CAPITULO 4
Xiomara entro a su habitación, dejo su equipaje a un lado de la puerta para entrar al baño, al salir de este se recostó en la cama cerrando los ojos, dispuesta a dormirse. Abrió los ojos desmesuradamente cuando sintió unos labios sobre los suyos, al abrir la boca para gritar, la otra boca aprovecho ese instante para poseerla más íntimamente, aprisionando su cara se encontraban dos fuertes manos, al reconocerlo ella quiso escapar, pero Alexander era más fuerte, el deseo de Xiomara por ese beso la domino y se abandonó a él, dejando escapar un leve gemido causando que Alexander profundizara el beso. Xiomara sintió su cuerpo vibrar, Alexander bajó una de sus manos para colocarla en la cintura de ella para levantarla hasta quedar sentados, ella aprisiono su cuello con fuerza, como si de esta manera evitara su futuro sufrimiento, en el cual no quería pensar, no en ese momento, solo quería sentir ese beso, sentir sus labios, su sabor, sentir como la abrazaba con pasión. Deseando que ese instante nunca terminara. Cuando Alexander la libero, ella se horrorizo de lo peligroso que era esa cercanía para ella, la hacía desear cosas que nunca había deseado.
-¿Por qué lo hiciste? –Le reprocho Xiomara cubriendo su boca con una mano.
-Solo te daba la bienvenida a casa Bonita, ¿No te hubiera gustado que lo hiciera allá, en la entrada? O ¿sí? –Alexander sonreía complacido.
-¡¡No vuelvas a hacerlo!! –Pidió Xiomara, no pudo evitar que de sus ojos comenzara a rodar una lagrima, que Alexander atrapo en sus dedos, confundido la observo- Nuestra relación es solo de negocios ¿Me entendiste? Ahora ¡sal de mi habitación! Por favor. –Xiomara señalo con un dedo en dirección de la puerta.
Alexander salió dando un portazo, entender por qué ella reacciono de esa forma. Xiomara se echó a llorar, sin comprender realmente lo que hacía, no quería volver a ser lastimada. Alexander se dirigió a su recamara donde entro y cerro también de un portazo. No se explicaba la actitud de Xiomara hacia él, con cuanta ansiedad espero su regreso, fueron tanto los sueños con ella esa última semana. Deseaba locamente besarla, sentir sus suaves labios, sentir como temblaba su cuerpo entre sus brazos. ¿Acaso ella no sentía lo mismo por él? Entonces ¿porque respondió a su beso con esa pasión?, no lo entendía se recostó en su cama, sin dejar de preguntarse: ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué me duele así su rechazo? ¿Por qué la busco? Mi vida ya está resuelta para cuando termine este año. –Entonces recordó el compromiso que lo esperaba en los Estados Unidos, recordando a Shannon Leighton, con quien lo obligaban a casarse por comprometerse con ella cuando eran adolescentes, cuando creyó que no amaría nunca a otra mujer, como en ese momento, pero no la amaba tanto de eso se dio cuenta con el paso del tiempo, mientras crecían juntos. Siempre tuvo una que otra amiga cuando entro en la universidad-. Tomare esto como una señal, una señal de que mi vida está junto a Shannon, y que me está esperando en Estados Unidos, no debo hacerla sufrir. Me alejare de Xiomara solo trataremos negocios como ella dijo.
Xiomara decidió que lo mejor para tranquilizarse era salir a caminar antes de la cena, antes de volverlo a ver, al bajar las escaleras vio unas maletas a un costado de la puerta y entonces lo recordó: ¡No había pedido la habitación de Marina! Cuando está llegara de conocer el viñedo le gustaría descansar, cambiarse de ropa o darse un baño. Adaptarse a su nueva vida en esa casa.
-¡Petra! –Llamo Xiomara- ¿Cómo se me pudo haber olvidado Marina?
-Lic. Xiomara ¿me llamo usted?
-Por favor dile a Lucy que te ayude a preparar una habitación y suban por favor las maletas.
-¿Qué habitación preparamos y para cuantas personas?
-La primera con balcón, es para una persona, mi asistente personal que viene a trabajar, vivirá aquí.
Caminar siempre la tranquilizaba, si el aire era libre de contaminación, en un camino rodeado de árboles y vegetación. Mucho mejor. Su caminata la llevo al río donde tomo asiento esta vez en la tierra muy, pero muy lejos de la orilla.
-Tendré que hacerme una banca en este lugar –Pensó para sí misma.
Del viñedo salió Alexander y camino con rumbo a la casa, no vio que era observado por Xiomara.
En la sala conversaba Xiomara con Marina intercambiando impresiones del viñedo y la propiedad, cuando Alexander apareció, algo extrañado por la presencia de esa mujer.
-Marina le presento al joven Alexander Webber, él nos enseñara todo lo que debamos saber de la uva y su proceso.
-Mucho gusto en conocerlo Sr. Webber, Marina Torres Gálvez –ella extendió su mano para saludarlo.
-El gusto es mío. –contesto Alexander dándole un fuerte apretón de manos.
-Marina va trabajar como mi asistente personal –anuncio Xiomara -. Pasamos al comedor, Marina debes estar hambrienta, -Marina no contesto solo mostro una pequeña sonrisa tímida.