Por Siempre

Capítulo 4|"Viejo amigo"

Hunter

¿Cómo es posible que no pueda pensar en otra cosa aparte de Abby en todo el maldito tiempo? No estoy viviendo la situación más tranquila de mi vida como para ponerme a imaginar cada gesto de Abby en mi cabeza o como para comenzar a recordar momentos juntos. Además, es peligroso, porque cualquier Vampiro con poderes mentales podría meterse en mi cabeza y husmear en mis pensamientos. Peor si Luxfero lo hace, necesito concentrarme, pensar en otras cosas, aunque sea en los diferentes tipos de sangre que he probado... Eso podría funcionar. Veamos, el color, bueno..., no suelo tener una tendencia, pero mi favorita según recuerdo es la de Abby, pero eso no tiene ningún caso, porque no puedo volver a probarla, ya que acabaría haciéndole más daño y de por sí la he lastimado mucho ya, también... ¡Mierda! Estoy pensando otra vez en ella, y es peor, porque ahora pienso en su sangre. Maldición.

ᅳLuces tenso, papi. Y eso que Luxfero todavía no llega.

La cosa, en simples palabras, radicaba en esto; Nathan me había llevado hasta Severon a escondidas. Nadie sabía que yo había llegado. Y, ahora me correspondía una reunión privada con mi viejo amigo, ¡Ah! y para colmo Drake estaba allí para joderme a su antojo.

Severon es el lugar más escondido del mundo, comúnmente invisible al curioso ojo humano. Se sitúa en el conocido polo sur, y es demasiado pequeño para poder ser llamado un país. Aquí los Vampiros no somos muchos, no porque así se desee, sino porque gran parte de la población es infértil. Punto importante que aclarar con respecto a las leyes de Severon: Si eres un Vampiro fértil; estás jodido, pues serás obligado a procrear al menos una vez cada veinte años. Mi caso es el vivo ejemplo de que esta ley se cumple, y si yo siguiera viviendo allí, me correspondería pronto traer al mundo a un sexto Vampiro.

ᅳNo estoy tenso, estoy emocionado, Drake ¿qué no se nota?

ᅳTienes miedoᅳdijo con burla, y un tono extrañamente meloso en su vozᅳ, ¿es que acaso temes porque él averigüe algo sobre Dulzura?

ᅳSi te callaras, me harías muy feliz.

ᅳQué envidia, me gustaría poder entender lo que sientes, pero... ¡Es tan ridículo! ᅳDrake explotó en una risa ahogada, parecía un lunático, pero eso no era algo nuevo en élᅳ.¿Amor? ¿Qué es eso? Nosotros no podemos sentirlo.

Decidí ignorarlo, tal como Nathan había hecho todo el rato. Estábamos sentados en una enorme sala de estar, que tenía una decoración bastante peculiar, con estatuas a tamaño real y definidas a la perfección. 
Llevábamos casi veinte minutos aguardando a Luxfero. Yo sólo quería acabar con todo ello lo antes posible, no me gustaba el drama, quería saber qué tendría que hacer y marcharme tan pronto como acabara. No importaba lo que tuviera que hacer; lo haría y no volvería jamás a Severon.

ᅳDiez segundos...ᅳAnunció Drake con una divertida voz cantarina. Yo también había notado su presencia, o al menos la de alguien aproximándose que, suponía, se trataba de él.

ᅳHunter.

ᅳBrutus.

Me levanté del sofá en que me encontraba y quedé frente a él. Me tendió la mano, y la acepté estrechándosela tan fuerte como para poder arrancarle el brazo, claro que eso no era una posibilidad tratándose de él.

ᅳ¿Cómo estuvo el viaje? ᅳPreguntó, acompañándose de una sonrisa modesta. Él tenía un toque especiel para relacionarse con las personas. Era capaz de manipular con una facilidad innata y resultaba difícil odiarle. Claro, excepto a mí. A mí eso se me hacía la tarea más sencilla del mundo.

ᅳDetestable. Recorrer semejante distancia sólo para tener una reunión contigo no es algo que me motive mucho, además.

La sonrisa no dejó su rostro en ningún momento y sus ojos grises me observaron con fijación. ᅳSeñor Reynolds, me alegro de que haya podido llegar a tiempo. Estuve a punto de ir personalmente a buscarlo, pero... ya que está aquí, todo será mejor.

ᅳMe gustaría que te dejaras de formalidades y me dijeras qué quieres que haga. Vamos a hacer un trato, ¿de acuerdo? Yo hago lo que me pidas y tú te olvidas de mi existencia para siempre, podrías hasta darme públicamente por muerto, ¿no sería más fácil? Y no puedes negarme nada, porque no creo que vayas a caerle bien al resto de los Vampiros cuando se enteren de lo que has hecho con mi familia.

Luxfero frunció el cejo por una fracción de segundo, pero recuperó el semblante relajado rápidamente.ᅳQué soñador eres, Hunter, me conmueves. ¿Pero quién te creería si dijeras todas esas cosas? Yo sé que es verdad, pero no voy a aceptarlo de manera pública, tienes mucho razón en que aquello dañaría mi imagen. Inteligente, pero estúpido a la vez. Ahora, ¿Tienes algo mejor, o ya vas a escucharme? Estoy intentando ser amable contigo, Hunter, en respeto a nuestra pasada y arruinada amistad, porque aunque no lo creas, te aseguro que alguna vez fuiste mi mejor amigo.



#99 en Joven Adulto
#483 en Fantasía
#324 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: vampiros

Editado: 12.04.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.