Por qué tú?

Capítulo 26

Narra Morgan Olson

 

Si tal vez me preguntaba, ¿qué era lo peor que me podía pasar en mi cumpleaños? Tal vez ya lo supe, sé y soy consciente de que pueden pasar mil y un cosas más horribles que éstas, pero, hoy fue el peor día de mi vida... me siento reprimida e e infeliz 
 

— Morgan... hija. Tu amiga te está esperando afuera, ¿prefieres que le diga que se vaya o...
 

 

— No mamá, déjame arreglar eso a mí — se separó una vez más de mi y me sonrió antes de que alguien tocara a la puerta. Mi madre se paró y la abrió lentamente 
 

 

— Señora, discúlpe ¿me permite hablar con Morgan? — era Alice. Mi madre me miró y sentí con la cabeza 

 


— Por supuesto — mi madre salió de la habitación y en eso entró Alice cerrando la puerta lentamente mientras tenía la cabeza agachada 

 

Tragué saliva, y respiré profundo 

 

— Alice... yo... perdóname — me siento tan inútil en estos momentos —. Soy muy mala por no haberte dicho lo de Isaac, perdóname Alice, no te enojes, te quiero a mi lado, por favor no te vayas...
 

 

— ¿Sabes lo que me duele, Morgan? — habla con tristeza en sus palabras mientas aún seguía recargada en la puerta — No es el hecho de que Isaac no sea tu novio, me siento mal conmigo misma...

 


— ¿Por qué? 

 


— Por no ser buena amiga para ti, perdóname por no ser una amiga a la que puedas contarle tus cosas o tus problemas, me lastima el hecho de saber que no pudiste confiar en mi... eso dice que no soy una persona que trasmite confianza, perdón en realidad yo quiero ser buena amiga para ti...
 

 

— ¡¿Qué?! No, no es tu culpa Alice, es la mía por que yo nunca...
 

 

— Pero Morgan, me siento mal por no...
 

 

— ¡No Alice! No es tu culpa. Te juro, que es la única mentira que te he dicho, lo de querer ser tu amiga es verdad, es completamente verdad todo lo que te he dicho... no soy una mentirosa por favor créeme, no quiero perderte Alice...

 


— Te creo Morgan, pero por favor dime si he sido buena amiga para ti, no quiero ser una persona a la que tengas miedo de contarle cosas... — se acercó a mi, se sentó al lado de la cama y tomó mis manos — Si no lo soy dímelo, eres una de las pocas amigas que tengo y no quiero perder tu amistad solo por problemas de confianza, dímelo, puedo solucionarlo o incluso cambiar algo de mi para que te sientas más cómoda
 

 

— No, no quiero que cambies nada de tí, te quiero así como eres... transmites confianza Alice... lo haces, me haces sentir cómoda incluso conmigo misma cuando estás conmigo porque sé que en lo que te cuente, me apoyarás o me dará algún consejo. Lo de Isaac fue algo que pasó y no pude controlar, pero, esa es la única cosa. A tí no tengo problema en contarte lo que me pasa, gracias... por no a abandonarme en este tiempo que llevo conociéndote — una sonrisa soltó mi rostro al ver la cara de Alice... estaba sonriendo... ya no tenía esa expresión de tristeza de antes, me soltó de las manos y me abrazó 
 

 

— Feliz cumpleaños Morgan Olson, la quiero señora... — y soltó una pequeña risita 
 

 

— Yo también te quiero Alice... — me sentí aliviada, sentí... un peso menos, mis lágrimas se secaron, pero seguía dolida por dentro, quiero seguir llorando... pero la cálida compañía de Alice me hace sentir bien... me demostró una vez más, que no estaba sola cuando pensaba que sí. No estás sola.

 


— Morgan... los chicos están en el jardín y no sé que decirles — dice después de un rato y se separó de mi 
 


— ¿Los chicos? — le pregunto un poco confundida 
 


— Sí... ya sabes, Carlota, Lucas y Liam... — y sonrío maliciosamente 
 


— Hay Alice... yo...
 


— No, no te preocupes te entiendo... les diré que nos vayamos, pero... ¿quieres salir a tomar algo en la noche? Ya sabes, ahora eres mayor de edad — y rió 
 


— Por supuesto, iré a arreglar algo de todos modos antes de ir a dormir un poco 
 


— Lo siento, no pensé en eso 
 


— No te preocupes... en la noche nos ponemos de acuerdo, ¿está bien? 
 


– Está bien... descansa un poco, yo te mando un mensaje para ponernos de acuerdo todos. Adiós — sonrió una vez más y se paró de la cama para salir de la habitación 
 


Respiré profundo y fuí al baño que había en el cuarto para lavarme la cara, me miré al espejo y vi mi rímel corrido por debajo de mis ojos, era poco, pero aún así se notaba, tenía los ojos algo hinchados y la nariz roja al igual que mis mejillas. Tomé un poco de agua y me le heché en la cara para poder abrir bien los ojos, después tomé un poco de desmaquillante para poder quitarme todo lo que tenía en la cara correctamente. Cuando terminé de limpiar mi rostro salí del baño y me volví a sentar en la cama
 


No duró mucho cuando alguien volvió a tocar la puerta, le dije que pasara y era Tamara, en sus manos tenía una pequeña caja 
 


— ¿Puedo sentarme? — pregunta al estar dentro del cuarto 
 


— Por supuesto — se sentó y respiró hondo 
 


— No la conocí mucho, pero déjame decirte que esa niña nunca me gustó 
 


— ¿Quién? 
 


— Emma, te veía siempre muy feo... parecía llena de celos cuando te veía sonreír, era muy extraña
 


— Ah... ella, lamentablemente, me di cuenta de lo que significaban esas miradas muy tarde... — agache mi cabeza mirando el suelo 
 


— Mira, te tengo un regalo — levanté la cabeza y abrió la pequeña caja que tenía en sus manos. De ella sacó una cadena con un hermoso dije en forma de medio corazón, en la parte que se junta la otra mitad del corazón tenia la forma de un rompecabezas —. Ten, es tu regalo de cumpleaños de parte mía — y sonrío. La tomé y la vi más a detalle 
 



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En el texto hay: amorprohibido, novela juvenil, hermanastros

Editado: 01.05.2022

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