Por Siempre

Capítulo 1: Un nuevo hogar

Capítulo 1: Un nuevo hogar

Ángel ve como Thomas juega con su teléfono mientras su padre conduce en silencio hacia la nueva casa. Ha pasado la semana que tenían para mudarse y por fin lo están haciendo, se mudan al nuevo pueblo, Cerro Azul. Dos cazadores y un brujo se mudan a uno de los pueblos de hombres lobos del país. Ángel teme lo que pueda pasar, pero sabe que Ruth no haría nada que fuera a perjudicar a Thomas, por lo que deberá confiar en la abuela con esto.

Es silencioso, tranquilo, una calma casi antinatural se cierne sobre sus vidas y no sabe qué hacer con ella, es más fácil si tuviera algo o alguien a quién culpar o algo para hacer, pero no es culpa de nadie. Su papá se ha comportado fenomenal, siendo el soporte que siempre es, pidiendo al grupo de cazadores que solo los contactará en caso de necesitar ayuda con casos graves, merecían tiempo para sanar, para poder llorar y avanzar.

—Estás muy callado. —dice su papá, una vez que pasa el cartel con el nombre de la ciudad.

Es un pueblo muy grande y rural, puede ver por la ventana del coche la variedad de casas y tiendas que hay, lo espaciadas que están algunas casas, los distintos caminos de tierra que salen de la calle principal. No será para nada vivir aquí como lo fue en la gran ciudad.

—Estaba pensando que hacer para divertirme por acá. —Ante eso último Thomas se emociona y deja el celular.

—Podemos recorrer los alrededores, hay una universidad pública en la que vamos a estudiar, será bueno encontrar alguien con quien hablar.

—Bueno, ya tienen un plan. —Dice su papá, haciendo un poco más feliz a Thomas.

—Aunque me ayudarán primero a desempacar —pide, pillando la trampa que Thomas hizo para zafar de esa responsabilidad.

—Debía intentar.

—¿Hay hombres lobos en esta ciudad? —es lo que pregunta Thomas después de estar en silencio un rato más.

—Sí, saben de nuestra llegada, aunque no saben que tienes magia. Solo informe que me mudaría al área con mis dos hijos a lo que el Alfa nos dio luz verde. —Informar a las manadas era un sistema protocolar entre cazadores y seres sobrenaturales de clase A para mantener la paz y la cooperatividad contra distintos males.

La manada de la ciudad Cerro Azul posee una manada numerosa y poderosa, con poder tanto en la ciudad como en el estado en el que se encontraban, debían solicitar residencia, aunque sea por mera formalidad para indicar que no se buscaba ningún daño a la comunidad.

—Me reuniré con la pareja alfa mañana en la mañana. Deberíamos desempacar lo que faltaba de la mudanza entre hoy y mañana, por lo que si me tardo mucho ustedes tendrán que terminar por mí.

—Claro, pero compraras para comer, no pienso trabajar gratis. —Replica Ángel a su papá, a lo que este acepta no sin antes virar sus ojos con fingido cansancio.

Desde que Ruth falleció ninguno de ellos ha querido cocinar, incluso cuando empacaban temían tocar las cosas de cocina que iban a trasladar. La cocina era su lugar, ella era quien siempre les cocinaba, conocía sus gustos como nadie más, su comida era medicinal y siempre los reconfortaba. No se sentían capaces de ocupar su lugar, y aunque fuera absurdo los tres hombres prefirieron comer en cualquier otro lugar.

Llegaron hasta una valla de hierro negro y entraron al lugar, un camino con grava los llevo hasta una casa de aspecto particular. Se veía antigua, de un solo piso, sus paredes de ladrillos estaban recubiertas de distintos musgos y las plantas descuidadas y malas hierbas que se hallan alrededor solo suman al aspecto aterrador del lugar. Es como si nadie hubiera vivido en ese lugar en las últimas décadas.

—Wow, no pensé que estaría tan mal. —Arthur observa el lugar, se ve muy abandonado, tiene suerte que la casa sea de material, si hubiera sido de tabla duda mucho que siguiera en pie.

—Creo que vamos a hacer muchas cosas más que solo desempacar —expresa Ángel, mirando de forma dudosa su nuevo hogar.

—Podría ayudar. —Dice Thomas, mirando fijamente el lugar con el rostro levemente inclinado a la derecha y con un ceño fruncido, sus ojos brillan de forma sobrenatural.

—¿Cómo? —pregunta Arthur, poniéndose más alerta por la sugerencia.

—Hay magia, una perturbación de un hechizo, en realidad. —Thomas no deja de mirar, Ángel se acerca y empuja suavemente para hacerlo reaccionar.

—Entonces bajemos, será mejor no esperar más. —Ángel sale del auto y Thomas lo sigue. Arthur baja y va a abrir el maletero mientras sus chicos se acercan al frente de la casa.

—¿Qué clase de hechizo deja en este estado una casa? —pregunta Ángel mientras trata de pasar sobre la maleza.

—Un hechizo que se desconectó, estaba ligado a un tótem que le proporcionaba energía que se filtraba para mantener la fachada y el jardín impecables. Supongo que era al dueño anterior, al este morir o mudarse el tótem se alimentó de la energía del lugar y los seres sobrenaturales de la zona—. Arthur llega al lado de Thomas y le pasa su maleta, Ángel también agarra la suya.

—A veces me olvido de que tú también tienes magia. Lo usas tan poco que a veces se me olvida. —Ángel sonríe de lado, palmeando la espalda de Thomas con alegría.

Μητέρα τη δύναμή σου επικαλούμαι, ξαναγράψε το ξόρκι και άφησέ το να θεραπευτεί. —conjura Thomas, haciendo que el resplandor de sus ojos brille con mayor intensidad y luego no pasará nada.




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