Por Siempre Nuestro Amor

Capítulo 3 Una buena persona.

Bianca.

Ha pasado un día desde que le llame a la doctora Laurel para decirle que aceptaba sus dos ofertas tanto del trabajo como el de irme a vivir con ella.

Así que ahora me encuentro aquí en la entrada de la que fue mi casa por tantos años con las pocas cosas que tengo, estas son solo mi ropa y zapatos.

Cosas personales, pues, la casa donde vivía era rentada y todos los muebles qué hay eran rentados.

 La casa venía amueblada en pocas palabras, no tenía nada así que era por eso que solo me llevaba eso al departamento de la señorita Montero.

Estaba muy triste, pues, aún sigo llorando la muerte de mi padre y aunque no era mi casa el dejarla también me pone muy triste.

Así que involuntariamente cerré los ojos y lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.

Estaba por limpiarlas cuando de repente sentí que un pañuelo acaricio mi piel, alce mi vista y vi que Lauren estaba parada enfrente de mí con el pañuelo en mi mano.

Yo al ver esto sin pensarlo me abalancé sobre ella y la abracé fuertemente.

Ella correspondió mi abrazo y comenzó a acariciar mi espalda, de repente me dijo.

—ya Bianca tranquila aquí estoy para ti todo estará bien si quieres llorar llora preciosa.

Nuestro abrazo duro alrededor de 5 minutos porque yo no podía dejar de llorar más, sin embargo, la voz de Laurel diciéndome que todo estaría bien, me fue calmando poco a poco.

Hasta que pude dejar de llorar y logré recuperar la cordura.

Cuando por fin logré dejar de llorar apenada, le dije a la señorita Montero.

—perdón Lauren por dejarte todo tu hombro mojada De tanto que llore lo siento, es más, yo misma te voy a lavar esa blusa.

—claro que no Bianca no te preocupes, así está bien como te dije, aquí tienes siempre mi hombro para desahogarte cada que lo necesites.

—de verdad Lauren no sé cómo te voy a pagar todo esto que estás haciendo por mí, eres un ángel.

-no tienes nada que pagarme, ya te lo dije sofí, yo quise mucho a tu padre, así que te voy a ayudar en todo, además lo siento, seremos buenas amigas.

—siento que si yo también pienso lo mismo de nuevo, muchas gracia por todo.

—ya te dije Bianca no hay nada que agradecer.

Luego de decir esto subimos a su camioneta y ella condujo hasta un gran edificio que se encontraba en el centro de la ciudad de México.

La doctora Lauren estacionó su coche afuera de la puerta de aquel edificio. 

Seguido de esto bajamos del auto y Lauren le dio las llaves a un amable joven llamado Carlo.

El cual era muy amable y atento después de que la señorita Montero le dio las llaves a Carlo.

Me tomó de la mano y juntas caminamos a la recepción de aquel edificio cuando llegamos. Lauren le dijo a la señora que se encontraba ay.

—hola Marta, ¿cómo estás hoy?.

—hola Marianita bonita, muy bien, ¿y tú?.

—muy bien Marta, de hecho mira quiero presentarle a mi amiga la señorita Bianca Sofía Durarte Plasencia, quien a partir de hoy vivirá conmigo en mi departamento.

—hola mucho gusto señora Marta, cómo lo dijo Laurel, soy Bianca Sofía y es un gusto para mí conocerla.

—el gusto es mío, señorita Bianca.

Luego de decir esto la señora Marta me extendió su mano y yo por mi parte hice lo mismo, así pues, estrechamos nuestras manos.

Fue entonces cuando yo le continúe nuestra conversación diciendo.

—puede llamarme solo Bianca señora Marta.

—a muy bien Bianca entonces tú puedes decirle Marta mi niña.

—me parece bien Marta.

Después de decir esto nos despedimos de la señora Marta y nos subimos a un ascensor.

El cual nos subió al último piso de aquel edifico ósea al 5 cuando el ascensor abrió sus puertas, bajamos de este y pude observar que el corredor precioso superelegante.

Con colores blanco y negro adornado con enredaderas en las paredes, todo era hermoso, estaba maravillada.

Pero quede boquiabierta cuando Laurel abrió la puerta de su departamento, era realmente hermoso, las paredes eran color lila y los adornos eran color negro.

Los muebles eran sencillos, cómodos y muy hermosos, era simplemente perfecto aquel departamento.

Cuando entramos Lauren me dio un tour por aquel bonito departamento, todo era muy hermosa.

Finalmente, llegamos a la habitación que iba a ser mi alcoba, la cual era realmente grande y hermosa.

Sus colores al igual que la casa eran lila, con adornos de flores negras, simplemente hermosa y demasiado grande, inclusive más grande que la pequeña casa que era mi hogar, de repente sentí nostalgia 

estaba pensando esto cuando de repente la voz de Laurel me hizo volver a la realidad cuando me dijo.

—muy bien Sofí esta será tu habitación, ¿te gusta?.

—claro que si Lauren me encanta.

—qué bueno me alegra, pues, para serte sincera estaba algo nerviosa porque no sabía si sería de tu agrado o no.

—no te preocupes Laurel claro que me gusta y de verdad enserió, estoy muy agradecida porque todo esto que estás haciendo por mí no me alcanzara la vida para agradecerte.

—no tienes nada que agradecer Sofí, pues, lo hago con muchísimo gusto por el cariño que le tuve a tu padre, además seremos grandes amigas, ya lo verás.

—de todas maneras doctora, me voy a sentir en deuda contigo siempre y claro que por supuesto seremos amigas ya lo verás, pero de todas maneras no quiero abusar tanto de ti, así que te prometo en cuento mis deudas me lo permitan me iré de tu casa para que estés cómoda.

—no claro que no, tú te puedes quedar aquí todo el tiempo que quieras, pues, como te dije así, me haces compañía, pues, estoy algo. Solá sabes en este gran departamento.

—la verdad es que no te puedo creer eso que me dices, ¿no tienes novio?, y tu familia, porque no vives con ellos.

—no tengo novio, nadie me llama la atención para ser sincera, me enfoco tanto en mi carrera que no tengo mucho tiempo para eso y pues mis abuelos viven fuera del país en cuanto a mis padres, pues, los amo, pero quiero darles más privacidad sabes tiempo para que disfruten de su matrimonio, pues, me dedicaron mucho tiempo a mí y a mi hermano así que es momento de ellos.




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