Bianca
Eran aproximadamente las 5 de la mañana cuando el despertador sonó, yo no quería y no podía abrir los ojos, pues, estaba durmiendo muy plácidamente sin nadie que me molestara.
Tanto que hasta se me olvidó que no estaba en mi cama y salí de mis dulces sueños cuando sentí que me movieron delicadamente fue entonces cuando escuché que a lo lejos decían.
—mi amor vamos es hora de levantarnos si no se nos hará tarde bonita.
—no, no quiero.
—claro que quieres mi amor.
Luego de escuchar la voz de Max fue cuando caí en cuenta de que estaba en su cama abrazada de él, ah fue cuando recordé que nos debíamos despertar, pues, debíamos de ir a la sierra con las familias Montero, Moreno y López.
Así que abrí los ojos y lo primero que vi fue a mi jefe, quien ya se encontraba prácticamente listo, pues, traía puestos unos vaqueros y una camisa negra que le asía resaltar su musculoso cuerpo.
Inmediatamente, en cuanto lo vi prácticamente listo, le dije.
—lo siento galán de verdad, amor no tengo perdón, pues, tú ya estás preparado y yo sin quererme despertar, soy una floja, perdón de verdad.
—no te preocupes bonita, comprendo que estés cansada, así que no hay problema de acuerdo.
—claro que si hay problema, tú debes estar más cansado amor con todo lo que pasaste ayer y aun así te levantaste temprano, dime ¿a qué hora te despertaste?
—pues muy temprano amor a las 3 de la mañana debía entrenar y además hice unas llamadas para que me trajeran unos regalos para ti.
—¿como qué regalos a qué te refieres?
—a si es hermosa, mande a que te compraran ropa, pero que solamente pasemos ya por mi hermana y te alistes aquí en mi casa.
—que tú hiciste que no Máximo no tenías por qué hacer eso de verdad.
—claro que si tenía que hacer eso eres mi novia y si yo quiero comprarte ropa, un avión, un coche o lo que sea lo hago de acuerdo así que no me discutas por favor bonita que no hay tiempo para eso mejor vete a arreglar anda tu ropa y todo lo que compre para ti está en el cuarto que está antes del baño.
Sin saber que más decir resignada, camine así el cuarto que mi jefe me indicó y fue cuando pude ver que había muchísima ropa en él, parecía que era una boutique.
De verdad no sabía que iba a hacer con tanta ropa, no sabía qué decir ni que hacer, pero una cosa sí tenía claro.
Tenía que darme prisa porque se me iba a hacer tarde y eso no podía pasar, así que busque entre toda la bonita ropa que había y encontré un pantalón de mezclilla, una camiseta de manga corta y una chaqueta color rosado.
Tomé rápido una ducha me vestí rápidamente opté por poner solo un poco de rímel delineador en mis ojos a mis labios les puse un poco de color rosado para que combinara con la chaqueta esta vez opté por dejar mi cabello suelto me coloqué unos tenis me coloqué mis anteojos y listo estaba preparada para irnos.
Solo metí un poco de ropa en una pequeña mochila que al parecer también me compró el bondadoso de Max una vez que hice eso salí del cuarto y eran las 5:50 de la mañana en pocas palabras era justo a tiempo cuando salí del cuarto.
Max se encontraba en el sillón tomando café, sin embargo, en cuanto me vio salir del cuarto se acercó a mí con una taza de café, me dio la taza un beso en los labios y me dijo.
—bonita te vez preciosa de verdad como quisiera no ir a ese fin de semana en la sierra desnudarte y comerte a besos.
—y como quisiera que lo hicieras, pero no se va a poder mi amor, tenemos un compromiso con tus padres.
—eso sí, es cierto, creo que es justo darles ese gusto, pues, tienen razón, tiene mucho tiempo que no convivimos todos mis tíos como antes sabes, es grato que tú estés con nosotros.
—si lo sé para mí es un honor estar con ustedes, estoy de verdad muy agradecida por todo lo que tu familia y mi ángel de ojos azules han hecho por mi yo adoro a tu hermana.
—y mi hermana te adora a ti así como yo.
—¿En serio me adoras?
—si tú me has ayudado mucho a superar todo esto, no sé qué haría si tú no estuvieras aquí conmigo, gracias, bonita.
—no tienes nada que agradecerme, yo siempre lo hago con mucho gusto, te quiero mucho Max.
Luego de decir esto, mi guapo novio se acercó a mí y me comenzó a besar muy, pero muy apasionadamente, sin embargo, él lo terminó de manera abrupta, pues, debíamos irnos.
Así que con mucho pesar dimos por concluido el beso y emprendimos el viaje a mi casa para pasar por mi amiga.
Máximo le llamó para que ya nos espera en la puerta de los departamentos en cuanto mi amiga subió a la camioneta me dio un caluroso abrazo y un beso en la mejilla.
Después abrazo a su hermano y él le dio un beso a ella en la mejilla, una vez que termino de saludarnos se sentó enfrente de nosotros, ya que la camioneta de Máximo es como una limusina.
Yo por mi parte me encontraba sentada a lado de Máximo, también teníamos nuestras manos tomadas
mi amiga sonrió al ver esto y dijo.
—qué bonitos se ven los dos juntos amo de verdad esta situación y veo que el regalo te quedó muy bien amiga te vez preciosa.
—amiga, entonces tú sabías del regalo de la ropa.
—si así es Max me mandó un mensaje ayer después de la llamada para preguntarme tu talla y pues se la di Sofi te vez preciosa.
—muchas gracias, no sé de verdad qué decir ante tan bonito gesto.
—no tienes que hacer nada bonita, yo lo hice porque quería darte ese regalo a manera de agradecimiento.
—aww son tan lindos.
—Gracias princesa, agradezco tus elogios, pero bueno cambiando un poco de tema quiero que nos pongamos de acuerdo en cómo vamos a actuar cuando lleguemos al aeropuerto.
—como que, ¿cómo vamos a actuar Max de que hablas?
—pues si princesa quiero dejar bien en claro que no pienso anunciar mi relación frente a nadie.