Por Siempre

Capítulo 36|"Recuerdos congelados"

Abby

La desventaja de tener sólo una amiga durante un periodo importante de la etapa escolar es que cuando la pierdas, muy probablemente, te sentirás sola la gran parte del día. Si bien Georgina y yo habíamos dejado de lado nuestros problemas, no éramos cercanas y tampoco nos interesábamos en serlo. Ella iba por su lado, continuaba siendo popular y el tema de Fei parecía haber quedado olvidado, he dicho "parecía", porque quizá no lo estaba y ella nada más fingía no prestarle importancia, pero en fin, éramos jóvenes, con la oportunidad de enamorarnos un montón de veces más y aprender de cada gran y pequeño error. 
Además de Georgina, estaba Adam. Interactuábamos de vez en cuando, pero con la ida de Fei y con Gina distanciándose de mí para volver a sus andanzas, Adam evitaba pasar tiempo a solas conmigo y lo entendía perfectamente.

—¿Qué haces?—Me interrogó la voz de Georgina. Habíamos chocado, o más bien yo había chocado con ella. Siendo honesta, no iba atenta al camino y en lugar de eso prefería observar mis zapatos al dar pisadas.

—Caminar—preguntas absurdas, respuestas igual de absurdas.

—No, genio. Me refería a qué has hecho durante todo el día—Gina no estaba empleando un tono bonito de voz. Parecía que me regañaba y por un segundo me recordó a la antigua Georgina—. Te he visto andar por los pasillos sola en plan zombie. ¿Qué pasa contigo?

—No entiendo tu punto. Y para que lo sepas todavía no se me antoja comer sesos.

—Si quieres te ayudo a vengarte— Yo no sabía qué andaba mal, pero no le encontraba ni la más mínima coherencia a lo que Georgina hablaba.

—¿Vengarme?—Gina revoló los ojos como si acaso yo acabara de hacer una pregunta estúpida.

—Tengo algunas opciones—al fin la miré a los ojos, la había estado esquivando sin ninguna razón decente. Ese día Gina llevaba un maquillaje más ligero, pero que se notaba profesional, lucía linda. ¿Cuándo aprendería yo a maquillarme así?—Primero vengarte de esos idiotas del club de matemáticas que comenzaron a esparcir esos rumores sobre ti y el profesor Leblanc—Oh, cómo olvidar eso. Había estado ignorando los murmullos de mis compañeros de clase. A nadie le había quedado claro que eso no era verdad—Segundo, de esa profesora que le ha estado coqueteando a tu novio—¿Eh? ¿En qué momento eso había pasado? En realidad yo no me enteraba de nada— Tercero, cobrarme venganza a mí, por haberte tratado mal durante poco más de un año completo.

Tuve la impresión de que esa última frase era en realidad una forma disfrazada para pedir disculpas. Verla actuando de ese modo me provocó una sonrisa. Gerogina intentando disculparse y ayudarme era algo agradable.

—¿Sabes, Gina? La venganza... no es un concepto que trabaje.

—¡Estás loca!—soltó, aparentemente impactada y con rabia. Luego me tomó del brazo y comenzó a caminar por los pasillos de la escuela, arrastrándome con ella—.Bien, tú no trabajas ese concepto, pero yo sí y en recompensa al daño, me ocuparé de dejarle bien en claro a ese grupo de idiotas superdotados que con esta chica buena y bastante ilusa nadie se mete.

Pensaba que mi día terminaría aburrido, pero al parecer estaba equivocada. Gina me llevó hasta el salón donde coincidentemente el grupo de matemáticas estaba teniendo una reunión, Matthew, como profesor jefe del grupo, también estaba allí y todos se voltearon a mirarnos cuando Georgina y yo irrumpimos.

—¿Necesitan algo, señoritas?—preguntó Matt de un modo tranquilo. Él ya había tratado el tema con los miembros del grupo y creía que todo había quedado solucionado, pero los rumores seguían. De hecho, yo debería de haber estado en esa reunión, pero nadie me avisó. Debí haber abandonado el club de matemáticas sin enterarme.

—Esto no tiene sentido...—murmuré. Creía que sólo me había oído Georgina, pero Matthew fijó su mirada en mí en ese momento.

—¿Ocurre algo, Winsley?—Era raro cuando me llamaba por mi apellido de un modo tan serio y profesional. Él era bueno actuando, no me había dado cuenta de eso hasta entonces.

—¿Esto es una reunión, no? —Georgina habló. Yo ni siquiera tuve la intención de responder a la pregunta de Matthew—¿Y por qué Abigail no está acá, profesor? Ella también es parte del club ahora.

Observé como la expresión de Matt se volvió confusa. Le dio una mirada al grupo, como exigiendo una explicación, luego me volvió a ver a mí.

—Ellos me informaron que te habías salido del grupo.

Eso no era verdad. Yo jamás pensé en salirme. Me había dado cuenta de que en realidad me gustaban las matemáticas. Yo era buena, Matt me había ayudado a darme cuenta de eso.

—¡Eso es mentira! Sólo están molestando a Abby—soltó Georgina. Jamás me imaginé que algún día ella me defendería.



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En el texto hay: vampiros

Editado: 12.04.2018

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