Por siempre nuestro secreto

Capítulo 13 manos a la obra.

Leonardo

—ya verá que si señorita González este acuerdo nos beneficiara a los dos todo saldrá bien. 

—si usted lo dice le voy a creer señor. 

—así será por ahora debemos comer porque acudiremos al despacho jurídico. 

—si señor está bien. 

Después de tener esa conversación con Sara permanecimos tanto ella como yo en silencio durante toda la comida hasta que salimos del restaurante y subimos a la camioneta, fue ay donde nuevamente cruzamos palabras. 

—señorita González antes de firmar el contrato ay dos cosas que me gustaría hablar con usted ¿puedo?. 

—si claro que sí señor. 

—ok perfecto la primera cosa es que nos comencemos a hablar de tú, por nuestros nombres y hasta incluso por un pequeño cariño ay que dejar las formalidades de señor y señorita ¿le parece?. 

—si  está bien tiene razón no es muy normal que dos personas que dicen amarse se hablen de usted. 

—exactamente recuerde que todo el mundo debe creer que estamos enamorados. 

—eso es cierto entonces dígame señor a partir de cuando nos hablaremos así. 

—yo creo que a partir de este momento hagamos pasar este encuentro como nuestra primera cita ¿esta de acuerdo con eso?. 

—Claro que si señor. 

—Sara en que quedamos nada de señor. 

—discúlpame Leo lo siento tanto no va a volver a pasar. 

—¿Leo?, así me llamarás entonces. 

— si perdón me tomé el atrevimiento de decirte así, pero si no te gusta dime y te llamo de otra manera. 

—si me gusta es solo que me extraño pues nadie me llama de esa manera  desde que mi abuela Constanza falleció ella era la única que usaba ese cariño desde entonces nadie más hasta ahora. 

—no lo sabía, pero sabes creo que eso ayudará a que la gente nos crea más. 

—tienes razón pues se supone que eres la mujer que amo y mi futura esposa eso lo hace especial así serás solo tú quien me llame así. 

—perfecto entonces fue una buena idea. 

—así es yo te llamaré por tu nombre solamente Sara y de cariño te diré pequeña. 

—aaa muy bien entonces yo seré la pequeña Sara. 

—es correcto ahora dime yo solo ¿seré Leo? 

—no de hecho te quería preguntar si podía llamarte mi guapo pues con todo respeto eres un hombre extremadamente atractivo y ese sería un buen cariño a mi parecer. 

—ja, ja, ja está bien pues gracias por él alago me parece perfecto que me llames de esa manera.

— bien entonces dime ¿cuál?, es la segunda cosa que tenías que decirme.

—así es sobre tu abuela. 

—¿qué pasa?, con ella, no me digas que le paso algo. 

—no Sara tranquila no pasó nada todo está bien. 

—¿seguro? Entonces de que quieres hablar Leo. 

—te acuerdas de la copia del contrato que te di. 

—si claro que lo recuerdo lo estuve leyendo varias veces.

—bueno en ese contrato dice que se te pagará por esto que aras si lo recuerdas. 

—si claro que lo recuerdo perfectamente. 

—bueno pues verás estoy al tanto de que así como yo estoy haciendo esto por el amor que le tengo a Megan tú lo haces por tu abuela es por eso que estuve pensándolo y decidí agregar algo al contrato. 

—¿qué fue lo que agregaste? Otra cláusula. 

—no solo un apartado donde dice que se te pagará por tus servicios y también que desde el momento en el que seas mi esposa me are totalmente responsable de los gastos que tu abuela necesite así que todo el dinero que se te pague estará libre para ti. 

— no puedo aceptar eso me pagarás bien con eso será suficiente para poder pagar los gastos de la abuela lo demás sale sobrando no te preocupes. 

—Sara parece ser que no entendiste que lo que dije no es una suposición es algo que va a suceder yo me are cargo de todos los gastos estamos de acuerdo aunque no lo estuvieras ya está en el contrato no hay vuelta atrás. 

— que te digo acaso me dejaste otra salida no tengo otro remedio más que aceptar y agradecerte. 

—no hay nada que agradecer. 

—Claro que si por eso que dices más sin embargo quiero hacerte una pregunta ¿por qué? Hiciste eso. 

—no lo sé simplemente tómalo como un regalo de agradecimiento por aceptar ayudarme para poder conservar todo lo que tengo y a su vez estar con Megan la mujer que amo. 

—bueno pues nuevamente le agradezco esto. 

Lo que le dije a Sara de que considerará esa modificación en el contrato como un regalo por aceptar ayudarme era verdad pues después de analizar bien todo esto ella era mi única salida. 

Cuando llegamos al despacho mis tres guardas espaldas me escoltaron hasta llegar al lado de la camioneta donde se encontraba Sara le abrí la puerta y le ayude a bajarse caminamos ella con mi ayuda y la de sus muletas hasta la entrada del edificio cuando de pronto ella dijo. 

—¿dónde?, está Marcus. 

—En estos momentos debe de estar llegando a tu casa Sara. 

—a mi casa pero ¿por qué? Pensé que vendría con nosotros. 

—ni tu asistente ni nadie debe de saber del contrato no lo olvides si lo traíamos aquí comenzaría a preguntarse cosas y eso no lo puedo permitir. 

—tienes razón, pero entonces por qué dejaste que fuera con Nosotros a la cena. 

—eso fue porque no sabía cuál sería tu respuesta 

—no entiendo. 

—es muy sencillo, pequeña si decías que no simplemente terminaríamos de comer y te llevarían a tu casa nuevamente le dirías a tu asistente que te propuse ser mi novia y que dijiste que no continuarían él con su trabajo y tú recuperándote del accidente.

—déjame ver si entiendo bien entonces me estás tratando de decir que tú no me llevarías a mi casa nuevamente. 

—es correcto. 

—eso es muy cruel y descortés de tu parte. 

—era solo para aparentar enojo porque no quisiste ser mi novia. 

—como sea Leonardo eso no se hace. 

—lo sé Sara, pero todo el mundo sabe que yo siempre obtengo lo que quiero y cuando algo no quiere ser mío lo dejo irse tarde o temprano tendrá que volver. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.