—¿Estás mejor?—pregunta Ethan.
Asiento y sonrío un poco.
Creo que ya está por terminar el día, ni siquiera sé que hora es. Pero el menos me siento mejor.
Estamos sentados en el sofá observando a Rex como si fuera una obra de arte. Bueno, no tenemos más nada que hacer. Todavía me siento muy mal cada vez que recuerdo a Joel, pero por él y por mi propio bien intento no volver a llorar, ya he derramado todas las lágrimas que tenía.
—¿Segura?
—Aún sigo afectada, pero sé que nada cambiará, aunque me duela no puedo hundirme en la tristeza. Él no hubiese querido eso.
Veo de reojo como asiente y sonríe.
—Sé que todo esto habrá sido muy caótico para ti, pero quiero que sepas que me tienes aquí para ti, en lo que pueda servirte.
—Necesito apapacho—susurro mirando el piso.
Se ríe y cumple mi petición. Se acerca y me abraza haciéndome recostar sobre su hombro. En este momento es mi mejor refugio.
—¿Que harás a partir de mañana?—pregunta mientras acaricia mi cabello—¿Irás de nuevo a los centros?
—Esperaré una semana, le guardaré luto y luego veré qué haré realmente.
—Paula sé que no es bueno momento para decírtelo pero...
Al escuchar eso me aparto de él al instante y lo miro.
—Por favor no me digas otra mala noticia.
—No es una mala noticia—niega—. Es solo que he estado pensando en nosotros, también en nuestra familia.
—No entiendo—frunzo el ceño.
—Antes de la muerte de Joel ya venía pensando en decirte que era momento de regresar a casa—se encoge de hombros—.
—¿A casa?
—Sí.
—Pero prácticamente tenemos todo aquí, no puedo abandonar todo e irme.
—Claro que puedes, de todas formas dejaste los centros en Holanda y viniste aquí. Además, tarde o temprano estaba en tu planes irte a Sudamérica y luego de un tiempo pasar a África ¿No es así?
Medito sus palabras y sé que tiene razón, pero ahora todo cambió.
—Joel ya no está aquí—murmuro.
—Lo sé, pero aunque sé que nunca podré suplantar el lugar de Joel en tu vida, yo estaré a tu lado a partir de ahora. Y me encantaría acompañarte mientras cumples tus sueños.
¿Seguir con los planes sin Joel? Creo que es una idea descabellada, pero Ethan tiene razón. De todas formas hubiese dejado España y hubiese regresado a mi país, y de todas formas hubiese ido a África en alguna ocasión. Así que no creo que sea tan mala idea después de todo regresar, y seguir con los planes.
—Tienes razón—admito—, pero aún es muy pronto para eso. Debo dejar todo en orden aquí, buscar a alguien responsable que quede a cargo de los centros y...
—Hey, tranquila. Veremos todo eso juntos, claramente no ahora pero lo haremos.
Me sonríe y su sonrisa me reconforta, me inspira a seguir adelante.
No digo nada más, solo lo abrazo y lo beso, haciéndole saber que lo necesito, que lo quiero y que me hace muy bien estar a su lado.
------.
Camino hasta la tumba de Joel con Rex a mi lado, un retoño de roble en mi mano y mi bolso colgando de mi hombro. Anoche le dije a Ethan que hoy pasaría la mañana aquí, aunque a él le haya parecido una muy mala idea para mí es la mejor idea que haya tenido en años.
En cuánto llego al lugar, me arrodillo frente a la lápida y me dispongo a hacer un hueco en la tierra para poder plantar el retoño. No sé si esté permitido hacer esto pero me importa poco, Joel tendrá un Roble en su tumba y punto
—¿Aquí está bien Rex?—le pregunto apuntándole el hoyo que acabo de hacer.
Él ladea la cabeza y me observa como si yo estuviera loca. Una vez más.
Me río sola y prosigo a plantar el árbol. Mientras lo hago, sonrío al pensar en que alguna vez será un frondoso árbol que al menos servirá de algo en el mundo, y que muy en el fondo sé que le hará sentir mejor a mi querido Joel desde dónde esté.
Le doy un beso a las hojas y termino de plantar el retoño. Luego me levanto y agarro la botella de agua que traje en mi bolso para regar el árbol. Termino de hacerlo y luego me siento a un costado de la lápida y me acomodo para luego sacar los aperitivos que traje. Le doy un sándwich a Rex y otro me lo como yo.
—Hoy te haré compañía—digo mirando la lápida.
Editado: 17.03.2021