CAPITULO 13
En Conservas “El Campo” todo marchaba bien, la reunión termino sin contratiempos, Xiomara se quedó el fin de semana visitando a su familia e investigo un poco lo que había visto en su regresión, debía encontrar lo que fuera de Ernesto y Amelia, antes de terminar por creerse loca.
Marina y su familia se fueron al viñedo en cuanto termino la reunión. Nada más llegar Marina llevo a sus padres a la casa de invitados, después de instalarse todos fueron a cenar en la casa principal, Alexander ya los esperaba.
-Buenas noches. –Saludo Alexander a los papas de Marina.
-Buenas noches, -Ambos respondieron su saludo, pero la Madre de Marina lo observaba interrogante, Marina los presento.
-Mamá, Papá les presento a Alexander Webber, es el asesor de la Lic. Murray, los padres de Alexander le vendieron el viñedo a la Lic. Murray.
-Gusto en conocerlo –Respondió el padre de Marina con un apretón de manos.
-El gusto es mío, -Contesto Alexander- Marina es una buena compañera de trabajo y una persona muy apreciada en esta casa. –Después le tendió la mano a la madre de Marina para saludarla, esta tomo la mano que él le ofrecía para responder al saludo, pero Alexander con educación y respeto levanto la mano de ella, la llevo a sus labios y deposito un afectuoso beso-. Bienvenida a la casa señora. Es un placer tenerlos aquí.
-Gracias joven pero créame el gusto es de nosotros.
-Que les parece si pasamos al comedor, la cena nos espera. ¿Los puedes llevar Marina? Por cierto ¿dónde está Xiomara? –Alexander no pudo evitar preguntar al no verla en la casa-.
-Xiomara se quedó a pasar el fin de semana con su familia, regresa el domingo en la noche, ella me va a llamar cuando despegue el avión para que Oscar la recoja.
-Me avisas a mí por favor yo la voy a recoger al aeropuerto, adelante pasen enseguida los alcanzo. – Alexander dio medio vuelta y subió a su recamara, tenía que tranquilizarse, el que no hubiera llegado Xiomara con ellos lo tenía ansioso, solo dos minutos para calmarse y asimilar que ella no llegaría hasta después, solo eso necesitaba.
-Marina es un joven bien parecido, pero ¿no es del país, verdad?
-No mamá, es estadounidense, pero su mamá es mexicana, su papa es el estadounidense, por eso habla bien el español.
-Pero, no sé porque siento que ya lo he visto antes, es raro ¿no crees?
-Ya me imagino porque lo dices mamá y donde crees que lo viste. Cuando conozcas a la Lic. Murray lo recordaras, ¿ya verás que si?
En la capital del país Xiomara investigaba todo lo que podía sobre Amelia De La Vega, pero no encontró gran cosa. Encontró que en España se encontraba un viñedo que perteneció a la familia De La Vega junto con una foto de un viñedo en venta, al frente la familia poseedora. Era una foto antigua, el viñedo se había puesto en venta algunos años atrás en una subasta y la foto era para ver si aumentaba el valor de la propiedad al saber que perteneció a la misma familia por generaciones, como dato adicional informaba que la hija menor se había convertido en monja y mostraba una foto de ella. Era poco lo que había encontrado, al menos esa poca información le decía que si había existido una familia así y que no estaba loca, no por completo.
-Termino siendo Monja, ¿Por qué se veía triste en la foto? ¿Acaso el habito no la hacía feliz? Bueno en esa época no muchas jóvenes entraban a los conventos por gusto propio. –Xiomara seguía observando la foto de Amelia, cada vez se convencía que si existía la reencarnación. Las imágenes que se aparecían frente a ella de la nada, la regresión con el hipnotista y ahora la imagen del viñedo que antes había visto en sus sueños o recuerdos. Todo concordaba, había tenido otra vida-. Marina debe saber la historia, por algo ella tiene un álbum con fotos de esa familia. ¿Cómo estarán relacionados con ellos?
El resto del fin de semana lo pasó en compañía de su madre y su hermana, salieron de compras, a cenar y al cine, Xiomara disfrutaba de pasar el tiempo con su familia, y también porque no reconocerlo: Extrañaba ir al cine, sentarse en las cómodas butacas disfrutando de un vaso de palomitas de mantequilla y un refresco frio para quitarse el salado sabor de las palomitas mientras veía una película que la hiciera distraerse de sus problemas diarios, saber que los problemas que estaba viendo en pantalla eran de alguien más y que varios de ellos no eran reales. Disfrutaría esta salida en familia y después regresaría a su nueva vida a prepararse para la campaña promocional que tenía en puerta.