Abby
Estaba que echaba humos por las narices, ¡Odiaba a todo el jodido mundo! Matthew y Chris me habían tendido una trampa. Una trampa horrible.
Después de todo el asunto del concurso, donde por cierto habíamos quedado como orgullosos segundones, Matthew y yo nos habíamos acabado por ir separados del resto de los estudiantes de vuelta a casa. ¿La razón? Me avergonzaba admitirlo, pero yo había tenido un pequeño accidente y... En fin, Matt se había hecho cargo de mí. En simples palabras lo que ocurrió fue que la comida del hotel me acabó cayendo pésimo y no pude salir del baño en horas. Pasé un terrible día y por suerte sólo Matti se enteró de lo ocurrido, a pesar de que yo hubiera preferido que nadie lo supiera.
—¿Conseguiste boletos?—Yo había estado esperando a Matthew en el lobby del hotel junto a las pertenencias de ambos. Matt acababa de regresar de la estación de buses.
—Sí, para dentro de 19 horas más—. Eso era exactamente a las 7 A.M.
—Mañana ambos debemos estar en la escuela a las 8, ¿Qué se supone que haremos?
—Llegaremos. Un poco más tarde eso sí.
—Ha sido mi culpa...—En realidad del hotel y su comida envenenada.
—Claro que no, sólo ha sido un colapso del transporte público, es todo.
—Sabes a que me refiero—, solté mordiéndome el labio de la incómoda que estaba al hablar de mi asuntillo. Al menos ya me había recuperado, y todo gracias a una inyección salvaje en el trasero. Otra muy mala experiencia. Ese no era mi día.
—Voy a reservar una habitación, pero no en este hotel. Vamos andando.
—Te estás tomando demasiadas molestias por mí.
—No es así. Es mi deber como profesor cuidar de todos mis alumnos.
—Has abandonado al grupo por mí, ¿Te suena lógico?
—Me preocupé de dejarlos a todos en el bus y le di indicaciones al chofer.
—Cielos, Matt... En serio, no creo que habrías hecho algo así por cualquier otro estudiante. Llegarás tarde mañana por mi culpa, vas a meterte en problemas.
—No es así, ya hablé con la directora y todo está arreglado. Y quizá tienes razón, me estoy tomando más molestias contigo y es porque te conozco desde hace mucho tiempo y tú no eres cualquier persona para mí. Ahora que sabes que me gustas, ¿cuestionarás todo lo que hago?
—Matt...
—Perdón. No debí haber dicho eso.
Iba replicarle, aunque no sabía qué decir exactamente, yo sólo quería cortar lo incómodo del asunto. Matthew tomó su maleta y comenzó a caminar, obvié la invitación a seguirle, eso estaba claro.
—¿Dónde nos quedaremos? —, pregunté en lo que ambos caminábamos por las calles repletas de personas.
—En esta ciudad todo es demasiado caro. Usaremos un motel. Conozco uno económico.
Otra vez quise decir algo, pero no lo hice, temiendo a que pudiera tomarlo a mal. De todos modos él pareció leer mis pensamientos pues sin que yo dijera nada dijo algo al respecto.
—No planeo nada contigo, no pongas esa cara de susto—, Matthew me conocía demasiado bien. Demasiado—.Cuando hablamos dijiste que nada entre los dos cambiaría, pero has estado actuando rara desde que sabes lo que siento. Aunque tampoco puedo juzgarte, entiendo que te parezca diferente ahora.
—Matthew—, iba a decir algo para calmarlo, pero él ni si quiera me dejó empezar la frase.
—No intentes negarlo, Abby. Ambos sabemos que es así.
Me gustaría decir que después de eso todo mejoró, que nos arreglamos y que Matthew se decepcionó al verme usando un poco agraciado pijama viejo de Chris. Pero no, otra vez dormimos juntos y ahora sí que me sentía mal por hacerlo.
—Es muy incómodo—Estábamos a oscuras intentando dormir algunas horas antes del viaje. La cama era enorme y cada uno se hallaba en su propia orilla. Matthew había dicho aquellas palabras, aunque yo también las había pensado.
—Lo sé...—, musité. Me senté en la cama y a pesar de la poca luz que había conseguí divisar la sombra de él. Se había sentado al igual que yo.
—Creo que todavía nos quedan algunas cosas de las que hablar.
—Es verdad...— , opiné. No encendí la luz, era más fácil tocar el tema sin tener que ver su rostro.—¿Desde cuándo te gusto?
—Vaya pregunta... —mi corazón había comenzado a bombardear como loco. Estaba nerviosa a niveles extremos. Quería y la vez no oír lo que él tenía para decir. ¡Diablos! De no ser por Christian nada de esto habría ocurrido.—La verdad no tengo idea, creo que me gustas hace mucho, pero apenas me estoy dando cuenta. Es terrible, ¿sabes? Tenerte tan cerca y saber que no puedo hacer nada. Mierda. Creo que me estoy pasando con la sinceridad.
—No...— Sí. Estaba teniendo un conflicto interno terrible. ¿Qué se suponía que debería hacer?
—Sé lo que viene, yo también lo hice en algún momento: "Lo siento, pero yo sólo te veo como un amigo" ¿Eso querías decirme, verdad?—Matthew manejaba el tema mejor que yo. Hablaba con calma, incluso era amable. Me sentía fatal—.Lo acepto. No intentaré nada, lo prometo. Pero no me quites todos estos año de amistad por eso, no cambies conmigo, por favor no hagas algo como eso.