Por qué tú?

Capítulo 28

Narra Morgan Olson

 

<<Ahg, ¡¿por qué hace tanto frío?! Me duele la cabeza..., espera, ¿sí estoy en casa?.... ¡¡¡¿sí estoy en casa?!!!>> 
Ese pensamiento me hizo levantarme de la almohada como bala. Abrí completamente los ojos y noté que sí estaba en mi habitación... si estoy aquí... uff, que alivio.

 

<<Pero... me duele la cabeza, ahhh>> subí las manos a la cabeza y levanté mis rodillas para estar más cómoda recargada en la cabecera. Cerré un poco los ojos para poder recordar algo de lo que pasó ayer... pero, por más que trataba de recordar, más allá de haber pedido bebidas con las chicas todo se me hace borroso, no logro recordar que pasó después... mmm, que extraño. No, ¡¿y si hice una tontería?! ¡¿y si dije algo que no debí decir?! Hay no... esto es malo, esto es muy malo.

 

Después de algún tiempo tratando de recordar, me levanté tambaleando de la cama y me puse mis sandalias para ir abajo ya que me dolía horrible la cabeza. Al bajar a la cocina, me encontré a Tamara preparando un té.

 

— Buenos días — le digo sentándome en el comedor.

 

— Buenas tardes — dice entre risas — ¿Cómo estas? Supongo que debe de dolerte la cabeza, ¿me equivoco?

 

– Es horrible, no sé por qué tomé, pero no lo volveré a hacer.

 

— Mhj, cuanta veces no he escuchado esas mismas palabras – y sonrío levemente —. Te preparé un té y alguna medicina para la resca, sabes ayer no fuiste la única que bebió más de la cuenta. 

 

– Fue mi madre, ¿cierto? — y asintió con la cabeza.  

 

— Ayer... tuvimos una noche muy interesante aquí en la casa – y rió levemente. 

 

— ¿A qué te refieres? 

 

– No es nada — y colocó el té frente a mí mientras ella se devolvía a la alacena —. Estoy segura de que aquí guardé la medicina – habla entre dientes. 

 

— ¿Metiste la medicina a la alacena? — le pregunto curiosa. 

 

— ¡Por supuesto que no! Ayer se las di a tu madre y las dejé aquí para no tener que ir a buscarlas mañana en la mañana — dice mientras buscaba. Después de unos segundos la encontró y se devolvió al comedor para sentarse frente a mi.

 

— ¿Las tengo que tomar? 

 

— Es claro — y las tomé.

 

— Gracias... — y sonreí. Mientras me tomaba el té pensaba en si era buena idea preguntarle a Tamara si ella sabía algo de lo que había sucedido ayer... no sé, quién venía conmigo cuando llegué o no sé, cualquier cosa. Todo es tan borroso, no logro recordar muchas cosas, la mayoría diría yo. 

 

En ese momento Andrew entró a la sala en pijama, parecía muy cansado y tenía ojeras 

 

— Buenas tardes señoritas. — dice medio dormido todavía. Fue directamente al refrigerador a tomar un vaso de agua y después sentarse en el comedor — ¿Cómo están, cómo amanecieron? – dice frotándose los ojos 

 

— Buenas tardes. Morgan con dolor de cabeza, ayer bebió – dice Tamara 

 

— Claro, ayer escuché la puerta principal abrirse, supuse que serían tu e Isaac — y sonrió —. ¿Cómo se la pasaron?

 

– Bien, muy bien — o eso creo — ¿Y mi madre? 

 

— Está en su habitación descansando... ayer fue todo un show con ella. Pero la cuidé, no te preocupes — y sonrió nuevamente.

 

— Claro — y sonreí. Tomé el té y la medicina, sintiéndome un poco mejor, me dispuse a ir a mi habitación para darme un baño sin antes darle las gracias a Tamara. Al llegar a mi cuarto me senté en la cama y tomé mi celular. Tenía 11 llamadas perdidas de Alice y 3 mensajes de Lucas. Abrí los mensajes y decían: 

 

Mensaje de: Lucas: 

 

Morgan, ¿llegaste bien a casa? 

 

¿Cómo te sientes, te duele la cabeza? 

 

Estoy preocupado por tí, por favor habla me cuando despiertes. 

 

¡¿Pero que pasó anoche para que todos estén preocupados por mí?! ¿No se supone que me trajeron ellos?... 

 

Primero le llamé que Alice. Me contestó a los pocos segundos. Me empezó a hacer un montón de preguntas, que si ya había comido, que si me dolió la cabeza, que si dormí bien, y muchas otras más. Después de que dejó de hacerme un interrogatorio le pregunté que que había pasado anoche ya que no recordaba nada más allá de haber bebido. Hizo un enorme puchero cuando le dije eso. Ella ne dijo que ella sí recordaba, dijo que íbamos en el carro cuando ya estábamos demasiado pasadas de copas y que de repente quise vomitar y que yo e Isaac nos salimos del auto rápido. Que después de eso Liam y Lucas se bajaron y que nos dejaron a nosotros dos ahí y los demás se fueron en el carro. Que también para eso me hablaba, para saber que había pasado entre Isaac y yo cuando nos dejaron. Le dije que no me acordaba de nada, y que como era posible que nos hubieran dejado solos ahí. Dijo que se tenía que ir, pero que mañana nos veíamos en la escuela y colgó dejándome ahí con 20 mil preguntas. ¿Dejarnos? ¡¿A quién se le ocurre eso?! 

 

Me metí a bañar con la esperanza de que mis músculos se relajaran con el agua caliente, afortunadamente lo logré y me relaje un poco más. Al salir de bañar me cambié con una pijama ya que no tenía pensado salir hoy, tomé mi celular y vi 2 llamadas perdidas de Lucas, 1 mensaje de Carlota y otro de Liam. Llamé a Lucas de vuelta y mientras contestaba me senté en la cama. Respondió despuésd de poco tiempo.  

 

Llamada con: Lucas: 

 

— Ehm... hola Lucas — digo. 

 

— Morgan... ¿llegaste bien a casa? Estaba muy preocupado por tí ayer en la noche. 

 

— Sí, llegué bien gracias — y todo quedó en silencio por un momento. 

 

— Olson... ¿nos podemos ver? 

 

— ¿Para qué? 

 

— Quiero hablar contigo.

 

— ¡¿Ahora?! 

 

— No, si te parece bien... mañana después de la escuela, ¿puedes? 



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En el texto hay: amorprohibido, novela juvenil, hermanastros

Editado: 01.05.2022

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