Capítulo 29 Tenemos que Hablar.

Máximo

 Con tal de quitarle a Briseida de encima a Bianca y para que me dejara en paz, accedí a hablar con ella, cosa que estoy seguro de que a mi novia no le pareció, lo pude notar por su expresión.

Sin embargo, siento que necesito cerrar este ciclo por mi bien, pues, debo sanar heridas y aprender a soltar.

Yo debo soltar a Briseida si o si a como dé lugar y esta plática será para eso para hablar a solas despedirme de ella.

Saber por qué fue que hizo lo que hizo, no sé tantas cosas y espero Bianca comprenda eso.

Aunque si la comprendo que se sacara de onda por cómo pasaran las cosas, pues, reconozco, fue muy inesperada mi reacción.

Pero de verdad yo si tengo que hablar con ella para aclarar todo cerrar ese ciclo y poder seguir mi vida con ayuda de Bianca, sé que lo lograré.

Durante todo el camino desde mi oficina a mi camioneta no le dirigí la palabra, ella intentó múltiples veces acercarse a mí para tomarme de la mano más, sin embargo, yo no sé lo permití.

Pues por una extraña razón sentía que si permitía eso estaba traicionando a Bianca, aunque nuestra relación no sea tan formal y no se para que rumbo vaya, no me siento cómodo actuando con deslealtad.

En fin, cuando llegamos a mi camioneta, ella intentó acercarse a mí para besarme, sin embargo, mis guardaespaldas lo impidieron, pues, la sujetaron, cosa que yo agradecí, sin embargo, ella reprochó esto.

Subimos a la camioneta y nos dirigimos a un lugar tranquilo, era un restaurante muy privado donde solo puede entrar gente exclusiva, lo cual quería decir que no habría periodistas.

Y que nadie nos interrumpiría poder hablar en paz, tomamos asiento, solo ordenamos algo para beber, pues para ser sincero no tenía hambre un largo silencio reino hasta que de repente Briseida lo rompió cuando dijo.

—amor quiero que me escuches en realidad yo no tuve nada que ver con mi primo todo fue un fotomontaje una calumnia para separarnos si bien si es cierto yo hice las declaraciones donde anunciaba el fin de nuestro compromiso fue para darte un escarmiento porque tú tenías que entender que yo soy lo más importante para ti.

—es en serio lo que escucho, un fotomontaje, un escarmiento estás loca Briseida, si piensas que yo voy a creer eso que dices es obvio que estás equivocada.

—por supuesto que pienso que me creas, pues, es la verdad solo eso.

—dejémonos de tonterías y dime que buscabas haciendo todo lo que hiciste, yo te amaba como a nadie en este mundo nos íbamos a casar, íbamos a formar una familia, no entiendo por qué lo hiciste.

—como que me amabas puedo notar que aún me amas, yo no te hice nada, fueron los medios sensacionalistas que querían separarnos y lo lograron, pues, tú les creíste, además como crees que yo voy a tener algo con mi primo, eso es algo muy desquiciado de tu parte.

—sabes, he llegado a pensar que tal vez ni siquiera es tu primo, pues, prácticamente tuviste relaciones sexuales con él y sé perfectamente que no solo fue esa vez Briseida sabrá Dios, cuantas veces no te acostaste con él mientras me jurabas amor eterno.

—por favor Máximo no seas tonto, eres un paranoico, por supuesto que es mi primo y claro que no me acostaba con él ni antes ni hoy ni nunca es mi familia.

—encima te atreves a decirme tonto paranoico, de verdad que tú no tienes moral, aunque sabes más bien si tienes razón y fui yo el tonto por no darme cuenta la clase de mujer que eres.

—como que la clase de mujer que soy ten cuidado con lo que me vas a decir Máximo Montero.

—ja, ja, ja, porque qué más puedes hacerme si me has matado totalmente en vida con lo que me hiciste, si te preocupa las palabras que pueda decir despreocúpate, pues ante todo soy un caballero y jamás diría nada ofensivo en contra de nadie menos de una mujer aunque se lo merezca.

—ósea, estás diciendo que me merezco malas cosas, ya te expliqué que fue lo ocurrido y sigues con tus necedades. Máximo debes pedirme disculpas por tu insolencia.

—ya basta Briseida, de verdad no puedo creer que el descaro de decir eso, sabes que no tiene sentido seguir hablando contigo, pues lejos de creerte me doy cuenta de lo tonto que fui al querer formar una familia contigo, pero por suerte la vida me alejó de ti.

—que estás tratando de decir Máximo que agradeces nuestra ruptura.

—no lo trato de decir, lo digo Briseida, aunque aún te amo decido que lo mejor es separarnos por siempre, nunca volveré contigo, no quiero volver a saber de ti y te informo que pondré una orden de alejamiento en tu contra.

Antes de que mi ex prometida pudiera decir algo, yo la paré en seco, pues, me puse el saco del traje y me levanté de la mesa.

Briseida al ver esto enojada me grito mientras me alejaba.

—si te vas ahora si considera que lo nuestro ya no tiene arreglo y de mi cuenta corre que nunca me olvidarás y siempre estaré ay para estropear cualquier relación que intentes tener, pues, mi recuerdo estará ay siempre.

Cuando escuché eso solo se me ocurrió darme la vuelta y decirle.

—eso ya lo veremos, te advierto que no quiero que vuelvas a acercarte a mí o a mi familia ni a mi asistente, de acuerdo desde hoy pondré una orden de alejamiento en tu contra, así que tú sabrás si quieres terminar en la cárcel.

Una vez dicho esto me di la media vuelta y emprendí mi camino 

dejando a Briseida totalmente enojada me di la vuelta y seguí caminando, ella iba a intentar seguirme, sin embargo, mis guardaespaldas impidieron que pudiera siquiera acercarse a mí.

Cuando salí del restaurante tenía una mezcla de sentimientos de tristeza, rabia e ira, no sé, no me sentía nada bien como para regresar y enfrentar a Bianca.

Pues se podría decir que es mi nueva pareja sentimental, pero de verdad ahora no deseo verla ni darle explicaciones de nada, más bien lo que quiero es perderme despejarme por completo de todo esto.

Es por eso que decidí llamar a mi amigo Levy quien ya vive oficialmente en México para ver si tenía tiempo para encontrarnos, por suerte me dijo que sí.