Narra Morgan Olson
¡¡¡Ring ring ring ring!!!
¡¡¡Haaaaaa!!! ¡Estoy despierta, estoy despierta! Diablos, no se por qué pongo el sonido que odio. Oh cierto... así me levanto más rápido. Bueno como sea, así comienza mi día de ahora en adelante. ¡Haaa! Que estrés
Hoy no me ducharé, fue suficiente ayer y sinceramente me da pereza hacerlo. Esta vez cambiaré de estilo... fui a mi armario y saqué una falta negra pegada a las piernas con una camisa simple blanca de manga corta y... mis tenis blancos, esos si no podían faltar. Una vez cambiada me miré al espejo, uhg, es aceptable. Hay a quién engaño esto no es mi estilo pero sin embargo... me veo bien. Está bien
Me peiné y maquillé ligeramente, me miré al espejo una vez más y acomodé un poco mi blusa. Tomé mi celular y algunos libros de texto y bajé sin antes mirar la hora... aún queda algo de tiempo. Bajé y cuando fui a la cocina Isaac estaba sentado desayunando. Me acerqué al desayunador y lo saludé:
— Buenos días — me acerqué a la barra y al darme la vuelta su mirada estaba posada en mí mientras me miraba lentamente de pies a cabeza y se tocaba los labios con la yema de sus dedos, yo mantenía mis manos apretando mi ajustada falda, sentí que mis mejillas tomaron color. Tal vez mala idea ponerme esta ropa... cuando levantó su mirada a mis ojos carraspe y el sonrió
— Buenos días... — dijo apartando la mirada. Uff rayos, que alivio. Pensé que me diría algo de mi ropa. Fue todo lo que me dijo y siguió comiendo
Me serví la comida y me senté frente a Isaac. No sabía de que hablarle, así que me quedé callada y me dispuse a comer. Después de unos pocos segundos, se me hizo extraño que Tamara no se encontrara ahí, digo siempre es la primera en esta casa en levantarse. No sé... ¿le habrá pasado algo?
Más pronto de lo que imaginé poco a poco se iba acercando la hora así que tuve que comer lo más rápido que pude. Isaac se levantó y fue arriba, una vez que acabé tomé el plato de Isaac y el mío y los lavé, subí me lavé los dientes y volví a bajar. Isaac ya estaba esperándome
— ¿Ya? ¿Nos vamos? — me pregunta al bajar
— Sí, vamos — tomamos algunas cosas y salimos de la casa. Nos subimos al carro y partimos
Es el segundo día y me sigo sintiendo nerviosa. Iba mirando por la ventana y viendo a los carros pasar
— Páre aquí — le dice Isaac al chófer y así lo hizo, es el mismo lugar en el que me bajé ayer. Pero esta vez él lo hizo, se quitó el cinturón y bajó del coche, se asomó por la ventana del chófer y le dijo — llévala a la universidad, aquí me bajaré yo — y me miró mientras sonreía divertido. El chófer solo asintió con la cabeza y nos fuimos. Me di la vuelta para verlo, estaba con las manos metidas a los bolsillos delanteros de sus jeans mientras nos miraba alejarnos. Su supone que la que se tuvo que bajar soy yo... ¿no? Bueno como sea...
Llegamos a la universidad y me bajé lo más rápido que pude. Esta vez no fue difícil encontrar la primera clase, cuando entré me encontré a Alice sentada comiéndose las uñas perdida en sus pensamientos, me acerqué a ella y me senté a un lado
— ¡Hey! — le hablo sacándola de sus pensamientos
— ¡Hay, me asustaste! — dice sobresaltada
— Lo siento... ¿en qué estabas pensando?
— ¿Oiste de la fiesta?
— ¿Cuál fiesta?... — iba a hablar cuando en ese momento el profesor entró al aula y todos nos callamos
— Después de digo... — dice susurrando antes de comenzar la clase
La clase transcurrió normal, al salir de ella. Tuve que ir a la segunda. Al entrar me encontré a la chica de ayer, Carlota, acomodando sus libros, me miró y me hiso la seña de que me sentara con ella así que me acerqué y me senté
— Hola — dice amable mientras de acomodaba los lentes
— Hola... ¿estabas en esta clase? No te había visto — le dije una vez que me senté
— Ah... el problema es que me senté hasta atrás, por allá — y señaló una esquina del aula — puede ser que por eso no me notaste — y sonrío
— Oh... bueno
— ¿Ya te invitaron?
— ¿Qué?
— A la fiesta. Los estudiantes están organizando una fiesta de bienvenida para los de primer año, en realidad todos pueden ir, pero sería mejor si te invitaran. ¿Ya lo hicieron?
— No, no sabía eso. ¿De dónde sabes eso?
— En el blog de la escuela, lo publicaron ayer por la noche. ¿No lo viste?
— No... no creo — entonces era eso lo que me quería decir Alice
— Y... de todas maneras, aunque no te invitaran. ¿Piensas ir?
— No, no creo. No soy mucho de fiestas, la verdad no se como es el ambiente ahí y tampoco si me guste. ¿Y tú?
— Am... la verdad me gustaría conocer gente nueva, yo tampoco nunca he ido a una. Pero me gustaría saber como son. En realidad eres la única persona a la que le he hablado desde que entré, no suelo ser muy sociable, me cuesta mucho conocer personas nuevas... así que, se podría decir que tu eres mi única amiga. Claro si me podrías considerar una amiga
— ¡Por supuesto que si! Me caíste muy bien — y sonreímos las dos
— Gracias. Tu también me caíste muy bien — y en ese momento empezó la clase
En la hora del desayuno Alice y yo nos juntamos a comer, le hablé a Carlota para que se sentara con nosotras y con gusto aceptó. Las presenté y parace que las dos se llevarán súper bien a pesar de sus diferentes personalidades. Por lo que puedo ver Carlota no es alguien con muchos amigos, siempre tiene libros en las manos y no le gusta ser notada, en cambio Alice es fuerte y madura, no le gusta la ayuda de la personas por que piensa que puede hacerlo todo ella sola, se defiende y es valiente aparte de espontánea. Emma me recuerda a Alice, esa mujer es casi igual, solo que suele ser mucho más vanidosa