Por qué tú?

Capítulo 25

Narra Isaac Ford 

Estoy algo preocupado por Morgan, no contesta las llamadas y sólo me mandó un mensaje diciendo que estaba bien y que no me preocupara, ¡¿cómo demonios no me voy a preocupar?! Si es la persona más despistada que conozco 

 

Era de noche y bajé a la cocina a cenar, no sé en dónde están todos... la casa está de nuevo sola, igualmente no me molesta. Me serví la cena y me senté a comer mientras miraba mi celular con la esperanza de que me llegara algún otro mensaje de ella... pasaron 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos sin que me llegara alguna notificación de mensaje de Morgan. No sé por qué tengo la maldita necesidad de saber si todo está bien, es fuerte, pero siento que algo no está bien allá. Es imposible no preocuparse por esa tonta chica, es muy fuerte, pero demasiado frágil y débil a la vez, como todos, pero... cuando le llega la fragilidad, se quebra totalmente.

 

Después de media hora de estar ahí mirando el celular, me resigné y subí a mi habitación después de lavar el plato. Me metí a bañar y me puse la pijama para ya irme a dormir, me recosté sobre mi cama y traté de cerrar los ojos por unos instantes, pero la preocupación fue tan grande, que no pude... demonios, ¿qué estarás haciendo Morgan? Me paré de la cama y me volví a sentar en ella colocando mis rodillas en la cabeza mientras tenía el celular en la mano... después de algunos minutos empecé a querer quedarme dormido en esa posición cuando de repente, escuché la puerta principal abrirse, me sobresalté y abrí los ojos en ese instante... esperé un poco para ver si de abría la habitación de Morgan y sí, efectivamente, la puerta de su cuarto se abrió. Se escuchó que llegó directamente a la cama... por dios, ya está aquí... ya puedo dormir tranquilo, iré mañana en la mañana a preguntarle cómo le fue con esa víbora de Emma, no quiero molestarla, seguro está demasiado cansada... bueno, ya puedo dormir tranquilo.

 

A la mañana siguiente, lo primero que hice al despertarme fue cambiarme. Me vestí y justo cuando iba a salir de la habitación alguien tocó mi puerta, casi de inmediato fui a abrirla esperado ver a Morgan ahí. No fue así 

 

— Hola... – mi sonrisa se desvaneció 

 

— ¡¿Tú?! ¿Qué haces aquí? — no me respondió nada y entró a mi cuarto sin avisar inspeccionando la habitación 

 

— Linda habitación — y sonrió irónicamente 

 

— ¡¿Qué haces aquí Emma?! — levanté un poco la voz, pero su actitud me castra totalmente 

 

— Tranquilo, no te enojes ¿sí? — se acercó a mi sonriendo — Llegué ayer en la noche, ¿no te diste cuenta? 

 

— Pensé que era Morgan...

 

— Ahs, no, era yo. No hay que hablar de Morgan — y se volteó nuevamente hacia la habitación. Vió el dibujo de mi madre y se acercó a él con la intención de tomarlo 

 

— No lo toques — volteó hacia mi con una falsa tristeza 

 

— Bien. Sólo porque tu me lo pides — y se mordió el labio mientras yo rodaba los ojos —. Isaac, sabes muy bien a lo que vine, ¿vas a aceptar mi propuesta? — y volvió hacia mi 

 

— La respuesta sigue siendo no Emma

 

— ¡Te dije que lo pensaras! ¡Te di muchas oportunidades de que lo pensaras! ¡¿Por qué no lo entiendes?! — levantó mucho la voz 

 

— ¡Entiendo el hecho de que estas mal de la cabeza Emma! 

 

— ¿Dime, es por Morgan? — no respondí nada, me quedé callado — ¡¿Es por ella?! — volvió a insistir, pero esta vez con un tono mucho más fuerte 

 

— Sí, ¡sí, es por ella! 

 

— ¿Te gusta Morgan? — su mirada se tornó oscura, sin luz...

 

— No puedo aceptar tu propuesta Emma, lo siento... no está bien, ya te lo dije y te lo seguiré diciendo, ¡el habernos besado fue un error! 

 

— No, no... tu no sabes lo que dices, ¡Tu no sabes cómo es Morgan realmente!

 

— ¡¿Ah si?! ¿Y cómo es, eh? 

 

— Ella es... es tan estúpida, es un ¡error! Es una persona tan inútil en tantas cosas, es una maldita zorra... le, gusta pisotear a los hombres ¡ya te lo había dicho! ¡Morgan no vale nada! ¡¿Ya lo entiendes?! Es una persona tan común y corriente, pretende ser perfecta y especial... pero todos sabemos que no es así, ¡nunca podrás compararme con ella! Es tan débil y miserable que da pena, es tan rara y tonta, es un fracaso... ni ella misma sabe que está pasando en su vida, me avergüenza ser su amiga, me estorba... es tan, tan aburrida y ridícula... tan inútil

 

— ¿Entonces eso es lo que piensas de mí? — la puerta de la habitación se abrió lentamente... dejando ver a Morgan con los ojos rojos y  lágrimas en recorriendo sus mejillas, su voz estaba quebrada y su mirada nublada y... apagada. Todo quedó en silencio por unos instantes, hasta que Morgan volvió a hablar — Dime Emma, ¡¿es eso lo que piensas de mí?! — dijo esta vez con un tono más firme. Entró a la habitación y se colocó delante de ella mientras yo sólo las miraba 

 

Narra Morgan Olson

 

Tenía una mirada de impresión y confusión 

 

— Sí — dice después de unos segundos —. Eso es lo que pienso de ti — no mostraba nada de arrepentimiento o negación en sus palabras. Cuando menos quise mi mano había estampado su mejilla debido a al terrible impotencia que sentí 

 

— ¡¿Cómo te atreves?! ¡¿Cómo te atreves a pensar así de mi?! Yo te di mi alma entera... te conté mis sueños... mis metas, te abrí tantas veces las puertas de mi hogar, de mi corazón ¡¿para que tú me pagues así?! ¿Por qué Emma? Somos amigas desde niñas... ¿por qué eres así? — mis ojos se cristalizaron, causando que mi mirada se nublara 

 

— ¡Porque siempre tuviste todo lo que quisiste Morgan! ¡Siempre te veían los demás por encima de mí! Siempre has tratando de aparentar a la niña perfecta... y no lo mientas, ¡siempre obtuviste todo lo que yo quería! Y te encanta pisotearme... te encanta que quedé como la segunda siempre, ¡¿crees que es divertido?! ¡Yo también te apoyé Olson! 



#3373 en Novela romántica
#1207 en Otros
#365 en Humor

En el texto hay: amorprohibido, novela juvenil, hermanastros

Editado: 10.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.