes que me encanta darte sorpresas — y eso es cierto
— Ven, pasa — tome una de sus maletas y la ayudé
— Esa es una mansión... hermosa — dice Emma al ver las escaleras, cuadros, muebles y de más cuando recorrió su mirada por la casa
— Lo sé, aún no me acostumbro... ven, te enseñaré te habitación pero primero quiero que conozcas a Tamara — y la guíe hasta la cocina
— Tamara, te presento a mi mejor amiga. Emma — noté que Isaac ya no se encontraba ahí, tal vez subió a su habitación
— Buenos días señorita Emma, yo soy Tamara y estoy para todo lo que usted necesite — le dice amablemente
— Muchas gracias Tamara, me puedes decir Emma no te preocupes —
— Esta bien Emma — y las dos sonrieron
— No te molestes Tamara, yo le enseñaré ma habitación. Emma, sígueme — tomamos las maletas y empezamos a subirlas. ¡Vaya que estaban muy pesadas! No se de donde saqué la fuerza para subir una pobre maleta, esta chica trajo cuatro maletas ¡cuatro!
— Ya... ya no puedo subir la otro. ¡Emma! ¡Esto no es un concurso de moda! ¿Por qué demonios trajiste tanta santa maleta? — le dije cuando subí apenas una
— Lo siento.... esque cuando me dijiste que cerca de aquí había una playa, me emocioné y... traje todo lo que pude. Lo siento, solo quería preguntarte ¿Podemos ir a la playa? ¡Me muero de ganas de ir! — ella siempre ha querido ir a la playa, nunca ha ido y se emocionó mucho cuando le dije que había una por aquí cerca
— Bien, bien. Te perdono, tal vez iremos algún día — le digo pensativa