Por Siempre

CAPITULO 14

CAPITULO 14

 

En las mesas solo quedaron los quinqués que seguían aromatizando el ambiente, Oscar y Marina supervisaron que todo se recogiera, las plantas que se tomaron del invernadero regresaron al mismo, se limpiara y se dejaría todo en orden antes de retirarse. Xiomara volteo la mirada al cielo para observar la blanca y grande luna llena, decido retirarse a un lugar donde pudiera observarla con tranquilidad se apresuró a llegar a su banca, al lugar donde solía sentarse a pensar y recurrió a ella buscando su soledad, de repente una sombra comenzó a cubrir la bella luna.

-La Luna realza el brillo de las piedras, que no opacan tu belleza.

Xiomara se levantó apresuradamente.

-Alexander me asustaste, creía que ya te habías ido a dormir.

-Ya me iba pero vi a Oscar que estaba acompañando a Marina y no quise estorbar, cuando vi a donde te dirigías te seguí. No quería pero –en los labios de Alexander se dibujó una sonrisa traviesa-, mi mente decía vete a dormir pero mis pies me trajeron hasta aquí. Fue algo imposible de evitar. Estuviste magnifica esta noche, el evento estuvo perfecto.

-Gracias pero no hubiera sido un éxito sin la ayuda de ustedes, pero ahora si viene lo difícil: lograr que el vino se venda y se coloque en el gusto del público.

-No te preocupes, el vino les gusto, es bueno, solo es necesario crear un poco de curiosidad, el deseo de probar algo nuevo en los consumidores y listo. Poco a poco se creara la necesidad de tener al menos una botella de vino en cada casa.

-Suena muy fácil, pero lograrlo es otra cosa, este es un país en el que no estamos acostumbrados a tomar vino, la bebida nacional y tradicional es el Tequila así como otros productos derivados del Maguey, ¿Cómo vamos a lograr que en las casas haya al menos una botella de vino? Además como vamos a lograr que las familias acompañen su comida con un vaso de vino en lugar de un vaso de agua de frutas fría, va ser muy difícil.

-Xiomara, tú eres una mujer muy fuerte -Alexander tomo una de sus manos y la aprisiono entre las suyas-, tu nunca te rindes, ahora no lo harás. “Las cartas ya están echadas sobre la mesa, ahora solo has un buen juego y lo lograras”.

-Gracias Alexander por tu voto de fe, pero a veces creo que no lo voy a lograr, esto es muy importante para mí, es parte de mi patrimonio además he descuidado un poco las conservas “El Campo”. –Xiomara no retiraba la mano que Alexander tenía entre las suyas-. Y no quiero preocupar a mi familia con un fracaso. Incluso he pensado en regresar a casa para seguir al frente del negocio, no puedo permitir que le vaya mal a conservas “El Campo”, y que todo el esfuerzo que mi madre puso en crear esa empresa se termine por mi culpa.

-No te desanimes, apenas es el comienzo, ten fe, lo lograras, mira yo voy a hacerte la primera compra…

-No, solo la vas a hacer para que yo no me desanime…

-¡¡Claro que no!! -Alexander la interrumpió con un grito más fuerte de lo que él esperaba- perdón, no quería levantar la voz. Es solo que te olvidas que mis padres tienen un restaurant, apenas abrieron otro, además se necesita variar la cava y estoy pensando poner este vino en la carta. ¿Cómo cree que no lo voy a comprar si conozco la calidad, el sabor y el cuidado con que se creó?

-Gracias Alexander –Xiomara lo abrazo fuertemente-, no sabes cómo te agradezco tu apoyo, tu conocimiento y tu compañía, sin ti no lo hubiera logrado no conocía nada de este mundo. –Xiomara deshizo su abrazo y quedaron mirando frente a frente. La luna cada vez se cubría más.

-No tienes nada que agradecerme, al contrario este año ha sido fabuloso para mí, aunque no lo creas me hecho muy bien, he madurado, tú me has enseñado que debo ser responsable con mis actos. –Alexander volvió tomar las manos de Xiomara entre las suyas-. No me quiero ir, pero todo depende de ti.

-¿De mí?

-Claro que sí.

La oscuridad los cubrió, la luna estaba eclipsando.

-Mira Alexander eclipse lunar, en el campo se aprecia mejor sin las luces de la ciudad, de los edificios.

Alexander volteo la mirada al cielo para admirar el eclipse.

-Si es muy bonito. –La mirada de Alexander regreso a Xiomara, pero la poca luz que había procedente de la casa hacían brillar las piedras de la gargantilla que aun llevaba puesta y daban a su rostro un brillo exquisito. Alexander no lo pensó más, jalo a Xiomara hacia él apoderándose de sus labios, ella se sorprendió con ese acto, abrió la boca para protestar queriendo emitir un grito, pero solo salió de sus labios un leve gemido, Alexander aprovecho ese gesto para introducir la lengua en la boca de ella en un beso más profundo. Xiomara no se negó lo abrazo fuertemente correspondiendo a su beso con la misma pasión que él. La oscuridad los envolvió. En sus cabeza de descorrió el velo negro que las cubría.




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