Por Siempre

CAPITULO 12

CAPITULO 12

 

Opto por lo segundo, la beso, Xiomara no lo esperaba, no se resistió como siempre, el sentir los labios de él sobre los suyos la enloquecía. Cuando él la libero de ese beso Xiomara le dio una bofetada.

-¿Crees que me vas a besar cuando te dé la gana? –Pocas veces ella levantaba la voz, pero esta vez lo hizo-, ¡No es así! Recuerda que vas a casarte. –Le grito presionando el dedo índice sobre su pecho, comenzó a hablar con un volumen más bajo- ¡Y me vas a dejar! -ella comenzaba a bajar la guardia.

-¡No es así! Yo te amo a ti, no me voy a casar con Shannon, ya se lo dije, termine con ella.

Xiomara se quedó en silencio, no sabía que pensar, necesitaba tiempo, Alexander la engaño, ese era un hecho que no podía pasar por alto.

-¡Déjame! –Se zafo de su brazos para correr a la seguridad de su recamara, tenía que pensar, necesitaba estar sola, eso se lo repetía a ella misma una y otra vez mientras corría.

Alexander la vio irse, preguntándose porque reaccionaba de esa forma. Él se había imaginado que ella se lazaría a sus brazos nada más escuchar la noticia. No lo entendía. Él no sabía lo mucho que la había dañado.

 

Xiomara seguía evitándolo, tomaba sus alimentos en su recamara, no quería estar a solas con él, lo quería, pero su orgullo no le permitía bajar la guardia, no por el momento, como iba a mirarse al espejo sabiendo que no le importó que en un principio la halla engañado, enterarse de la verdad hasta la llegada de Shannon. Eso era algo que no podía aguantar, al menos por ahora, ¿En qué momento se había enamorado él? Cuanto le dolía su engaño, ¿Cómo olvidaría sus besos, sus caricias y la forma en que la miraba? ¿Cómo lo haría? Extrañaría su fuerte abrazo, y su protección. ¿Pero cómo lo lograría? si los recuerdos la perseguían e incluso las visiones de ellos en otro tiempo. ¿Cuándo le iba a contar sobre su regresión? ¿Acaso lo haría? La iba a tomar por loca, aunque él también tenía visiones. Nunca pensó que sentiría algo así, sus antiguas experiencias la habían lastimado pero era la primera vez que le dolía tanto, deseaba quitarse ese sentimiento de sentirse utilizada, usada por alguien a quien de verdad estaba amando. Necesitaba tiempo para sobreponerse.

-“El tiempo lo cura todo” –Se dijo Xiomara a si misma-. Y posiblemente podría corresponderle.

Los días pasaban, Xiomara veía como el día se abría paso a la noche, como los primeros rayos del sol comenzaban a aparecer e iluminaban un día que para ella era cada vez más claro, más alegre, cada noche al ver la oscuridad por su balcón un poco de su dolor se desvanecía, con la claridad del siguiente amanecer nuevos deseos de vivir afloraban en su piel y en todo su ser.

Alexander la sorprendía en el desayuno dejándole una rosa roja junto con una nota, lo hacía seguido pero ahora era diferente, había algo que no sabía cómo explicar, pero le estaba gustando, lo que antes le había parecido un acto cursi, ahora lo disfrutaba. El pensar en esos pequeños detalles lo emocionaba, el ver la radiante sonrisa de Xiomara era su recompensa, hacía que el día fuera el mejor de todos. Poco a poco estaba recobrando la confianza en él mismo.

Alexander trataba a las plantas con una devoción y dedicación que demostraba el amor a esas tierras, que pronto dejaría. Xiomara no podría hacer que él se quedara, su vida estaba en otro país, en otro mundo. Al pasar el viento entre ellos limaba las asperezas, se llevaba las desavenencias y los rencores que ambos sentían. Estaba floreciendo de nuevo la ilusión.

 

Al recuperarse los padres de Marina ella regreso junto con Oscar al viñedo. Para reintegrarse a las actividades. Oscar los ayudo y acompaño a Marina en esos momentos tan difíciles.

-Bienvenida Marina, ¿Cómo siguen tus papas?

-Ya están totalmente recuperados por eso regrese Lic. Murray.

-Bueno, entonces ¡Manos a la obra! Tenemos que archivar los libros de contabilidad, terminar de vaciarlos los datos en el programa de contabilidad de Conservas, para que ellos vean que ya los revise y que no hay problemas.

-Como usted diga Lic. Murray –Las dos mujeres caminaron a la biblioteca.

-Ahora sí, Marina cuéntame ¿qué paso?

-Ellos fueron a recogerme al aeropuerto. Mis padres subieron al coche y yo me quede atrás porque se me abrió la bolsa y me quede cerrándola, cuando un autobús sin freno se impactó en el coche, mamá solo se rompió el brazo pero mi padre fue el que recibió todo el golpe, estaba en el lugar donde golpeó el autobús, tuvo una hemorragia interna y algunos huesos rotos, lo operaron de emergencia, los doctores dijeron que vivió de milagro.




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