CAPITULO 22
Ambos se miraron a los ojos. Su pasado se había revelado no sabían cómo, pero ahora eso no les importaba, lo importante era se recordaban.
-¿Amelia?
-¡Ernesto! ¿De verdad eres tú?, pero ¿Cómo es que estamos aquí?
-No lo sé, pero mientras estés conmigo de nuevo la forma no me importa. –ambos se abrazaron con fuerza.
-Pero tú me dejaste, tu mo…
-Eso ahora no importa.
-Pero, ¿no vamos a desaparecer con la luz del día?
-No lo sé pero ahora estamos aquí. En este cuerpo puedo amarte de nuevo, espero que tú me ames nuevamente, aunque estemos en otra vida –dijo mirando a su alrededor.
La luz de la Luna volvió a parecer poco a poco, Amelia beso a Ernesto al darse cuenta que la luna comenzaba a brillar, lo beso desesperadamente temiendo que al terminar por completo el eclipse volverían a desaparecer de este mundo y nunca lo volvería a ver de nuevo.
La Luna alumbro de nuevo desde las alturas. Xiomara y Alexander se miraron sorprendidos ante la pasada revelación.
-¿Qué fue eso? –Fue la pregunta de Xiomara.
-Viste lo que yo vi. –Contesto Alexander aun sin poder creerlo.
-Pero ¿es verdad? porque no puedo olvidar nada de lo que paso en la otra vida. Ahora lo recuerdo, pero si yo soy Xiomara, ¿Cómo recuerdo la vida de Amelia? ¿De verdad existe la reencarnación?
-No puede ser verdad, -decía Alexander sin comprender- pero yo recuerdo hasta el momento en que morí. Estoy loco, esa sería la única respuesta. Soñé con algo de forma muy vivida y ahora lo traigo a la realidad, eso es todo, ¿Cómo puedo ser otra persona diferente a Alexander? ahora si estoy listo para el manicomio.
-No Alexander, es cierto solo que lo vivimos en otra época, en otra vida, no te lo dije antes pero visite a un psiquiatra, -dijo Xiomara apenada bajando la vista- me hice una regresión, esto vi en la sesión. En mi vida pasada fui Amelia. Pero no entiendo cómo es que ahora lo recuerdo todo. Y tú también.
-Eso es lo más raro, pero no me importa, -hablo Alexander en tono serio- ya sea como Ernesto o Alexander tu eres mí luz y mi razón de existir. Xiomara yo te amo. Ahora sabes que lo hice en una vida pasada, te amo ahora en el presente y lo seguiré haciendo en las vidas futuras, ambos estamos destinados a encontrarnos y amarnos por siempre.
-Yo también te amo Alexander, no lo puedo seguir negando. Aun duele cuando recuerdo que trajiste a Shannon –Xiomara se sentó en la banca, Alexander se sentó a su lado y tomo su mano.
-Xiomara cuando inicie mi relación con Shannon aun no te conocía, creí que haría una vida al lado de ella, aun no sé cómo paso, pero cuando te vi la primera vez me robaste no solo el corazón también el alma. Debes entenderme, tú tuviste un pasado…
-Pero yo no lo traje conmigo y tú sí.
-No podía ni debía cortar a Shannon por teléfono, además tu presencia hizo que me olvidara de ella por eso vino, nunca creí que viniera. Los sentimientos que tuve hacía ella en un principio tú los borraste, solo contigo supe lo que es el verdadero amor.
-Pero debiste terminar con ella antes de acercarte a mí. –Los ojos de Xiomara se llenaron de lágrimas que salieron mojando sus mejillas. Ya no tenía que ocultar su dolor, Ernesto la había visto llorar muchas veces, él siempre fue su consuelo.
Alexander tomo una de sus lágrimas que brillaban con la luz de la luna, anunciando el fin del eclipse.
-No llores por favor, con su mano limpio las lágrimas- ahora estamos juntos, eso fue el pasado y el pasado debe quedar en el pasado, tenemos que comenzar de nuevo, la vida nos da otra oportunidad de estar juntos, hay que aprovecharla. –le dijo sonriendo.
-No debemos olvidarnos de Martin, no quiero perderte de nuevo.
-No debes preocuparte, yo no soy tan ingenuo. Yo no creo en su amistad, lo he tratado desde niños y siempre hemos tenido desacuerdos. Ya lo conozco.
-Pensé que siempre se habían llevado bien.
-Nunca fue así –Alexander miro su reloj- ya es muy tarde debemos ir a dormir mañana seguiremos con nuestra platica.
-No tengo sueño –en los ojos de ella apareció el miedo- si cuando me despierte olvido todo.