Bianca
Después de haber pasado aquel buen día de campo comenzamos una semana muy movida y pesada, pues, teníamos muchos pendientes en la oficina.
Pero finalmente hoy es viernes de nuevo y estamos a una semana de la gala de beneficencia, cosa que me tiene emocionada, pues, sé que será una ocasión importante para mí, amiga, pues, ella es una de las organizadoras.
Sé que a ella le encanta ayudar a las personas y esa gala es para ayudar a personas de bajos recursos a costear sus tratamientos médicos, así que yo me comprometí a ayudarla y pues sí ha sido algo difícil el ayudarla el trabajo.
Sin mencionar mi noviazgo con Máximo, pues, con tanto trabajo y beneficencia, casi no pasamos tiempo a solas sin tener que hablar de cosas laborales.
Sin embargo, hoy comienza el fin de semana y son las 2 de la tarde, casi la hora de comer, Max salió a comer para guardar las apariencias, aquí cada quien sale a comer por su cuenta.
Él acaba de salir y yo estoy por hacer lo mismo, sin embargo, me encuentro ordenando unos papeles que tenía pendientes, estaba ocupada, pero mi concentración terminó cuando escuché una voz odiosa de mujer que decía.
—tu muerta de hambre, avísale a tu jefe que estoy aquí esperando, es más avísale que pasó a verlo.
—disculpe señorita si es que usted merece que la llamen así le diré dos cosas la primera es mi jefe no está así que no tengo a quien avisarle que usted llegó y la segunda mi jefe estuviera tengo que decirle no quiere verla así que me hace el favor y se retira.
—mira naca de segunda no me voy a retirar además de que tú y yo tenemos un asunto pendiente no se te olvide muchacha de segunda te atreviste a golpearme así que te devolveré la osadía que te atreviste a cometer.
—más bien la naca vulgar, aquí eres tu mujer sin dignidad que no comprende que no la quieren, estás aquí de rogona con mi jefe que obviamente no quiere saber nada de ti como ya dije eres una mujer sin dignidad que triste.
—como te atreves maldita, desgraciada a decirme, así me vas a conocer ahora si tú no sabes con quién te estás metiendo.
Luego de decir esto, la exnovia de Max se me dejó ir encima, pues, yo ya me encontraba fuera de mi escritorio dispuesta a encararla.
Como dije, la mujer se abalanzó sobre de mí dispuesta a darme una bofetada que claro que yo le iba a responder, sin embargo, una figura imponente de espalda perfecta y musculosa se pudo enfrente de mí y detuvo la bofetada.
Para mi sorpresa era nadamas y nada menos que Máximo quien se puso enfrente de mí para protegerme de aquel golpe.
Sin poderlo evitar sonreí, pues, no me esperaba que realmente él fuera literalmente a defenderme o al menos eso pensaba, estaba pensando esta y mil cosas cuando de repente la voz de Máximo me hizo volver a la situación, pues, se volteó y me dije discretamente.
Que si me encontraba bien yo le contesté que si me dedico una ligera sonrisa de alivio y después volteo a ver a Briseida porque aún seguía sosteniendo su mano.
Ella se quejaba y decía que la soltara, Max muy enojado le dijo.
—Está bien, te voy a soltar, pero con la condición de que te alejes de mi asistente, pues, este es un asunto entre tú y yo nadamas no tienes por qué meter a nadie en esto.
—claro que la voy a meter en esto, ella es una igualada que debe saber cuál es su lugar, amor, la arrastrada tiene que pagar por lo que me hizo.
—primero no la insultes y segundo no me digas amor, por favor soy todo menos tu amor.
—sé que estás enojado amor, pero después de que me escuches te aseguro que todo entre nosotros se arreglará.
—de verdad no me digas amor, por favor en cuanto a hablar de verdad no quiero escucharte, pero si con eso me garantizas que dejarás de venir a molestarme y dejarás en paz a mi asistente, pues, no me queda de otra que aceptar, pero por favor déjate de tonterías.
—está bien amor, si con eso tú y yo hablamos, pues, lo acepto de acuerdo.
—muy bien entonces vámonos.
—señorita Durarte, por favor cancele todas mis citas de la tarde, necesito arreglar este asunto.
Y antes de que pudiera decir algo, Máximo se acercó a mi oído y me dijo.
—no hagas dramas, mi hermosa solo quiero dejar bien las cosas en claro en la noche te busco tranquila, bonita.
No me dejo siquiera contestar, pues, inmediatamente, se alejó de mí y se fue con esa arpía dejándome totalmente descolocada.
Y con muchas ganas de llorar no sabía qué hacer él muy sin vergüenza de mi novio, si es que le puedo llamar así se fue con su ex y eso me pone muy muy triste, no sé si se reconciliarán.
Si se volverán a besar de verdad no sé por qué me hace esto de verdad, quiero llorar y llorar, solo eso quiero hacer irme de aquí estar todo el día en mi cuarto encerrada llorando.
Sin embargo, debo guardar la compostura o puedo llamar la atención, estaba en un trance total.
Tuve que volver en sí, pues, tenía que cancelar las citas de Máximo de manera muy cordial, disculparme y esas cosas por el estilo.
Me sentía tan mal imaginándome tantas cosas que de repente se me olvidó que no había comido y la tarde transcurrió rápido, eran las 6 de la tarde y yo seguía corrigiendo pendientes cuando de repente mi celular comenzó a sonar era Héctor al principio dudé en contestar, sin embargo, recordé la imagen de Máximo alejándose con su exnovia.
Y una rabia me invadió por completo, así que conteste inmediatamente.
—hola Héctor, buenas tardes¿cómo estás? A qué debo el motivo de tu llamada.
—pues para lo mismo de siempre Bianca para invitarte a cenar, ver si estabas disponible.
—Mm dime Lauren irá.
—la Verdad no sé, apenas voy a marcarle para ver si quiere ir bueno, todo depende de tu respuesta o quieres que vayamos solo nosotros.
—no claro que no, yo quiero que vaya mi amiga si gustas, yo le marco, pero claro que acepto tu invitación.
—muy bien Sofí entonces en una hora paso por ti te parece.