Máximo
Sin saber qué hacer así es como me quede después de que mi hermana y Bianca se fueron quería ir detrás de ellas, pero por alguna razón pensaba en si hacer esto era lo correcto.
Mientras pensaba esto sentí que Briseida me tomo del brazo y cuando me di la vuelta para verla y hablar con ella mi ex prometida me dio un beso.
Yo no me negué porque como anteriormente ya lo mencioné, tal vez por lo mucho que la quise no podía retirarme.
Sin embargo, de repente mientras Briseida me besaba vino a mi mente el recuerdo de los besos de Bianca.
No podía dejar de pensar en los momentos en los que nos habíamos besado.
Así fue cuando me di cuenta de lo que yo había sentido con cada beso que le di a Bianca para ser sincero, había sentido mucha paz.
Fue así que de repente por pensar en eso y en la traición que Briseida me había hecho la aparte de mí interrumpiendo aquel beso.
Después de que hice esto, Briseida inmediatamente me dijo.
—porque me apartas amor.
—disculpa, ¿cómo me llamaste? Briseida.
—a Ja, ja, ja, como me llamaste más bien tú a mí y te vuelvo a preguntar por qué dejaste de besarme.
—es en serio que preguntas por qué después de todo lo que hiciste como me rompiste el corazón.
—esa es la razón por la que estoy aquí, además estoy segura de que tú también quieres aclarar todo, pues, el beso que te di al principio me lo respondiste.
—eso fue un error, Briseida los dos besos para ser sincero, solo me agarraste desprevenido, eso fue todo.
—eso no es cierto, yo puedo sentir que aún me amas si no hubiera sido porque llego la entrometida de tu hermana y la corriente de tu asistente ya estaríamos con las cosas aclaradas.
—Briseida, escúchame bien, es la última vez que en mi presencia escucho que les dices así de acuerdo y con esto confirmo la clase de persona que eres.
—como que la clase de persona que soy amor debes calmarte, debemos hablar.
—claro que no voy a hablar contigo, no tenemos nada de que hablar tú y yo de acuerdo, así que si me disculpas es momento retirarme.
—qué claro que tú no te puedes ir así como así sin hablar conmigo amor.
—cuantas veces tengo que decirte que no me digas amor y claro que no me iré así como así, no sin antes decirte que no quiero que en tu vida me busques, no quiero hablar contigo, todo lo nuestro se acabó y no fue por mi culpa sino por tus engaños y caprichos.
—pero Máximo, tú no me puedes dejar así.
—Claro que si puedo Obsérvame.
Después de decir esto me di la media vuelta y justo cuando Briseida estaba por volver a tomar mi mano, mis guardaespaldas la detuvieron.
Busque con la mirada para ver si veía a Bianca y a mi hermano más, sin embargo, no las ubicaba, tenía la esperanza de verlas más, sin embargo, no fue así.
También buscaba encontrarme a mis amigos o al menos a Levy porque a Neytan sinceramente no tenía ganas de verlo ni en pintura.
Cuando dije mi mirada a la mesa donde nos encontrábamos antes vi que ay se encontraba Levy a quien en cuanto lo vi le hice una señal para que fuera conmigo, en cuanto llego le dije que teníamos que salir de ay, pues, no quería que Briseida nos viera.
Él accedió y en cuanto llegamos a mi auto uno de mis guardaespaldas se fue con nosotros, mientras que los demás se quedaron entreteniendo a Briseida y más tarde nos alcanzarían.
Ya estando en el auto muy serio y confundido, me dijo Levy.
—Qué demonios acaba de pasar amigo.
—no lo sé lo mismo, me pregunto yo en qué demonios pasó, dime tú sabías la tontería que iba a hacer Neitan.
—claro que no Max sabes que no me conoces, por supuesto que si hubiera sabido hubiera impedido que eso pasara.
—si lo sé solo tenía que preguntar de verdad, estoy muy molesto con él por todo lo qué pasó.
—lo sé yo también todo fue tan, no sé cómo describirlo, pero en fin ¿cómo estás? Max que paso con tu ex prometida hablaste con ella.
—no pasó nada, solo me besó y me dijo que quería que habláramos.
—y bien hablaron o solo te beso.
—¿cómo que solo me besó? Que insinúas Levy por supuesto que hablé con ella no solo fueron besos, le dejé claro que no quería que me buscara.
—pues hermano, cuando te vi besándola no se veía que tú pudieras resistencia.
—lo sé, pero compréndeme, Levy es la mujer que ame durante mucho tiempo, todavía la amo, mi amor no se irá de la noche a la mañana, por eso no la aparte.
—eso si tienes razón lo siento yo no soy nadie para juzgarte.
—no te preocupes amigo, el problema es que en ese momento tuvo que llegar Bianca.
—Mm si y tu hermana que fue la que te la hizo de emoción, pero la que sí tiene mis respetos es tu asistente Bianca por el golpazo que le metió a tu ex que se lo merecía por todo lo que dijo de Mariana.
—si lo se pasó no debió decirle eso a mi princesa, ellas no debieron ser ver eso, dime, no sabes donde están Lauren, ¿te dijo a dónde iban?.
—no hermano, no me dijo de hecho apenas y me saludo, aunque confieso con respeto que lucia hermosa, aunque estaba enojada, era hermosa.
—si lo sé mi hermana es hermosa, pero ese no es el punto, yo necesito saber donde están esas dos mujeres que para empezar yo no sé por qué salieron, a donde fueron no puede ser.
—tranquilo Máximo, no te preocupes el guardaespaldas de Lauren, se fue con ellas, están cuidadas.
—eso no es suficiente y si les pasa algo peor aún si un hombre se quiere propasar con ellas no puede ser porque salieron solas en qué está pensando Lauren.
—me vas a golpear por lo que te dire, pero hermano tranquilízate porque la verdad parece que lejos de estar preocupado por las dos creo lo que más te preocupa es la señorita Durarte, el si pudiera estar con alguien ósea si te preocupa tu hermana, pero tú nunca te habías puesto así cuando salía más bien pienso que es por Bianca y si no te conociera diría que estás celoso.